Robin Good venderá sus productos de alimentación con impacto social en los establecimientos de la cadena Ametller Origen a partir de este mes de diciembre y está también en negociaciones con el grupo de distribución Carrefour. El objetivo es que los alimentos elaborados por esta marca lleguen a un público más amplio y puedan generarse nuevos empleos en entidades que trabajan con personas en riesgo de exclusión social.
La startup, creada en 2018 en Barcelona por Lluís Font, ya tiene un acuerdo de distribución con Calidad Pascual para el sector de la hostelería, alimentación tradicional y vending (palitos de pan y galletas), pero ahora quiere llegar al consumidor final de forma más masiva para promocionar la marca Robin Good, que quieren convertir en sinónimo de consumo responsable. “Queremos que nuestros productos, que son de mucha calidad, estén siempre en la cesta de la compra del consumidor; no sólo en determinadas ocasiones o por acciones de contribución social”, asegura Font.
Así, la idea es lograr estar presente en las estanterías de los supermercados y vender también online a través de las diferentes enseñas. “También tenemos nuestra propia tienda electrónica, pero creemos que es poco sostenible potenciar al cien por cien la venta online desde esta plataforma”, concreta.
Robin Good comercializa cremas de verduras y caldos, distintos tipos de palitos de pan, galletas y preparados para elaborar dos tipos de risotto. La marca puede encontrarse en El Corte Inglés, en Santiveri y en los supermercados Uvesco de País Vasco y Madrid, además de en pequeñas tiendas. En conjunto, Robin Good llega ahora a 200 puntos de venta en Catalunya y a 500 en toda España.
Robin Good emplea a nueve personas en riesgo de exclusión que trabajan en diferentes obradores de entidades sociales
Con la demanda actual, la marca Robin Good emplea a nueve personas en riesgo de exclusión que trabajan en diferentes obradores de entidades sociales como Fundació Crisàlida, en Camporells (Huesca); Fundación Astres, de Santa Coloma de Farners; Hortus Agrodiscae, de Montblanc (Tarragona); Gureak, en San Sebastián (País Vasco); y Fundació Cares, de Barcelona, para temas de packaging y logística.
Para potenciar su presencia en las grandes cadenas de distribución de ámbito nacional, Robin Good abrirá una ronda de financiación de crowdfunding, con la plataforma británica Crowdcube, para captar 250.000 euros, que se destinarán principalmente a campañas de promoción publicitaria. Desde su constitución, la empresa ha obtenido financiación de MicroBank y recogió 150.000 euros en una ronda de financiación anterior a través de la también plataforma de crowdfunding Bolsa Social.
Lluís Font se adentró en este proyecto con 34 años, después de haber trabajado en empresas como Panrico y Unilever, porque conocía lo difícil que es para las empresas sociales comercializar y distribuir sus productos. De ahí que Robin Good fuera inicialmente una comercializadora de mermeladas de La Fageda, vinos y aceites de L’Olivera, galletas de El Rosal, agua Auara o las cervezas y chocolates de Casa Dalmases, entre otras. Unas marcas fruto de proyectos con impacto social con las que todavía colabora para elaborar sus lotes de Navidad, compuestos exclusivamente de artículos sostenibles y solidarios, que preparan para compañías concienciadas sobre su impacto en la sociedad.
En la actualidad, Robin Good está formada por un equipo de ocho personas. Los ingresos de la compañía se elevaron a 150.000 euros en 2020, “año en el que la pandemia nos dio visibilidad”, explica Lluís Font. Las previsiones para 2021 incrementan sus ventas hasta los 250.000 euros.