Mey Rahola
Una de las fotografías de Mey Rahola, cedida por sus herederos.

Mey Rahola: La pionera fotógrafa de la feminidad

El Museu Nacional d'Art de Catalunya acoge hasta el 22 de junio una exposición antológica de la obra de la hasta ahora desconocida artista

Conocemos muchos nombres de hombres en el mundo de la fotografía que vivieron en la misma época y contexto que vivió Mey Rahola. El auge artístico que trajeron las repúblicas, el abrupto corte de la irrupción de la Guerra Civil y su consecuente exilio, la adaptación a un nuevo panorama, y el renacer del que alberga la sensibilidad de un artista. Ellos, han sido expuestos en los museos y salas más relevantes del panorama cultural. Y no es que no hubiese mujeres haciendo lo mismo, sino que su obra ha permanecido oculta y minusvalorada durante mucho tiempo, justamente en el mismo ámbito al que han sido relegadas: el ámbito doméstico, en los cajones, desvanes, y en los mejores casos, en los archivos familiares.

Acercarse a la fotografía de Rahola es viajar al pasado hasta los ojos de una persona que supo mirar y captar el espíritu de su tiempo, desde esa perspectiva distinta: la de ser mujer. Quizás por eso, tiene mayor valor la labor que han llevado a cabo durante casi una década, su bisnieto de la fotógrafa, Lluís Bertran, y la historiadora de fotografía Roser Martínez, quienes junto a la conservadora Roser Cambray han comisariado la exposición antológica que ocupa las salas de la colección de Arte Moderno del Museu Nacional d’Art de Catalunya. 

Nacida en el seno de una familia acomodada, los Rahola fueron impulsores de los primeros ferrocarriles, heredó de su padre la afición por la fotografía, que no solo la acompañaría gran parte de su vida, sino con la que lograría reconocimiento, y gracias a la que podría mantener a su familia en los complejos años de exilio en Francia.

En un periodo muy corto de tiempo, comprendido entre 1934 y 1936, Rahola consiguió que esa afición adquiriese una dimensión pública inaudita que le brindaría premios, publicaciones y exposiciones, la admiración de los círculos fotográficos catalanes de la Segunda República y formar parte de la Agrupació Fotogràfica de Catalunya, considerada la institución de referencia de la época. Además, fue una mujer de su tiempo que tuvo la valentía y capacidad de irrumpir con fuerza en espacios que, hasta el momento, habían sido reservados exclusivamente para hombres, ejemplo del ideal de “mujer moderna” que desafía los roles de género tradicionales del momento.

A pesar del frenazo que supuso el estallido de la Guerra Civil en su carrera, supo adaptar su conocimiento a las necesidades del momento y se profesionalizó para sobrevivir, venciendo así las vicisitudes del exilio durante los años que duró la Segunda Guerra Mundial. No fue hasta el fin de la misma que pudo retomar la senda artística con la que se había aliado al principio de su carrera, participando de cierta influencia vanguardista. Aunque es esta fotografía posterior a la que suma profesionalidad a su libertad creativa.

La exposición que acoge el Museu Nacional d’Art de Catalunya hasta el 22 de junio, estructurada antológicamente, se articula en dos grandes ámbitos. El primero, centrado en sus inicios, su irrupción en la esfera pública y las publicaciones en las que participa; y el segundo, focalizado en el estallido de la Guerra Civil, su exilio a Francia y la etapa póstuma. Además, simultáneamente, se ha presentado en el Museu de l’Empordà, una exposición que recoge una de las temáticas clave en la producción de Rahola, como es la del género marino, influido por su pasión por la navegación deportiva.

Mey Rahola
Cola del pan, 1936-1937. © Herederos Mey Rahola

El 17 de agosto de 1959, un ictus segó la vida de Rahola, y como bien dicen sus comisarias, “las circunstancias adversas de la historia y su condición de mujer, madre y esposa la condenaron a un inmerecido y largo silencio, pese a su pasión continuada por la fotografía y su capacidad evidente de adoptar y renovar los lenguajes visuales de su tiempo”.

Recorriendo las salas de la muestra, hay algo en las imágenes de esta fotógrafa que no nos es ajeno, y eso choca frontalmente con nuestro raciocinio como mujeres de 2023 cuando caemos en la cuenta de que son fotografías de hace más de ochenta años. Esa sensibilidad de marcado carácter humanista, la belleza de lo cotidiano, situada en espacios y objetos vinculados por tradición al género femenino… la mujer es su gran protagonista, aparezca directa o indirectamente en sus fotos. Y luego, su intimidad, su vida, las fotos de sus hijos creciendo. En especial su hija Maria Teresa, reflejo de una nueva feminidad. Y Cadaqués, la vela y el mar.

Mey Rahola
Las imágenes de Rahola se caracterizan por una sensibilidad de marcado carácter humanista y la belleza de lo cotidiano. © Herederos Mey Rahola

Rahola es una fotógrafa a reivindicar tras todos estos años de olvido. La Marianne Breslauer catalana, que dicen la comisaria Roser Martínez y la ensayista Cristina Masanès. Y una piensa en esas fotógrafas de lo íntimo, como la catalana Sara Costa, la cuenta de instagram Documenting Women, o el proyecto documental Women & the Wind, un salvaje viaje en catamarán protagonizado por tres mujeres.

Valorarla como una fotógrafa amateur es seguir minusvalorándola cuando queda totalmente demostrado que su mirada es pionera, vanguardista y femenina. Así que, quizás merece más la pena parafrasear a la poeta Nayyirah Waheed y decir “Mey Rahola was a brutally soft woman”.

Mey Rahola
Valorar a Rahola como una fotógrafa amateur es seguir minusvalorándola. © Herederos Mey Rahola