Catalunya encara los próximos años con la mejor cifra de vivienda nueva prevista de la última década. Así lo constatan los datos del Colegio de Arquitectos de Catalunya (Coac), que durante 2024 han autorizado proyectos que suman 17.429 viviendas, un 10% más que el año anterior y la cifra más alta desde 2008, cuando la crisis hizo caer las viviendas de 34.500 a 12.500 anuales.
Pese a este aumento, la cifra se queda muy por debajo de las 25.000 viviendas que la Agència Catalana de l’Habitatge considera que son necesarias para el periodo 2020-2024, como ha recordado el decano del Coac, Guillem Costa, junto a la directora general del Colegio, Sònia Oliveras, y al responsable de su área técnica, Gerard Miquel.
De estas 17.429 nuevas viviendas que se construirán en Catalunya a partir de los proyectos visados por el Coac, 2.883 serán de protección oficial, como ha destacado Oliveras. Sin embargo, las administraciones no tienen la obligación de tramitar a través del Colegio los proyectos de vivienda pública, por lo que podría haber más previstas sin que consten en los datos del Coac.
En el caso de Barcelona ciudad, el Coac ha visado 1.966 viviendas de nueva creación durante 2024, 600 más que el año anterior, cuando fueron 1.340. De estos pisos, que estarán terminados previsiblemente en un plazo de entre un año y medio y dos años, 525 están promovidos por el Ayuntamiento a través del Institut Municipal de l’Habitatge i Rehabilitació de Barcelona (Imhab), en seis promociones en zonas como Glòries y la Marina del Prat Vermell.
Además, dentro de los proyectos visados se incluyen otras 385 viviendas de protección oficial en la ciudad dentro de promociones privadas, lo que suma 910 viviendas protegidas en la capital catalana. De ellas, 12 se derivan de la medida de reservar el 30% de nuevas promociones a vivienda protegida, que está evaluando el Gobierno municipal. Sin estas 900 viviendas, en Barcelona se han visado 1.066 viviendas libres en 2024, por encima de las 859 de 2023, y la misma cifra de 2022.
Más allá de la ciudad, y en el caso de la demarcación de Barcelona, se han proyectado este año 11.853 viviendas, un 9,5% más que el año anterior. Sin tener en cuenta a la capital catalana, los municipios barceloneses ganarán durante los próximos años 9.887 viviendas. Entre ellos, destacan municipios como Terrassa, Sant Pere de Ribes y Sabadell, donde se están impulsando grandes promociones, que suman 1.171 viviendas en Terrassa, y más de 700 tanto en Sant Pere de Ribes como en Sabadell. Este incremento de la proyección de vivienda nueva no se registra solo en Barcelona y sus comarcas, sino en la mayoría de las demarcaciones catalanas, con Lleida con un destacado incremento del 48%, por 855 viviendas.

No obstante, los municipios barceloneses concentran la mayor parte de la nueva obra de vivienda visada por el Coac, y también la gran mayoría de la vivienda protegida. Del total de 2.883 pisos de protección oficial tramitados este año, 2.318 se ubican en la demarcación de Barcelona, incluyendo los 910 de la capital catalana. Las cifras se han registrado durante un 2024 en el que el Govern de Salvador Illa ha anunciado una inversión de 4.400 millones de euros para construir 50.000 viviendas públicas en Catalunya hasta 2030, algo que Costa ha calificado de “reto”, sobre todo por la falta de suficiente suelo listo para construir. “No será fácil, pero la voluntad es colaborar al máximo”, ha garantizado Costa, aunque este plan implique un “cambio de marcha” de un sector que ahora opera a otro ritmo a raíz de la crisis de 2008 y del covid.
En defensa de la rehabilitación
Además de visar proyectos de nueva construcción, también deben pasar por el Coac los grandes proyectos de rehabilitación, que este año han sumado una superficie visada de 1,2 millones de metros cuadrados. La cifra se sitúa un 13% por debajo de la de 2023, que fue un año de grandes proyectos de rehabilitación, incluido el del Camp Nou. Teniendo en cuenta la excepcionalidad de 2023 y comparando 2024 con 2022, la superficie de rehabilitación creció un 12,4%.
Sin embargo, como ha destacado Costa, la rehabilitación está estancada en Catalunya, por debajo del 30% de la superficie total visada por el Coac. No obstante, la mayor parte de las intervenciones de rehabilitación no tienen la obligación de obtener este visado, por lo que los datos de los que dispone el Colegio no reflejan la totalidad de los proyectos en Catalunya.
“La saturación del suelo en la capital catalana pone en evidencia que el reto del parque de vivienda envejecido pasa por la rehabilitación”, ha destacado Costa, que ha apuntado a las ayudas de los fondos Next Generation como una oportunidad para avanzar en este ámbito. Aun así, “se está produciendo un retraso en las solicitudes, y es esencial trabajar para facilitar que lleguen a más ciudadanos y reactivar el sector de la construcción”.

La burocracia como freno
Teniendo en cuenta no sólo la vivienda, sino todos los ámbitos de la construcción, el Coac ha visado durante 2024 proyectos que suman 4,7 millones de metros cuadrados, un 1,2% menos respecto a 2023, aunque un 4% más que en 2022. Esta superficie total se ha distribuido en 8.453 proyectos, un 3% menos que el año anterior, por lo que se impulsaron promociones de mayor tamaño en 2024.
En Barcelona, la superficie visada ha caído un 39% respecto a 2023, a causa sobre todo por la tramitación de grandes proyectos el año anterior, como el del Camp Nou y el del Edificio Estel para transformarlo en un complejo de oficinas. Sin embargo, la cifra de 2024 se ha quedado por debajo también de la de 2022, con un 9% menos.

En este sentido, la creación de vivienda nueva es el ámbito que está manteniendo el sector de la edificación en Catalunya. Para contribuir a su dinamización, Oliveras ha llamado a agilizar los procesos burocráticos para tramitar los proyectos, algo en lo que el Coac ya trabaja en una comisión con el Ayuntamiento y junto a otros actores vinculados a la construcción, como ha detallado Miquel.
“El retraso en las licencias frena mucho el sector”, ha enfatizado Costa, que ha destacado también la dificultad de cumplir simultáneamente con todas las normativas existentes y hacerlas compatibles. Como ha subrayado, aunque por ley el plazo para obtener una licencia es de tres meses, en la práctica los tiempos se dilatan a los siete u ocho meses: “Tenemos que encontrar las fórmulas para agilizar los tempos”.