“Es un honor que los bancos reconozcan la labor científica”. Así empezó su discurso de agradecimiento Ana Tajadura-Jiménez, una joven doctora en acústica aplicada que este año ha sido la ganadora del V Premio Fundación Banco Sabadell a las Ciencias y la Ingeniería. La también profesora titular en la Universidad Carlos III de Madrid constató la importancia de dar visibilidad a la labor científica y se congratuló de que los tres premios que ha dado este año la Fundación Banco Sabadell hayan sido a mujeres jóvenes. “Esta visibilidad es clave para fomentar vocaciones científicas entre niñas”, enfatizó Tajadura-Jiménez.
En el mismo sentido se expresó la ganadora del XVI Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Biomédica, Guadalupe Sabio, investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y Doctora por la Universidad de Extremadura en colaboración con el British Medical Research Council en Dundee, por sus aportaciones para entender por qué la obesidad causa enfermedades cardiometabólicas. “La ciencia necesita a las mujeres”, subrayó la doctora Sabio, que consideró “un orgullo” que este año sean tres doctoras las premiadas.
También pidió que se tenga en cuenta “la importancia de la ciencia básica” y “el papel esencial de la ciencia en la generación de conocimiento”, un hecho que, según Sabio, ha quedado más patente que nunca durante la crisis del coronavirus y el rápido desarrollo y efectividad lograda con las vacunas.
Ambas recibieron el premio —dotado con 50.000 euros cada uno— de manos del presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, en un acto celebrado este martes por la noche en el centro corporativo de la entidad financiera en Sant Cugat del Vallès. En septiembre, tendrá lugar el acto de entrega del XX Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Económica a la barcelonesa Mónica Martínez Bravo, Doctora en Economía por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), por sus aportaciones en el campo de la economía política y el desarrollo económico.
El presidente Oliu se mostró categórico al afirmar que “la inversión permanente en ciencia salva vidas” y que las vacunas no habrían existido sin esa base de investigadores que la Fundación Banco Sabadell trata de reconocer cada año. “Son los premios de más prestigio que se entregan en España a investigadores junior en la franja de los 40 años”, aseveró Oliu, que mostró “su admiración hacia las ganadoras” y evidenció que existe “una gran generación de talento joven” que trabaja “en la frontera del conocimiento”. “Las empresas necesitamos de la ciencia y de sus desarrollos” y hoy más que nunca “se ha puesto de relieve la importancia de la tecnología y la educación científica”.
En el acto de entrega de los galardones asistió el presidente de la Fundación Banco Sabadell, Miquel Molins, y el profesor Andreu-Mas Colell, presidente del jurado del premio a las Ciencias y la Ingeniería. También acompañaron a las ganadoras otros miembros del patronato de la fundación y del jurado, en un acto con un público muy reducido que se retransmitió en streaming y que concluyó con una cena al aire libre.
La extremeña Guadalupe Sabio dirige un laboratorio con diez investigadores en el CNIC centrado en estudiar algunas de las causas de la obesidad, que considera “la próxima pandemia”. Concretamente, su carrera se ha centrado en saberlo todo acerca de dos proteínas (quinasas) vinculadas al denominado estrés celular, la JNK y la P38, muy activas en personas obesas. Sus resultados muestran que las p38 podrían llegar a ser unas buenas dianas terapéuticas para enfermedades inflamatorias, en la lucha contra los efectos secundarios de la obesidad y en el tratamiento del hígado graso y el cáncer hepático. Sus trabajos en estos campos han sido publicados en prestigiosas revistas como Nature, Cell Metabolism, PNAS, Plos Biol, Journal of Clinical Investigation, Nature Communications y EMBO Journal.
Por su parte, la doctora Ana Tajadura-Jiménez, nacida en Madrid, se ha propuesto ayudar al 80% de la población que asegura no sentirse satisfecha con su cuerpo. “La imagen mental que tenemos de nuestro cuerpo es muy imprecisa y afecta a la salud y al estado emocional”, explica la investigadora, que lidera a un equipo centrado en crear unas experiencias sensoriales que permitan cambiar la percepción del cuerpo y ayudar, por ejemplo, a personas con anorexia.
Para ello, trabaja con la realidad virtual y con el sonido. Así, la experta en tecnología y acústica aplicada ha diseñado Magic Shoes, unos zapatos que hacen que uno se sienta más ligero o más pesado simplemente cambiando el sonido de las pisadas. “A través del sonido podemos cambiar nuestra percepción del cuerpo; provocar ilusiones que ayuden a mejorar determinados problemas que puedan tener las personas”, explicó la científica al recibir el premio. También ha desarrollado varios wearables para “sonificar el movimiento” y liderar “un proyecto de computación del cuerpo” con el objetivo de “crear un blueprint de la representación mental del cuerpo, dinámico e individualizado”.