Hay ese mantra que dice que Jaume Plensa, uno de los artistas locales más internacionales, no tiene suficiente presencia en Barcelona. A falta de que llegue su gran obra, el escultor mantendrá, de momento, la más popular que tiene en la capital catalana, aunque uno, si se despista, se la puede perder. El Ayuntamiento de Barcelona ha llegado a un acuerdo con él para que Carmela, frente al Palau de la Música, se quede ocho años más ahí.
“El Palau de la Música, que es una belleza, está como si no quisiese mirar a la calle. Le faltaba un punto de nexo con la ciudad y Carmela lo ha hecho. Si me la pedían tenía que volverla a dejar, ha encontrado su sitio”, ha señalado el artista tras formalizar el acuerdo de cesión con el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni.
Carmela, uno de los muchos rostros que caracterizan a Plensa, se instaló en pleno Ciutat Vella hace justo ocho años, en 2016, y se ha ganado el aprecio de los barceloneses y, sobre todo, de los turistas que a veces topan con ella casi por accidente. “Se queda como una vecina más”, ha defendido Collboni, quien ha sostenido que, hace un tiempo, cuando vivía cerca, siempre la saludaba de camino al consistorio. “Es una historia de amor que sigue vigente y diría que hasta lo hace más vital y brillante”, ha remarcado.
Plensa, un artista que sabe traducir muy bien su universo, ha agradecido el privilegio. “La gente de aquí muy pronto sintió como un flash con esta pieza y la quisieron. Esto es lo más bonito que te puede pasar como artista, que la gente quiera tu obra”, ha expuesto. Aprovechando la ocasión, Collboni ha anunciado que le entregarán la Medalla de Oro al Mérito Cultural de la Ciudad en reconocimiento a su trayectoria como “uno de los barceloneses más universales”.