La fábrica de Poligal en Arcos de Valdevez (Portugal).

Grup Peralada se reorienta con la venta de su negocio de plásticos

La empresa de la familia Suqué Mateu traspasa Poligal al grupo peruano Oben Group y se concentra en las divisiones con más potencial de generación de valor

Fin a la aventura de Grup Peralada en la industria de los envases y plástico film. La empresa propietaria del Casino de Barcelona ha vendido a Oben Group las fábricas de polipropileno biorientado (BOPP) y polipropileno cast (CPP) que posee en Portugal y en Polonia, países en los que había concentrado la actividad de Poligal tras el cierre de la fábrica de Galicia. Este tipo de plástico flexible se utiliza fundamentalmente en el sector de la alimentación, ya que se trata de la materia prima utilizada, por ejemplo, en las bolsas de patatas o de ensalada (BOPP) o en los paquetes de pasta o pan de molde (CPP).

Según Peralada, la venta del grupo Poligal “se produce en el marco de una reorientación estratégica” que pasa por concentrarse en aquellos negocios con mayor potencial “de generación de valor”. El negocio del plástico es muy intensivo en capital, ya que requiere de constantes inversiones en maquinaria y de una amplia presencia geográfica para estar cerca de los grandes fabricantes de envases. Además, se trata de un sector que ha pasado por un progresivo proceso de concentración en todo el mundo, por lo que Poligal debía competir con grandes fabricantes internacionales.

Para el grupo peruano Oben la compra le permite saltar al continente europeo, donde hasta ahora no tenía presencia industrial. Con un volumen de producción de 550.000 toneladas de película de plástico, Oben és uno de los líderes del sector en Latinoamérica, donde cuenta con fábricas en Perú, Chile, Argentina, Ecuador, Colombia y El Salvador. Ahora podrá operar también desde Portugal y Polonia, además de asumir las oficinas comerciales de Poligal en Alemania. En total, asume una plantilla de 275 trabajadores.

Poligal factura alrededor de 80 millones y se puso en marcha en 1991, cuando Arturo Suqué decidió diversificar el grupo y poner en marcha una fábrica de plástico film en Narón (Galicia). Poligal creció en 2008 con la apertura de una segunda fábrica en Arcos de Valdevez (Portugal) y en 2017 dio el salto a Polonia, con una tercera factoría. Sin embargo, en 2019 se cerró la planta de Galicia, la que había dado origen a la empresa.

El consejero delegado de Grup Peralada, Javier Carrasco, señala que la desinversión llega después de una “necesaria reflexión estratégica” que ha aconsejado focalizar los esfuerzos en los negocios más tradicionales de la empresa familiar catalana, es decir, el juego y la producción vinícola. Estas divisiones, sin embargo, también se están viendo actualmente muy castigadas como consecuencia de la pandemia.

Peralada es la empresa propietaria de los casinos de Barcelona, Peralada y Tarragona, además de controlar el 50% de varios casinos ubicados en Argentina, Uruguay y Chile. En el sector hotelero y gastronómico posee el Hotel Peralada Wine Spa & Golf, el restaurante del Castell de Peralada y la Finca Mas Solers (Sant Pere de Ribes). Su división vinícola la integran las bodegas Castillo de Perelada, Grupo Chivite, Cims de Porrera, Casa Gran del Ciurana, Caves de l’Empordà (Cresta Rosa y Blanc Pescador), Celler Privat y Oliver Conti, entre otras participadas. Antes de la pandemia, la empresa de los hermanos Javier, Miguel e Isabel Suqué Mateu facturaba alrededor de 300 millones de euros al año.

La familia es también dueña de Hispano Suiza, mítica marca de automóviles que ahora ha renacido con el lanzamiento de Carmen, un coche superdeportivo de alta gama 100% eléctrico y con el que la empresa quiere contribuir a proyectar la marca Barcelona y la capacidad tecnológica de Catalunya para estar a la vanguardia en producción de coches eléctricos.