El paraíso de los cereales

Un establecimiento especializado exclusivamente en cereales: esto es El Flako, un local pionero en Barcelona, junto al Mercado de Santa Caterina, que se ha ganado el favor de los clientes. Dos jóvenes emprendedores, Laia Rincón y Nico Castán, desarrollaron la idea después de visitar en Londres el Cereal Killer, un establecimiento pionero en Europa en ofrecer exclusivamente cereales, y quedar descontentos. Pensaron que podían hacerlo mejor en Barcelona y se lanzaron a la aventura

A principios de 2017, en la calle General Álvarez de Castro, cerca del mercado de Santa Caterina, abrió un local muy pequeño, con capacidad para 16 personas. Pero lo que más me sorprendió fue lo que servían: es un local especializado en cereales, El Flako. Cada vez que pasaba por delante no daba crédito, ¿como era posible que alguien abriera un local de estas características? De hecho no le di demasiada esperanza de vida, pero se ha demostrado que estaba del todo equivocado.

Ahora, cuando paso, siempre veo colas larguísimas, por el barrio ves gente paseando que te pregunta por El Flako, ves gente de aquí, gente de fuera… Mi visión de mercado, supongo que por culpa de un tema generacional, no podía ir más errado. Tan errado que desde principios de mayo de 2018 sus responsables han abierto un segundo local más grande donde caben 46 personas. Está ubicado en medio del Born en la Calle de Canvis Nous.

Los visionarios de todo ello son Laia Rincón y Nico Castán, dos jóvenes emprendedores (con más visión que yo) de 30 y 29 años, que en una visita a Londres fueron a parar al Cereal Killer Café, los pioneros de los locales de estas características en Europa. La experiencia fue tan mala que decidieron abrir su café de cereales en Barcelona. “No nos gustó nada, encontramos que los precios eran desorbitados, la decoración infantil, exageradamente luminoso, y fue cuando decidimos que queríamos abrir algo relacionado con los cereales, pero radicalmente diferente de aquello”, me cuenta Laia Rincón. En aquellos momentos en la capital catalana no había ningún local de estas características y ellos apostaron por ser los pioneros. “Hicimos un poco de estudio de mercado y enseguida nos dimos cuenta de que un local de estas características podía funcionar. Vaya, yo no tenía ninguna duda”.

Ni Nico ni Laia tenían experiencia en el ramo de la hostelería y este hecho es uno de los que me destaca Laia: “Esto nos ha ido muy bien porque no teníamos ningún vicio adquirido y lo hemos hecho todo según lo que a nosotros nos gusta. La decoración del local queríamos que fuera agradable por el tipo de luz, nos hemos inspirado en locales de los años 60-70 de Estados Unidos, lo más orgánico posible. En el nuevo local hemos podido poner más plantas, gracias sobre todo al hecho de tener más espacio. Queríamos huir como fuera de lo que habíamos visto en el Cereal Killer”.

Pero está claro que sólo con la decoración no es suficiente para lograr el éxito en una ciudad como Barcelona. Quizás uno de los motivos es la gran variedad de cereales que ofrecen. Tienen 200 marcas diferentes (de Europa, los Estados Unidos y del resto del mundo), y las combinan con 75 tipos de toppings (guarnición, complementos). Y espera, que para remojar todo disponen de 20 variedades de leches (de vaca, vegetal, avena, arroz, cebada, sin lactosa, de colores…) “Tienes que dejarte guiar por nosotros, no te engañaremos. Según tus gustos seguro que somos capaces de encontrar aquellos cereales que más se adaptan a ti, y también recomendamos aquellas leches que más se ajustan. Siempre buscamos el equilibrio y que los sabores combinen bien”.

Si no eres un experto en cereales, como es mi caso, que aparte de los más habituales comercialmente, no sé mucho más, es fácil que te puedas perder. Mi recomendación es que si visitas El Flako te dejes aconsejar, que ellos saben un rato y son una pasada de amables. “Tres de nuestros trabajadores antes han sido clientes. Creemos que es importante que la gente que trabaje con nosotros conozca y le guste el producto”.

Los clientes de El Flako son fieles y suelen visitar el local una vez por semana o, como mucho, una vez cada 10 días. “Los que más nos sorprenden son los estadounidenses, si están unos días en Barcelona son capaces de venir a comer cereales cada día”.

De hecho, de entre la selección de cereales, no podían faltar los de Estados Unidos. Encontrarlos no es difícil: “por internet lo puedes gestionar todo. Fue más difícil encontrar un local en Barcelona, eso sí es complicado”, me explica Laia. Pero se han encontrado que precisamente los que vienen de América del Norte son los más caros de importar. La culpa: los altos índices de azúcar que luego tienes que pagar en la aduana.

Durante la visita a El Flako atraco, periodísticamente hablando, Ester y Clara, que visitan por primera vez el local. “Hacía mucho tiempo que queríamos probar los cereales de El Flako, pero el otro local siempre estaba lleno hasta la bandera y era imposible encontrar mesa. Cuando vimos que abrían el nuevo local no nos lo pensamos y la experiencia ha sido inmejorable”. Pero veo que no se han terminado uno de los dos cuencos que han pedido. “Es que hay mucha manduca, nos deberíamos haber partido uno. Pero, de verdad, están buenísimos.” Me aseguran que volverán y que le ponen un notable alto a la experiencia.

Las nuevas generaciones son bien exigentes, pienso, y ya nos va bien. Al igual que Laia y Nico, que tienen un hito bien ambicioso. “Nos gustaría que algún chef de los nuestros nos preparara alguno de los combinados de cereales de nuestra carta. Sería una auténtica pasada.” Pues con el éxito que acompaña a los amigos de El Flako y su tenacidad, estamos muy cerca de poder probar la esferificación de cereales con láminas de chocolate y fruta confitada. Y si no, tiempo al tiempo!