La compañía de alquiler de motos eléctricas Yego, dueña de las scooters verde menta que recorren Barcelona con un estilo retro que recuerda a las míticas Vespa, ha ampliado sus servicios al incorporar una oferta específica destinada a clientes corporativos, es decir, a otras empresas. Esta opción ya la han suscrito unos 300 negocios de diversas tipologías, entre ellos, una firma de coworking con sede en la ciudad.
“Lo interesante es que rápidamente, empresas sin necesidades de movilidad durante la jornada laboral, se han acercado a Yego para ofrecer a sus empleados una manera sostenible de moverse para ir y volver del trabajo”, con un importante ahorro en los costes de movilidad laboral, “pero también para usarlas durante su tiempo libre”, explica Tim Ougeot, cofundador de la startup en 2016 y actual responsable de márketing.
Ougeot es uno de los ponentes que participará el próximo 30 de noviembre en el Barcelona Talent-ed Summit, organizado por The New Barcelona Post y el Ayuntamiento de Barcelona para debatir sobre el potencial de atracción de talento internacional que tiene la capital catalana. El emprendedor explica como el nuevo servicio Yego Business también ofrece la posibilidad de que las compañías suscriban la opción Yego Perks, mediante la cual asumen el pago de un porcentaje del gasto que tiene el empleado al usar vehículos de micromovilidad, como una medida para contribuir a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. “Con el objetivo final de mejorar la experiencia y el bienestar de los empleados que se desplazan para ir a las oficinas o a sus citas profesionales”, concreta Yann Sander, cofundador y responsable de producto.
Para facilitar los trayectos verdes en Barcelona —la ciudad donde crearon la compañía Tim Ougeot, Benjamin Viguier y Yann Sander y donde tienen la sede corporativa, en el barrio del Poblenou—, Yego dispone de 632 scooters y 300 bicicletas eléctricas. Tim Ougeot se lamenta de que en la capital catalana no pueden dar el servicio de patinetes compartidos porque, a pesar de que el Ayuntamiento de Barcelona se comprometió a regular esta actividad, la normativa aún no ha llegado.
Sí, en cambio, han iniciado una experiencia piloto con patinetes eléctricos en Burdeos, la ciudad francesa en la que operan a través de una franquicia. También están presentes en París y, con servicios de motorsharing, en Valencia, Sevilla y Málaga. La flota de motocicletas entre todos los municipios donde trabajan es de 2.567 vehículos.
“En Burdeos los patinetes funcionan muy bien, a pesar de que hay una gran competencia en estos servicios, por lo que hemos decidido testear los dos tipos de vehículos en la ciudad francesa, es decir, abriremos también el alquiler de ebikes”, explica Ougeot. El responsable de Yego concreta que, mientras para las motos se llegó a un acuerdo con el fabricante alemán Emco, para las bicicletas y los patinetes se ha desarrollado un vehículo diferente y adaptado al sharing (batería extraíble, cadenado,…) y que esperan diseñar nuevas versiones en el medio plazo.
El crecimiento de la plataforma Yego responde al aumento exponencial de la demanda de servicios de sharing en todas las ciudades donde está presente la compañía, que ha registrado tres millones de trayectos en los últimos doce meses, lo que se traduce en que cada 12 segundos hay un usuario que realiza la reserva de uno de sus vehículos. Ello le permitirá alcanzar los siete millones de facturación al cierre del presente ejercicio.
Con tres millones de trayectos realizados en el último año, la plataforma registra una reserva cada doce segundos
“Este crecimiento exponencial es resultado de un cambio de mentalidad en una sociedad que prioriza el access economy dejando atrás la idea de propiedad y prioriza cada vez más las experiencias y valores como el interés en contribuir a una ciudad más verde”, comenta Ougeot y añade que “en Barcelona, desde el lanzamiento de Yego hemos observado un crecimiento anual exponencial, solo interrumpido por los meses de confinamiento por la pandemia”. Según el responsable de la compañía, la demanda irá aumentando en la medida en qué los servicios puedan extenderse al área metropolitana.
Benjamin Viguier, cofundador y consejero delegado de Yego, recalca que su misión es “mejorar el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos a través de una movilidad compartida inteligente en las grandes urbes, como una nueva forma de vivir más flexible y sostenible”.
Desde su lanzamiento, Yego ha conseguido levantar 17 millones de euros por parte de inversores privados, internacionales y entidades bancarias. La última ronda de financiación la cerró a mediados de 2020, en la que captó 7,5 millones de euros suscritos por un solo inversor, el fondo holandés Ponooc, especializado en movilidad y energías renovables.
Gracias a ello, la plataforma ha continuado su expansión y ya son más de 110 personas —70 de las cuales en Barcelona— las que forman parte de un equipo lleno de talento: diseñadores, marketers, product owners y ejecutivos que creen firmemente que la movilidad del futuro es la que están construyendo. Su experiencia será una de las que se expondrán en el Barcelona Talent-ed Summit, que quiere dar visibilidad a este creciente fenómeno de atracción de talento internacional que vive la ciudad.
El perfil de usuario de Yego es una persona de mediana edad, unos 31 años, y de tipología muy diversa según la ciudad, la temporada, e incluso la franja horaria del servicio. En su conjunto, un 58% son hombres y un 42% mujeres. Para todos ellos, la compañía sigue innovando y añadiendo nuevas funcionalidades como la consistente en realizar una foto una vez finalizado el trayecto para comprobar que la moto está aparcada en una zona autorizada. Ello, y el control remoto y en conexión de toda la flota permite gestionar los flujos de movilidad, las hot zones y cold zones y atender mejor las necesidades del mercado en general y dar respuestas a sus riders.
