En el mundo del retail estamos viviendo momentos excepcionales que requieren de una reflexión profunda al hacer balance del año y planificar cómo serán nuestros próximos meses. El cambio de calendario no es simplemente una continuación, sino la apertura de la agenda que debe impulsar el cambio y la revitalización, tanto en el ámbito comercial como en la esencia misma de Barcelona.
El 2024 trae consigo emocionantes novedades para la ciudad, destacando la 37.ª edición de la Copa América de Vela. Este evento, que se llevará a cabo de agosto a octubre, promete atraer una considerable energía turística y económica, brindando a los retailers la oportunidad de generar un impacto significativo. Estos momentos únicos no se presentan todos los años, y desaprovechar esta oportunidad, sería pasar por alto un hito crucial.
Como retailers debemos preguntarnos si estamos listos para este acontecimiento: ¿Cómo nos hemos vinculado a la Copa América? ¿Qué lazos hemos establecido? Por ejemplo, si gestionas un restaurante en la zona del puerto y no ofreces un menú temático de la Copa América, te estarías quedando fuera del juego. Y formar parte del evento, no solo constituye una estrategia comercial inteligente, sino también un acto de apoyo a nuestra ciudad.
Si eres una marca digital, 2024 se presenta como un momento propicio para consolidarte en Barcelona. Nuestra ciudad necesita experimentar momentos de positividad y 2024 puede ser el año en que la ciudadanía recupere la esencia vibrante de Barcelona en 1992, el año de unos Juegos Olímpicos que transformaron la ciudad casi por completo.
Barcelona tiene la oportunidad este año de convertirse en una ciudad alegre después de algunos años difíciles. Hasta que alcance ese estado de alegría, con una vibrante buena energía, será necesario seguir trabajando en ello. El año 2024 marca un punto crucial para fomentar eventos y dinámicas que contribuyan a la revitalización y transformación positiva de la ciudad. El resurgimiento de la alegría en Barcelona no solo dependerá de eventos específicos, como la Copa América, sino también del compromiso continuo de la comunidad, las empresas y las autoridades locales para crear un ambiente en el que florezca la felicidad y el espíritu positivo.
2024 puede ser el año en que la ciudadanía recupere la esencia vibrante de Barcelona en 1992, el año de unos Juegos Olímpicos que transformaron la ciudad casi por completo
Un ejemplo de este fenómeno se observa en la transformación que ha vivido Nueva York durante los últimos 25 años. Durante este periodo, la ciudad ha realizado una gran inversión para convertirse en una urbe acogedora y amigable. Después de los trágicos atentados del 11 de septiembre de 2001, renació como una urbe abierta al mundo y con ganas de ser una de las ciudades más queridas, donde siempre pasan grandes acontecimientos. Un cambio similar puede suceder en Barcelona y 2024 se presenta como una oportunidad para ello.
En el ámbito del retail, las tendencias que veremos en 2024 incluyen una mayor incursión en la digitalización y en la creación de experiencias únicas en las tiendas. La tienda no solo buscará ser un lugar de transacciones, sino un espacio que genere un impacto positivo en los clientes.
La tendencia es clara: podemos tener los mejores comercios del mundo, pero sin una base sólida centrada en las personas, la tienda se convierte en un auténtico desastre. Por ello, es crucial promover una influencia positiva, aumentar la formación y fomentar el buen reconocimiento de valor entre los vendedores, para que no se vean a sí mismos como intermediarios entre el producto y cliente, sino como anfitriones genuinos y embajadores de su marca.
Barcelona, en este 2023, parece estar recuperando su chispa. Hay que empezar a creérselo. En 2024, con la Copa América y una buena dosis de optimismo, y positividad, esta chispa tiene la oportunidad de florecer y de revivir la mentalidad vibrante de 1992. Es imperativo recuperar esa energía y hacer que Barcelona destaque y se empodere.
Es crucial promover una influencia positiva, aumentar la formación y fomentar el buen reconocimiento de valor entre los vendedores, para que no se vean a sí mismos como intermediarios entre el producto y cliente, sino como anfitriones genuinos y embajadores de su marca
Un ejemplo inspirador en este sentido es el trabajo extraordinario realizado por Lluís Sans, presidente de la Asociación de Vendedores de Paseo de Gracia. Este esfuerzo ha sido mágico y merece nuestro agradecimiento, ya que el estatus prime y el lujo que Barcelona ostenta en la actualidad se deben en gran medida a cómo esta zona se ha reinventado.
La visión futura de cara al nuevo año, nos puede llevar a plantear algunas preguntas: ¿Cuándo convertiremos Las Ramblas en nuestros Champs-Élysées, rebosantes de boutiques exclusivas? ¿Y cuándo retornaremos al origen de Pau Casals, con la resurgencia de la segunda milla de oro, con tiendas que recuerden la exclusividad de hace 30 años? O, ¿cuándo disfrutaremos de un Poble Nou vibrante, lleno de opciones gastronómicas espectaculares, donde la ciudad no cese su actividad a las 18:00 h, sino que continúe hasta altas horas de la noche?
Más allá de eso: ¿Cuándo lograremos transformar nuestra ciudad en una metrópoli que nunca duerme, emulando las grandes ciudades? La realidad es clara: una ciudad que descansa ve desvanecerse sus oportunidades de negocio, es imperativo crear ciudades que no descansen.
El año 2024 nos da la oportunidad de trabajar de la mano para crear un retrato vibrante y emocionante de Barcelona. Un momento para actuar, dar rienda suelta a la creatividad y dejar una huella que trascienda el ámbito del retail, convirtiéndose en un auténtico renacimiento. Barcelona 2024.