Barcelona ha sido escenario —telemático, claro— estos últimos días de dos encuentros sobre las perspectivas económicas de 2021. El primero fue organizado por el Cercle d’Economia y contó con la participación de la vicepresidenta tercera del Gobierno, Nadia Calviño. El segundo corrió a cargo de la asociación Amics del País, en el que tres expertos de CaixaBank dieron su visión internacional, local y de mercado al respecto. Todos coincidieron en señalar que este va a ser un año de crecimiento después de un 2020 en el que la economía mundial ha sido duramente golpeada por la crisis del coronavirus.
Las perspectivas son, pues, optimistas, pero dependen, eso sí, de una variable que hasta hoy contaba muy poco en los análisis de prospectiva económica. Se trata de la vacuna que nos debe inmunizar. En esto coincidieron la vicepresidenta y los tres expertos de CaixaBank. Nunca antes una vacuna había sido mundialmente decisiva en el marco de una reactivación económica tras una crisis. También es cierto que nunca antes una pandemia había tenido unas consecuencias globales como la de la covid-19. Quizás el precedente fue la gripe española de hace un siglo, que hizo estragos entre los afectados, pero no tuvo un efecto devastador global como esta.
Calviño destacó la “proeza” de que en un tiempo récord haya una vacuna eficaz contra el virus. De hecho ya hay tres operativas, la Pfizer, la Moderna y la Astra Zeneca, y otras en camino. Solo hay que superar los obstáculos en la producción y la distribución para lograr en los próximos meses una masa suficiente de la población mundial vacunada para neutralizar el virus y que podamos recuperar la normalidad en nuestras vidas. Es cierto que algunos países van ya mucho más avanzados que el resto, incluido España, pero hemos de confiar en que es solo cuestión de tiempo para que nadie se quede atrás.
Ayer mismo, Martin Wolf, uno de los columnistas de referencia del Financial Times, escribía en su artículo semanal que uno de los grandes retos para lograr que la economía se reactive es tener bajo control un virus que no entiende de fronteras. Por ello, es imprescindible que los líderes de los estados “alcen la mirada” más allá de sus propios países y actúen globalmente. El virus “no puede estar bajo control en todo el mundo a menos que esté bajo control en todo el mundo”. Podría parecer una frase de perogrullo pero no lo es. La alternativa, señala, es “permanecer dentro de nuestras prisiones nacionales indefinidamente”.
Esta es una guerra global que aún no estamos ganando, finaliza Wolf su columna. Definir y ejecutar una estrategia global va a ser la proeza final en la lucha contra la pandemia. En este sentido, los ponentes de los dos encuentros de Barcelona coinciden en que hay ya motivos para pensar que se está en el buen camino. El primero es que, a diferencia de la crisis del 2008, en la que primaron los recortes y la contención del gasto, en esta ocasión las administraciones públicas están destinando dinero a la inversión y al mantenimiento de la solvencia y liquidez del tejido productivo, lo que incluye ayudas directas a algunas actividades económicas y colectivos profesionales.
En este marco se sitúa también la proeza europea de haber sabido actuar de forma conjunta en la adquisición de vacunas. Que cada país de la Unión hubiera actuado por su cuenta no habría hecho más que quebrar la cohesión y ensanchar las desigualdades, uno de los grandes peligros de este proceso de reactivación. Por eso es imprescindible la apuntada estrategia global y cobra gran importancia la iniciativa de la Comisión Europea de poner a disposición de los estados miembros el mayor paquete de estímulo social y económico jamás financiado.
De momento, la previsión del Fondo Monetario Internacional es de un crecimiento para 2021 del 5,5%, y de un 4,2% en 2022. Sin embargo, como no se cansaron de recordar Calviño y los expertos de CaixaBank, todo va a depender de que se cumplan los planes de administración de la vacuna.
Los economistas hablan de una salida de la recesión en forma de V, que consiste en una fuerte caída y una pronta recuperación. También hay salidas en forma de U, con una recuperación más lenta, e incluso de W, con una doble caída tras la primera recuperación. Es una manera de resumir con letras los escenarios de la crisis tras el coronavirus. Por ahora parece que la salida es en V, pero sobre todo de vacuna.