Damm espera que 2023 sea de nuevo un buen ejercicio para el grupo en términos de crecimiento. La compañía augura un buen año ante la masiva llegada de turistas que se prevé que reciba el mercado español y también por sus esfuerzos para internacionalizar sus marcas de cerveza, que ya llegan a más de 130 países.
Así lo ha anunciado este martes el presidente de Damm, Demetrio Carceller Arce, durante la junta general de accionistas celebrada en Barcelona para aprobar los resultados de 2022, año que también fue favorable para la empresa, con un incremento de la facturación del 26%, hasta alcanzar los 1.876 millones de euros.
“La robustez y capacidad de crecimiento que está mostrando el sector hostelero durante los primeros meses del año y las buenas perspectivas del sector turístico para la temporada estival, nos hacen confiar en que 2023 será un año de crecimiento para Damm”, ha destacado Carceller. Según el ejecutivo, “pese a las dificultades que sigue atravesando la economía a nivel global, “2023 ha arrancado de forma muy positiva para la compañía”.
Ante los socios del grupo, Carceller ha explicado que en 2022 Damm ha sido “el grupo cervecero con mayor crecimiento de cuota de mercado de producción”, con una subida de casi un punto porcentual respecto al año anterior. Por canales, las ventas en hostelería el pasado año ya se situaron en valores “muy cercanos” a los registrados antes de la pandemia, mientras que en los supermercados las ventas de la marca se mantuvieron estables, aunque ya son superiores a las registradas en 2020.
“Durante el último año nos hemos visto obligados a trabajar duro para gestionar la tendencia general inflacionista y sus consecuencias sobre el consumo y la política monetaria. Afortunadamente, 2022 también trajo consigo buenas noticias como los datos positivos obtenidos por el sector turístico y la restauración que nos permitieron afrontar el complejo contexto actual”, ha explicado.
El presidente ha sacado también pecho por haber impulsado el crecimiento internacional gracias a la reciente compra de la fábrica de cervezas Eagle Brewery, situada en la localidad inglesa de Bedford. Se trata del segundo centro de producción que Damm posee en el extranjero —el otro está en Portugal— y permite reforzar la presencia del grupo en un mercado clave como es Reino Unido. Actualmente, más del 30% de la actividad del negocio de bebidas ya se desarrolla en el mercado exterior, con 500 personas trabajando en el área internacional. En total, la compañía emplea a 5.577 personas, un 9,3% más.
A pesar del alza de las ventas del 26%, el encarecimiento de las materias primas penalizó en 2022 el resultado de la compañía, que vió reducir en un 16,4% su beneficio neto, con unas ganancias de 101 millones. La rentabilidad sobre ventas se ha situado en el 5%, frente al 8% de 2021. La junta de Damm ha acordado mantener estable la rentabilidad para el accionista, lo que se traduce en el pago de un dividendo en los mismos niveles del año anterior. Concretamente, se repartirán 62,8 millones, lo que supone un pay out superior al 60%.
Una cuarta parte de estos dividendos los cobrará el grupo familiar alemán Dr. Oetker, propietario del 25% de Damm. La junta de accionistas, precisamente, ha aceptado hoy la dimisión de los dos veteranos consejeros que representaban a Oetker en la cervecera catalana: August Oetker y Ernst Schröeder. Para sustituirles, se ha nombrado solo un nuevo consejero, Rudolf Louis Schweizer, por lo que Oetker tendrá ahora solo un representante y el consejo de Damm reduce su composición de ocho a siete miembros.
El Dr. August Oetker ha estado vinculado al máximo órgano de decisión de Damm durante más de 20 años. Su renuncia llega después de que en 2019 dejara de ser el presidente del Grupo Dr. Oetker al cumplir los 75 años, límite de edad para ocupar el cargo. Su sucesor en la presidencia de la compañía germana, Rudolf Louis Schweizer, que ahora entra en Damm, tiene 55 años y es nieto de Rudolf-August Oetker, el patriarca de la saga que reconstruyó y lideró la empresa después de la Segunda Guerra Mundial. Schweizer es el cuarto miembro de la familia fundadora en ocupar de forma consecutiva el cargo tras Rudolf Oetker, Rosely Schweizer y August Oetker.
En 2021, la familia Oetker, integrada por ocho hermanos accionistas, decidió dividir en dos su grupo empresarial. Los cinco hermanos mayores se quedaron con el grupo Dr. Oetker, del que se escindieron algunos negocios que quedaron en manos de los tres hermanos pequeños, que formaron el nuevo hólding Geschwister Oetker.
Con más de 40.000 empleados y unos ingresos anuales de más de 7.400 millones de euros, el Grupo Dr. Oetker cuenta con tres grandes áreas de negocio: alimentación (donde se incluyen sus famosas pizzas congeladas e ingredientes para elaborar pasteles), bebidas (posee la cervecera Radeberger Group y el 25% de Damm) y otros negocios, división que aglutina a empresas de tecnología, logística y hoteles de lujo.
En paralelo, de Geschwister Oetker, depende la empresa vinícola Henkell —propietaria del 50% de Freixenet—, una compañía química y una cadena hotelera, entre otras actividades.