Barcelona ha estrenado una red energética pionera que aprovecha el frío residual de la regasificación. Esta solución, ubicada en las instalaciones de Enagás en el Puerto de Barcelona, alimentará a edificios públicos, además del futuro barrio de la Marina del Prat Vermell, y también se estudiará la posibilidad de llevarla hasta Mercabarna.
En el proceso tradicional de regasificación, el gas natural licuado (GNL) llega a la terminal en estado líquido, y se utiliza el agua de mar para transformarlo en gas natural a temperatura ambiente. Con la nueva red, el frío residual que genera este proceso y que ahora se estaba desaprovechando, se recupera y se usa a una temperatura de 20 grados bajo cero.
Los promotores del proyecto han asegurado que permitirá recuperar alrededor de 131 GWh al año de energía, el equivalente al consumo anual de una ciudad como Reus. A la vez, ahorrará 32.000 toneladas de emisiones de Co2, equiparable a lo que emiten 110 vuelos de ida y vuelta entre Barcelona y Nueva York. La red, desarrollada con Enagás y Veolia, se ha inaugurado en la Zona Franca con representantes de las empresas, la teniente de alcaldía de Barcelona, Laia Bonet, y el presidente del Puerto de Barcelona, José Alberto Carbonell.
A través de una vía de 4,5 kilómetros, la energía se transporta desde la planta de Enagás hasta el sur de la capital catalana y de L’Hospitalet de Llobregat, alcanzando infraestructuras como las de Fira de Barcelona, oficinas de la Generalitat, zonas industriales, hoteles y centros comerciales, además de viviendas. Lo ha explicado el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo, que ha señalado que este proyecto podría replicarse en otras ciudades.
Acuerdo con Mercabarna
Además, Veolia ha firmado un acuerdo con Mercabarna para estudiar la posibilidad de suministrar frío sostenible a los mercados de fruta y verdura y al de pescado. También se analizará utilizarlo para otras empresas y actividades complementarias, como las de cámaras frigoríficas de conservación de alimentos frescos y congelados, como ha explicado la consejera delegada de la empresa, Estelle Brachlianoff.
Esta red de reaprovechamiento del frío permite “avanzar hacia la soberanía energética” en un contexto en el que “hay que estar más preparados que nunca y apostar por proyectos que combatan el cambio climático”, según Bonet, que ha recalcado que el proyecto empezó a desarrollarse hace más de una década, bajo la Alcaldía del ahora ministro Jordi Hereu.