Seafood

Barcelona se convierte en la capital mundial de productos del mar con la llegada de Seafood

La feria se estrena en la ciudad con más de 1.500 empresas expositoras y la previsión de igualar los asistentes que consiguió antes de la pandemia en Bruselas, su anterior ubicación. La primera jornada llena los pasillos del recinto ferial de Gran Via, donde no se ven mascarillas después de mucho tiempo.

Seafood Expo Global, la mayor feria de productos del mar del mundo, aterriza esta semana en Barcelona, después de abandonar su anterior ubicación, Bruselas. La nueva sede del salón ha supuesto una oportunidad para empresas locales como Ferrer. Con sede en Vic, esta compañía familiar está especializada en la compra y la distribución de pescado fresco y congelado. Mònica Ferrer, su responsable de márketing, explica que hasta ahora solo conocían este evento como visitantes, desplazándose anteriormente hasta la ciudad belga; pero nunca antes habían tenido un estand propio. Sí que habían expuesto en Alimentaria, pero con la llegada de Seafood a Barcelona optaron por centrarse en este último, que atrae al tipo de cliente que más le encaja, con perfiles más profesionales e internacionales, aunque reúna a menos congresistas. “Teníamos que estar sí o sí. Es la feria más fuerte del sector”, resume.

Mercabarna ha sido otro expositor que ha participado por primera vez en esta feria. Unas 15 empresas del mercado central tienen estand en Seafood, que les está sirviendo para tener encuentros en persona con posibles clientes. Antes de empezar el salón, Mercabarna ya les había cerrado unas 20 reuniones, cifra que esperan que crezca a medida que pasen los días. Muchos asistentes también están aprovechando la visita a Barcelona para conocer las instalaciones del mercado, que prevé recibir delegaciones de Escocia, Estados Unidos, Francia, Noruega, India y otros países.

Pero no todo son estrenos. Empresas catalanas como Barrufet, Easy Fish y PH7 Food Technology ya tenían experiencia en Seafood como expositoras. PH7 Food Technology, dedicada a la fabricación y distribución de aditivos alimentarios para el pescado, está aprovechando que la feria se celebra en la ciudad para que sus clientes conozcan su fábrica en Cornellà de Llobregat. La empresa familiar Barrufet, ubicada en Mercabarna, se desplazaba hasta Bruselas y con la elección de Fira de Barcelona como nuevo destino se ahorra los billetes y los hoteles. La gerundense Easy Fish, importadora de pescado congelado para empresas distribuidoras, ha añadido una tarea más a su participación en la feria: encontrar alojamiento para sus clientes, ya que saben que conocen más el sitio y les preguntan dónde es mejor que se queden.

Estas compañías primerizas y veteranas han sido algunos de los 1.550 expositores que se han desplazado hasta Barcelona para participar en la 28 edición de Seafood, organizada por el grupo de comunicación estadounidense Diversified Communications. Pescado fresco, pescado congelado, conservas, platos precocinados y productos ecológicos son algunos de los protagonistas del salón, en el que también se exponen envases, cadenas de montaje y contenedores para empresas del sector. En su estreno en la ciudad, después de que las instalaciones en Bruselas se les quedaran pequeñas, ocupa cuatro pabellones del recinto ferial de Gran Via, con casi 40.000 metros cuadrados netos expositivos. Las empresas, procedentes de 76 países, están acompañadas por 59 pabellones regionales y nacionales. Se espera un impacto económico de 100 millones de euros para la ciudad.

La vicepresidenta de Diversified Communications, Liz Plizga, ha constatado las buenas sensaciones que tenían paseando en la primera jornada del salón por los pasillos de la Fira, llenos de congresistas que iban de un estand a otro para conocer nuevos productos o presentarse a empresas con las que cerrar acuerdos. “Es muy refrescante. Es esencial poder construir relaciones en persona”, ha valorado Plizga. Sin concretar la cifra de asistentes que calculan que acabaran registrando, la directiva ha señalado que estará al nivel de la última edición, en 2019, alrededor de 29.000 participantes.

La organización prevé alrededor de 29.000 participantes en esta primera edición en la capital catalana

Seafood escogió trasladarse a Barcelona por las posibilidades de hacer crecer el evento en el complejo de Fira de Barcelona en Gran Via y la experiencia acumulada por la institución, así como la oferta hotelera, de restauración y de ocio de la ciudad, y su posición en la industria marítima. Como siempre pasa en los estrenos, hay cosas que hasta que no se hacen no se sabe cómo saldrán. Una de ellas ha sido el proceso de acreditación, que ha generado largas colas en la entrada. Plizga lo ha achacado a los registros de última hora por la incertidumbre que aún provoca la covid, valorando implantar acreditaciones digitales de cara a futuras ediciones. “Todo es nuevo, iremos aprendiendo”, ha remarcado la directiva.

La novedad no ha sido solo la llegada de Seafood, sino que los asistentes se han podido volver a ver las caras enteras, sin mascarillas de por medio. “Es una sensación especial. Nos habíamos acostumbrado a llevar mascarillas y ahora nos resulta extraño no llevarlas”, ha sostenido el consejero delegado de Fira de Barcelona, Constantí Serrallonga. No todos iban sin mascarilla, pero una inmensa mayoría ha decidido quitársela, poniéndosela si veían que se concentraban a mucha gente en algún lugar. Algunos se sentían raros y otros se alegraban de por fin dejarlas atrás.

Seafood
De izquierda a derecha, la presidenta de Diversified Communications, Mary Larkin; la vicepresidenta de Diversified Communications, Liz Plizga; el presidente de Fira de Barcelona, Pau Relat, y el director general de Fira de Barcelona, Constantí Serrallonga.

Gallegos y belgas

Para las compañías gallegas, no ha sido neutral la nueva ubicación de Seafood en Barcelona, teniendo en cuenta que en Vigo organizan Conxemar, una feria también especializada en productos del mar, con el foco en los congelados. Algunos congresistas gallegos creen que Seafood Barcelona acabará sustituyendo a Conxemar, teniendo en cuenta que ofrecen un producto similar y se dirigen a un público también muy parecido. Aún así, desde Frigomar Burela, empresa ubicada en San Cibrao, señalan que hay espacio para varios salones, más teniendo en cuenta que el gallego se celebra en octubre. Lo mismo creen en Marfrío, de Marín, que seguirá asistiendo a ambas, pensando encontrar en la de Barcelona un mercado más internacional y que abarca a más etapas de la cadena de valor.

Por otro lado, las empresas belgas participantes en esta nueva edición se han tenido que despedir de la comodidad de asistir a esta feria cerca de casa. Para Epic, una compañía de Amberes, ha supuesto que algunos clientes de países como Alemania y Países Bajos no vengan a verlos, al estar más lejos la nueva sede de Seafood. A pesar de ello, sus portavoces ven este destino más barato y piensan que, si se quiere potenciar que los congresistas hagan turismo, las fechas del salón tendrían que estar más cerca del fin de semana. No obstante, desde Seacrets, con sede en Ostende, están muy ilusionados por haber venido a Barcelona. “Estoy enamorada de España. Me encanta el cambio”, cuenta su fundadora, Caroline de Reu, interesada en encontrar clientes locales a los que vender sus productos, lo que espera solucionar en los tres días que dura el salón.