Carlos Fontclara i Albert Beltran, de Balance Phone.
Los cofundadores de Balance Phone, Carlos Fontclara y Albert Beltran.

Balance Phone lanza un móvil diseñado para reducir sus horas de uso y evitar adicciones

El dispositivo bloquea aplicaciones y webs como redes sociales, juegos, apuestas y pornografía, siguiendo el modelo de la aplicación creada por la ‘startup’ y con una lista de espera de 20.000 personas para adquirir el nuevo móvil

Del software al hardware; de la aplicación al dispositivo. La startup barcelonesa Balance Phone ha lanzado en preventa un móvil concebido precisamente para desincentivar su uso, con el objetivo de prevenir adicciones y de reducir el tiempo que se pasa delante de la pantalla. ¿Cómo? Con un sistema operativo que, al igual que hace su app, bloquea automáticamente aplicaciones y webs potencialmente adictivas, como redes sociales, plataformas de juegos, apuestas, streaming y pornografía. Sin embargo, van más allá de los móviles previos a los teléfonos inteligentes —conocidos ahora como dumbphones—, y es que sí admite apps como las de mensajería, banca digital, GPS y de música, Todo ello con una interfaz premeditadamente poco atractiva, y marcada por el minimalismo monocromático.

“Todo está diseñado para evitar engancharse. Hemos simplificado la interfaz y la hemos hecho lo menos atractiva posible; es una lista en blanco y negro con las aplicaciones disponibles y un buscador”, detalla Albert Beltran junto a Carlos Fontclara. Ambos barceloneses de 24 años y amigos de la infancia han ideado un móvil con cámara trasera y frontal y de pequeñas dimensiones, de cerca de 14 centímetros por 6,5, “para que tenga menos protagonismo” y para alinearlo con el mensaje de fomentar un uso reducido del teléfono.

El software del nuevo móvil, que está preinstalado en el dispositivo de forma irreversible, es el mismo de la aplicación que Balance Phone lanzó en marzo por 30 euros por la suscripción anual. La app, que transforma la interfaz del móvil y bloquea las mismas aplicaciones que el dispositivo, acumula más de 10.000 descargas en seis meses, con 3.000 usuarios activos. “La acogida de la app fue muy buena, y eso validó nuestra idea”, que se marcó como objetivo desde el inicio ir más allá de la aplicación y lanzar el teléfono.

Así se lo propusieron desde que se embarcaron en 2023 en este proyecto, surgido de su propia experiencia con la tecnología y por la voluntad de reducir el tiempo delante de su smartphone. “Buscando opciones y aplicaciones me di cuenta de que mucha gente buscaba lo mismo sin encontrarlo”, rememora Fontclara, ingeniero industrial. Con Beltran, graduado en ADE, diseñaron el producto que querían para ellos y que intuían que muchos otros buscaban. El encargado de programarlo fue el ingeniero de software Joel Ruiz, que se acabó uniendo al proyecto.

Beltran y Fontclara desarrollaron la aplicación con 30.000 euros de recursos propios, a los que sumaron 100.000 con una ronda de inversión con diversos business angels barceloneses, con el lanzamiento del dispositivo como meta. Con estos recursos, prevén validar si el nuevo móvil tiene demanda y cabida en el mercado. “Nos fijamos vender mil móviles a 300 euros en la campaña de preventa para que el proyecto salga adelante”, explica Fontclara. “Si facturamos 300.000 euros, levantaremos una nueva ronda de inversión a finales de año”, para poner en marcha la producción de los teléfonos con el proveedor por el que han optado, que opera en China, y su posterior venta, principalmente online.

El objetivo se perfila como más que asumible: ya hay cerca de 20.000 personas en lista de espera. Y los interesados van más allá del target inicial: no incluye sólo a minimalistas digitales que persiguen un uso consciente y responsable de la tecnología, sino también a menores que estrenan su primer móvil.

La aplicación Balance Phone.
El ‘software’ de Balance Phone tiene una interfaz en blanco y negro y en formato de lista.

“Nuestra solución cuadra con lo que buscan los padres de niños a los que les convendría un dispositivo pero que quieren garantizar que lo utilice en un entorno seguro”, destaca Fontclara. Y es que otras herramientas de control parental requieren, entre otras cuestiones, que los adultos sepan qué bloquear, en un mar de nuevas aplicaciones y webs que pueden desconocer. “Nuestro software identifica una app y, si entra en alguna de las categorías que consideramos adictivas, la bloquea automáticamente”, recalca Beltran. Ni redes, ni juegos, ni apuestas, ni la pornografía que tanto preocupa a padres y escuelas.

Tanto para quienes se adentren por primera vez en la tecnología móvil propia como para quien opte por cambiar su forma de relacionarse con los smartphone, la empresa pretende ofrecer al usuario más control sobre la tecnología y reducir el riesgo de dependencia. “La métrica que más orgullo nos genera es la del tiempo recuperado, y es que el tiempo de uso del móvil de los usuarios de la app es de tres horas menos que la del global de la sociedad: pasamos de cuatro horas al día a cerca de una hora”, destaca Beltran: “Y eso es lo que vendemos: tres horas al día y la no dependencia, y no el móvil”.