La Casa Golferichs, construida por Joan Rubió, discípulo de Antoni Gaudí, se someterá a una renovación. Con un presupuesto de 1,7 millones de euros, los trabajos vendrán a actualizar los que se hicieron a finales de los noventa, cuando el inmueble modernista, conocido como El Xalet, reabrió sus puertas tras dos años de obras.
El Ayuntamiento de Barcelona prevé que las obras empiecen en 2026, por lo que ya ha licitado la redacción del proyecto de reforma. La actuación tiene que servir para rehabilitar la Casa Golferichs, ubicada en la Gran Via, y adecuar sus espacios para ampliar el centro cívico que se encuentra en el edificio anexo. Se prevé que la joya modernista, con una superficie de casi 790 metros cuadrados, tenga nuevas salas, aulas y almacenes. Actualmente, el inmueble de l’Eixample acoge una sala de exposiciones, donde ahora se puede ver una muestra sobre la Barcelona de Francesc Català-Roca, y un salón de actos del centro cívico. También es la sede de la Fundació Carles Pi i Sunyer.
La licitación actual, en fase de resolución, tiene que servir para actualizar el proyecto redactado en 2018 por Ravetllat Arquitectura, despacho que ya participó en la reforma hecha a finales de los noventa, realizada por los profesionales Pere Joan Ravetllat y Carme Ribas. La licitación es el paso previo para la contratación y la redacción del proyecto ejecutivo y toda la tramitación administrativa necesaria, prevista para 2025. Sobre el futuro de la Fundació Carles Pi i Sunyer, se está trabajando de manera conjunta con el consistorio para encontrar una nueva ubicación.
Muchos siglos de historia
Aunque la Casa Golferichs data de principios del siglo XX, su pasado se remonta a mucho antes. Diversos historiadores sostienen que en esta ubicación estuvo el monasterio de Santa Maria de Valldonzella, con su primera piedra colocada por Jaume I en 1267, y donde murió Martí l’Humà.
Bastantes siglos después entra en acción el ingeniero de caminos y comerciante de madera Macari Golferichs, con negocios en América. Fue él quien le encargó a Joan Rubió la construcción de una casa modernista, la segunda obra del arquitecto que también firma la capilla de la Escuela Industrial.
El ingeniero y comerciante Macari Golferichs, con negocios en América, fue quien encargó la construcción de la casa al arquitecto Joan Rubió
La familia Golferichs vivió en el inmueble hasta el estallido de la Guerra Civil, cuando fue confiscado por milicianos que querían crear una universidad popular. Cuando el conflicto terminó, la casa pasó a manos de la orden de las Dominicas de la Presentación, quienes modificaron considerablemente su interior para convertirlo en un colegio religioso y alzaron un edificio anexo.
En la década de los setenta, la joya modernista fue vendida a la constructora Núñez i Navarro, con planes de derruirla para construir viviendas. Una gran campaña puesta en marcha por los vecinos de Sant Antoni pudo paralizar las obras durante más de una década, hasta que el Ayuntamiento de Barcelona adquirió la propiedad en 1984.