La entidad gestora del Antic Teatre, situado en la calle Verdaguer i Callís, en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, en Ciutat Vella, hacía años que reclamaba una solución para garantizar la continuidad de su actividad cultural, sobre todo después que el propietario del edificio les comunicara la subida del precio del alquiler. El Ayuntamiento de Barcelona da un paso adelante para asegurar su supervivencia, ya que la comisión de gobierno municipal del consistorio ha aprobado la dotación económica —que supera el millón de euros— para iniciar el proceso de expropiación del local.
Con este anuncio, el espacio se convertirá en un nuevo equipamiento cultural de titularidad municipal. Una medida que, de hecho, ya se anunció durante el anterior mandato, pero que todavía no se había materializado. Aun así, en su momento ya se avanzó en su preservación y, en abril 2023, se aprobó la Modificación del Plan General Metropolitano para calificar el local como un equipamiento carácter local y protección patrimonial, calificación que no solo protege al edificio sino que también asegura su uso público como centro cultural.
El Antic Teatre forma parte de un edificio de propiedad vertical con seis plantas, pero la expropiación afectará solo los espacios propios de la actividad cultural: la planta principal, el altillo, el patio y el edificio bajo de acceso. Sin embargo, de momento no ha transcendido la fórmula que se seguirá para adjudicar su gestión, mientras que sus actuales gestores reclaman que se tenga en cuenta el proyecto cultural que ha sostenido la actividad cultural en este espacio desde 2003, cuando un grupo de artistas multidisciplinarios, con la actriz y gestora cultural Semolinika Tomic al frente, autogestiona el espacio y su programación teatral.
Sin embargo, los orígenes del local se remontan a siglos atrás, ya que que el Antic Teatre se encuentra ubicado en un antiguo palacio residencial neoclásico del siglo XVII, declarado patrimonio cultural de la ciudad. A mediados del siglo XX, los miembros del Círculo Barcelonés San José se instalaron en el espacio para desarrollar actividades relacionadas principalmente con la educación para adultos y niños de clase obrera, pero también para llevar a cabo un programa de actividades culturales y de ocio.
A finales de marzo de 2003, Tomic redescubrió el espacio, que en aquel momento se encontraba cerrado, abandonado y en ruinas, y se instaló con un grupo de artistas multidisciplinarios para ensayar y representar sus creaciones. Prácticamente desde el inicio de la actividad, el local ha sufrido amenazas de cierre. La primera llegó en 2005, cuando el consistorio comunica que el Antic Teatre debe cerrar por no disponer de la correspondiente licencia de actividad actualizada. Una licencia que, tras una reforma del espacio, se obtuvo para mantener su actividad teatral.
Un local que también se ha visto amenazado por la subida de los precios del alquiler, especialmente en un barrio codiciado como Ciutat Vella. Así, el propietario del edificio les anunció que el alquiler pasaría de los 1.500 euros mensuales hasta los 7.500 euros, una vez finalizar el actual contrato, vigente hasta finales de 2026. Con el anuncio de la expropiación, el Ayuntamiento da un paso definitivo para preservar su actividad cultural. Una medida que se enmarca en la estrategia del consistorio para recuperar espacios culturales emblemáticos, como El Molino, el Teatre Arnau o el Teatre Capitol, que reabrirá previsiblemente en 2027 bajo titularidad municipal.
