Comprar sin desplazarse físicamente a la tienda es una práctica más que habitual para muchos ciudadanos en esta era digital. Hacerlo contemplando los detalles del producto en sus tres dimensiones y probándolo es algo que está, sin embargo, reservado a la experiencia de la vida real. Al menos, hasta ahora. La startup Algoritcom ha diseñado la primera ciudad en el metaverso, en la que ciudadanos y negocios podrán coexistir e interactuar. Lo harán en un entorno virtual hiperrealista, en el que los usuarios podrán configurar su avatar tan parecido o tan distinto a sí mismo como quieran, y los negocios podrán dibujar sus tiendas en el metaverso para ofrecer una experiencia de compra digitalizada en 3D.
A través de este mundo virtual paralelo, Algoritcom pretende generar una experiencia inmersiva que transforma la manera de comprar, pero no sólo eso. La compra y venta de productos en tiendas virtuales con distribución realista es uno de los objetivos de la plataforma, que va más allá y brinda infinidad de posibilidades. Así, incluirá también la función de red social, juegos, y servicios en un metaverso que aspira a funcionar como una ciudad. Las opciones son ilimitadas: aulas formativas con avatares como alumnos para el ámbito académico; conciertos y espectáculos virtuales exentos de limitaciones físicas; la peluquería de la esquina, en la que pedir hora para la próxima semana. Y acudir a la cita teniendo claro el corte de pelo, al haber probado diversos peinados a través de la realidad aumentada que ofrece la plataforma.
Así, Algoritcom facilita la interrelación entre lo que ocurre en su ciudad virtual y la realidad. Y lo hace en base a un principio: asegurar que las nuevas tecnologías estén al alcance de cualquier ciudadano y empresa. Con este fin, se podrá acceder a su ciudad del metaverso desde cualquier dispositivo y sin necesidad de accesorios como gafas de realidad virtual, que enriquecen la experiencia del usuario sin ser indispensables. “Queremos que todo el mundo tenga acceso, sin limitaciones de dispositivos ni de empresas”, asegura el director ejecutivo y cofundador de Algoritcom, Joan Sánchez. Por este motivo, el acceso será siempre gratuito para el usuario, mientras que las empresas que quieran vender sus productos podrán hacerlo con suscripciones mensuales de hasta 150 euros, o de forma gratuita con una versión básica y comisiones del 2,5% por venta.
Algoritcom permite que los usuarios se prueben productos a través del móvil y con tecnología de realidad aumentada
Con estas condiciones, el proyecto aspira a ser una puerta de entrada para cualquier tipo de empresa al metaverso, de modo que todo negocio pueda hacerse un hueco en este mundo paralelo con esta ciudad virtual como vector. “Lo que buscamos es que las empresas puedan tener su espacio en el metaverso. No creamos sólo un canal de e-commerce; estamos abriendo un canal de venta mucho más amplio que vender artículos en formato 3D”, ha destacado Sánchez. Un canal de venta más amplio, ¿para qué razón? Algoritcom permite que los usuarios se prueben productos a través del móvil y con tecnología de realidad aumentada; las empresas pueden utilizar técnicas de fidelización como premiar a ganadores de juegos de la plataforma; los avatares dan publicidad a artículos reales al vestirlos en el mundo virtual; las marcas pueden diseñar sus tiendas sin los límites que impone la realidad. “Puedes entrar en un edificio, y que sea un oasis en un desierto”, ha fabulado el director de operaciones y cofundador de la startup, Nicolás Benhamou.
Las empresas que vendan sus productos a través de la plataforma podrán incorporar el acceso a la ciudad virtual a sus propias páginas web. Esto permitirá que cualquier potencial cliente, sin que esté registrado a Algoritcom, pueda ver en 3D el artículo, en una reproducción que incluye hasta el más mínimo detalle. ¿Y cómo se digitalizan estos productos? A través de una app desarrollada por el propio equipo, que sólo necesita un vídeo del producto para generar una fiel réplica digital de este. De este modo, cualquier negocio puede digitalizar su género para venderlo en este metaverso urbano.
“Lo que queremos es acercar el metaverso a cualquier negocio, a la tienda del barrio, que quiere tener un espacio en el metaverso pero que no tiene miles de euros para hacerlo. Esta es la oportunidad para cualquier marca que quiera dar este salto”, ha proclamado Sánchez. En este contexto, ha puntualizado que su plan de negocio no se centra por ahora en la suscripción de empresas, sino en captar usuarios y en generar ingresos a través de la publicidad y otras acciones en esta urbe virtual.
Algoritcom lanzará al público su ciudad metaversal en febrero, con su participación en el Mobile World Congress como trampolín. Sus impulsores calculan alcanzar 30.000 usuarios el primer mes, vehiculados a través de un contrato ya firmado con una gran empresa. La startup trabaja con la previsión de cerrar 2024 con una facturación de entre medio millón y un millón de euros, y ha requerido una inversión de 3,2 millones para desarrollar el proyecto, que diseña desde la calle Muntaner.
El proyecto de una ciudad en el metaverso nace sin competidor a nivel europeo y sólo con una plataforma de juegos estadounidense como iniciativa comparable
Esta inversión inicial parte de un fondo privado de Arabia Saudí con sede en Mónaco, ahora con el 30% de la startup, que se interesó en el proyecto después de que participara en un evento internacional. Ocurrió poco después de que sus cinco fundadores se conjuraran en torno a este proyecto. Su alianza nació, paradójicamente, a partir de las interrelaciones que generan los edificios y las urbes físicas. Benhamou se centraba en el sector de e-commerce junto a Oriol Carbonell en unas oficinas de Sant Quirze del Vallès; cuando necesitaron contratar a programadores, contactaron con desarrolladores que operaban desde el mismo edificio: Joan Sánchez, Alberto Quiñonero y Raúl Pérez, que completan el equipo de cinco fundadores de la empresa, ahora con 21 trabajadores.
A partir de un primer fructífero trabajo conjunto, los cinco fundadores apostaron por impulsar una iniciativa común, que se ha materializado en esta ciudad virtual. Nace sin competidor a nivel europeo y sólo con una plataforma de juegos estadounidense como iniciativa comparable, aunque lejos del hiperrealismo que caracteriza a la propuesta de Algoritcom. Una ciudad virtual sin límites físicos que se impulsa desde una ciudad real, una Barcelona que a su vez aspira a romper estos límites con iniciativas como esta.