Agenda cultural Barcelona marzo 2021

AGENDA CULTURAL
por JACOBO ZABALO

Una selección mensual de conciertos,
artes escénicas y exposiciones.

MÚSICA Y
ARTES ESCÉNICAS

MÚSICA Y ARTES ESCÉNICAS

 01 / 03 / 21 

Dudamel dirige el Otelo de Verdi

Gran Teatre del Liceu, del 27 de marzo al 14 de abril

La presencia en el Gran Teatre del Liceu de una figura de la dirección como Gustavo Dudamel es una excelente noticia. Uno de los maestros más internacionalmente solicitados de los últimos tiempos, consagrado en las principales salas de conciertos, se enfrenta en este caso al reto de conducir musicalmente el Otello de Giuseppe Verdi. Ópera tardía, estrenada el 1887, en ella el reconocible estilo del italiano -dinámico, colorido y con una evidente facilidad para la creación melódica- se aproxima por momentos a la intensidad de los dramas de Richard Wagner, fallecido poco antes del inicio de un proyecto que, de hecho, se dilataría en el tiempo. Por supuesto, en el origen de la partitura cabe hallar el texto de Shakespeare, empleado ya por Rossini muchas décadas antes -siete, concretamente- y que en este caso adapta magistralmente el libretista y compositor Arrigo Boito. Aunque Verdi tardó en dar el visto bueno a su tarea -justificadamente suspicaz al encontrarse Boito vinculado a un movimiento cultural que cuestionaba el modus operandi de compositores tradicionalistas- el resultado es una ópera sin apenas interrupciones, que fluye con naturalidad apasionada, promoviendo una especie de vórtice en el seno del triángulo que conforman Otelo, Desdémona y por supuesto Yago.

La presente producción proviene de la Bayerische Staatsoper y cuenta con las voces de Gregory Kunde, Krassimira Stoyanova y Carlos Álvarez. Obra de Amélie Niermeyer “muestra -según explican los organizadores- la lucha interior y exterior que habita en el texto de Shakespeare, pero poniendo también en el centro la figura de Desdémona. De alguna manera subraya el feminicidio y la misoginia con las gafas del realismo, el expresionismo y la crudeza de al teatro moderno”.

Traces

Mercat de les Flors, del 25 al 27 de marzo

La ciudad de Barcelona sigue ofreciendo excelentes espectáculos de danza, tanto en el Mercat de les Flors, junto a la sede del Teatre Lliure de Montjuic, como en otros lugares menos específicamente dedicados a este arte, que en su formato contemporáneo trasciende con mucho la

concepción clásica. Música en directo, videoarte y un espectro inagotable de recursos se ponen en juego para hacer partícipe al espectador de una narrativa visual. Más que una historia o formas bellas en movimiento, logra transmitir ideas estéticas, que de un modo u otro lo interpelan. Incluida en la Quincena Metropolitana de Danza, Traces es la última creación del coreógrafo, bailarín, cineasta y fotógrafo Wim Vandekeybus. Su compañía Última Vez, fundada en los años 80, se presenta ahora con una función que -explican los organizadores- “habla de la tensión entre un tiempo que ha quedado parado y un tiempo que avanza directo, irreflexivamente, desbocado. Un tiempo del mundo animal que contrasta con el tiempo del mundo humano”. La implicación y virtuosismo de los bailarines hace posible la realización de esa mirada hacia los orígenes, hacia la apreciación antropológica de la música y la danza. Vandekeybus “vuelve al teatro de los impulsos y los instintos; el juego de las energías y las intensidades. Busca trazas más antiguas que la humanidad y que su propio recuerdo. Busca la «historia interna», la historia que se despliega más allá del lenguaje y que sólo se puede explicar mediante la pulsión de la danza y la música”. El contraste entre lo familiar y lo extraño se despliega de manera sugerente, asimismo, gracias a la colaboración de artistas con trayectorias consolidadas, entre los cuales destaca el guitarrista estadounidense Marc Ribot.

VISITAS DE CURRENTZIS

Auditori, 22 de marzo

La tarea de programar y trasladar a una orquesta internacional -especialmente heroica en nuestros tiempos- intentará ser repetida tras la visita al Auditori de la Orquesta del Teatro Mariinski bajo la dirección de Valery Gergiev.

La promotora Ibercamera cuenta en principio con la Orquesta Sinfónica de Stuttgart y la fulgurante presencia del tan aclamado Teodor Currentzis, que repetirá visita a la ciudad de Barcelona en pocas semanas, en este caso en el Palau de la Música y con su conjunto Musica Aeterna. Sin duda es tentadora la denominación de enfant terrible, y eso a pesar de convenirle cada vez menos, al tratarse de una figura muy consolidada en el panorama musical y -sobre todo- por no ser siempre rupturista en sus planteamientos. Al frente de un conjunto orquestal con solera, la única obra incluida en el programa es asimismo de una enjundia y relevancia enormes dentro del panorama internacional: La canción de la tierra (Das Lied von der Erde) de Gustav Mahler. No se trata de una sinfonía coral a la usanza beethoveniana, como la que inspiró a Mendelssohn su fascinante Segunda, sino de un ciclo de canciones de envergadura sinfónica con la participación de voces solistas, que alterna pasajes de sutil espiritualidad con estruendos cosmogónicos. Una celebración, inspirada por la poesía contemplativa de autores como Li Tai-Po o Wang Wei, con que Mahler se despide de la vida, articulando en una sola obra registros aparentemente contradictorios.

Cuarteto Quiroga

Palau de la Música Catalana, 16 de marzo

El Cuarteto Quiroga, conjunto que en 2018 recibió un importante reconocimiento -el Premio Nacional de Música-, ofrecerá en el Palau de la Música un concierto con un título que no pasa desapercibido, “Pathos: Actus Tragicus”. La referencia

grecolatina se muestra justificada desde el momento en que se tiene presente la selección del programa. Una serie de piezas -tres cuartetos como tres soles- en que reina la expresividad y la comunicación musical de emociones. El término “pathos”, inevitablemente vinculado al proceso de catarsis que acontecía en el curso del espectáculo teatral conocido como tragedia, alude al sentimiento que es depurado, y posibilita en el espectador un estado de ánimo renovado y una mirada más limpia y ecuánime, mejor dispuesta a la asunción de los avatares vitales. Quizá por eso la asistencia a aquellos espectáculos era considerado prácticamente como un deber cívico. En el templo modernista de la ciudad de Barcelona se podrá escuchar una de las piezas camerísticas más emotivas de Wolfgang A. Mozart, el Cuarteto núm. 15 en re menor, Kv. 421, que parece anticipar algunos rasgos del Romanticismo, así como una obra de madurez de Ludwig van Beethoven, como el Cuarteto de cuerda núm. 11 en Fa menor Op.95, “Serioso”. Entre ambas, compuestas por creadores que probaron suerte en la capital austríaca, se hará presente el carácter disruptivo de los compositores de la segunda escuela de Viena, con la interpretación del Opus 3 de Alban Berg. Ciertamente, no se trata del cuarteto más rupturista, en términos de estilo -pensamos por ejemplo en el caso de Webern- pero refleja la transformación de la expresividad del pathos romántico. El Cuarteto Quiroga, reconocido por el carácter orgánico y equilibrado de sus lecturas, brindará un concierto de alta intensidad emocional.

EL BACH DE MEZQUIDA Y DE LA RUBIA

Palau de la Música Catalana, 11 de marzo

Dos de los artistas preferidos del público barcelonés, con éxitos en el Palau de la Música y en otras salas de referencia, se alían en un concierto único, absolutamente inclasificable. El organista Juan de la Rubia y el pianista Marco Mezquida

realizarán improvisaciones sobre la obra de Johann Sebastian Bach, una obra que ha sido revistada en un sinfín de ocasiones desde perspectivas y géneros distintos a tenor de sus potencialidades intrínsecas, y que en la presente habilitará un apasionante diálogo entre los instrumentos de tecla más conocidos. El “rey de los instrumentos”, título antiguamente otorgado al órgano, interpelará y se dejará interpelar por el piano, instrumento de una versatilidad menos connotada y -como se sabe- empleado en multitud de géneros y estilos musicales. Marco Mezquida ha intervenido en proyectos diversamente creativos, formando parte de combos de jazz, acompañando a Sílvia Pérez Cruz -en esa misma sala- e incluso aportando su maestría en la puesta en escena de El combat del segle (Sala Beckett). Por su lado, Juan de la Rubia ha brillado como solista de algunas de las principales formaciones de música antigua -así, por ejemplo, la Freiburger Barockorkester- pero también ha estado presente en muchos otros proyectos, algunos de ellos interdisciplinares, en que ha demostrado sus facultades como improvisador. En el mismo Palau de la Música se encargó de ilustrar musicalmente películas capitales del cine mudo, como Nosferatu o Metropolis. Los artistas Juan de la Rubia y Marco Mezquida no necesitan motivación extrínseca, pero su reunión concertada puede incluso estimular aún más sus prestaciones. A la complicidad de los implicados, a la conjunción de dos carreras exitosas y al carácter de reto del evento cabe añadir la intervención visual de Alba G. Corral, que dotará de una nueva dimensión a la experiencia propiamente auditiva.

EXPOSICIONES

EXPOSICIONES

 01 / 03 / 21

Claudia Andujar

Fundación Mapfre, hasta el 23 de mayo

Tras la maravillosa retrospectiva que la Fundación Mapfre dedicó a Bill Brandt en su recientemente inaugurado centro KBr de Barcelona, especializado en fotografía, la protagonista de la exposición que podrá visitarse hasta el 23 de mayo combina experimentación y activismo. La originalidad de su lenguaje artístico radica precisamente en el empleo de técnicas atrevidas, algunas de ellas propias del surrealismo -por ejemplo, la doble exposición-, para la captación documental de una realidad en cambio, que amenaza la vida de comunidades de los indios Yanomami. Andujar entró en contacto con ellas por vez primera en 1971, momento en que comienza a percibir los daños que derivan de la explotación de los recursos del Amazonas, y se implica en la difusión gráfica de esa situación de riesgo. Ese “compromiso -señalan los organizadores- incansable desde entonces, es para ella no sólo un instrumento de lucha con el que enfrentar una injusticia, sino también una forma de esclarecer sus propias interrogaciones existenciales”.

La fotógrafa brasileña ha explicado: “Estoy conectada con el pueblo indígena, con la tierra, con una lucha esencial. Todo eso me conmueve profundamente. Todo parece necesario. […] Quizás siempre busqué la razón de la vida en esa esencialidad. Y por eso llegué a la selva amazónica, de modo instintivo, mientras me buscaba a mí misma”. En esta misma línea, precisa que “fotografiar es el proceso de descubrir al otro y, a través del otro, a uno mismo. El fotógrafo busca y descubre nuevos mundos, pero, en definitiva, termina siempre mostrando lo que hay en su interior”. El drama que se cierne sobre las comunidades más vulnerables refleja, así, la precariedad del ser humano, de un modo especialmente llamativo a tenor de la manipulación de la película por parte de la artista, consciente de que el artificio le permite comunicar con mayor expresividad esa realidad externa/interna. Comisariada por Thyago Nogueira, coordinador de fotografía contemporánea del Instituto Moreira Salles, de Brasil, esta exposición se halla organizada en ocho secciones, que reúnen unas doscientas setenta imágenes. Además, puede contemplarse -en palabras de los organizadores- “una serie de dibujos realizados por miembros de los Yanomami, junto a libros, proyecciones audiovisuales y documentos que exploran la extraordinaria contribución de la artista al medio”.

HERMITAGE. EL PATRIMONIO SALVADO

Casa Rusia, hasta el 31 de marzo

La historia de una de las principales pinacotecas del mundo, la del Hermitage de Saint Petersburgo, es evocada en la exposición que la Casa Rusia ha organizado y que lleva por título El patrimonio salvado. Documentos gráficos

testimonian la formación y el cuidado de la colección con una atención especial al contexto de la segunda guerra mundial, y más concretamente a la conmemoración del fin de los enfrentamientos en el frente ruso, hace 75 años. Los organizadores explican que “La exposición es una fusión del arte de collage, donde una serie de fotografías, acuarelas y dibujos únicos de los archivos del Hermitage -junto con las videocrónicas de los años de la Guerra, los efectos especiales y el vídeo mapping- permiten al espectador sumergirse completamente en la atmósfera de aquel tiempo”. En la línea de las exposiciones inmersivas, pero sin que el despliegue tecnológico -la recreación virtual- sea en este caso predominante, se pretende retrotraer al visitante a una de las épocas más duras del siglo XX y documentar la salvaguarda del patrimonio artístico, amenazado por la posibilidad del expolio.

LOS CUADERNOS DE PICASSO

Museo Picasso, hasta el 4 de abril

Pablo Picasso conservó la mayoría de sus cuadernos de dibujo. Un hecho especialmente revelador, que confirma la importancia que daba a esos soportes en principio privados, cómplices inseparables para la realización de bocetos o probaturas, en suma, para la experimentación.

En este sentido, no es exagerado decir que pueden ser comprendidos como una suerte de diario: materiales altamente representativos de sus inquietudes, que reflejan asimismo la evolución de su técnica pictórica. Los organizadores de la exposición en el barcelonés Museo Picasso retoman una expresión en francés que podía leerse en uno de sus cuadernos de 1907 -Je suis le cahier- precisando que literalmente significa “yo soy el cuaderno”. Pero también puede significar -de un modo no menos literal- “yo sigo el cuaderno” (“suis”, del verbo suivre). La homofonía, y exacta grafía de dos verbos tan distintos, manifiesta con feliz elocuencia el hecho de que Picasso deviene el Picasso que conocemos en la medida, también, que sigue el rastro de la inspiración ahí plasmada. Los expertos cifran en ciento setenta y nueve el número de cuadernos, de los cuales se exhiben en la presente ocasión diecinueve, correspondientes a sus primeros años como creador, es decir, cuando su conciencia de artista se está fraguando. Los organizadores de la exposición admiten que, para resultar interesante, ésta “debe mostrar la totalidad de los dibujos, empleando la tecnología conveniente para hacerlos atractivos al público, y mostrar la constelación de temas que van apareciendo en los cuadernos, temas frecuentes en la obra del artista o temas que van desapareciendo con el paso del tiempo”. Además de las imágenes contenidas en los cuadernos, el visitante podrá hacerse una idea del momento de su creación gracias a las obras y documentos que los contextualizan.

“SO LAZY”

Caixaforum, hasta el 18 de abril

Es un mérito de la exposición So Lazy. Elogio del derroche, comisariada por Beatriz Escudero y Francesco Giaveri, el mostrar la ambivalencia inherente al tiempo no productivo. Tiempo deleznable desde una perspectiva tradicional, habitáculo para prácticas de puro e insustancial pasatiempo

(“Zeitvertreib” en la lengua de Heidegger, es decir, actividad cuyo único cometido es disimular el inquietante hecho de que “nada” relevante esté realmente sucediendo) y, al mismo tiempo, siguiendo el dictum de Georges Bataille que recuerdan los organizadores (“en La parte maldita define “derroche” como la actividad improductiva necesaria para el buen vivir en común”), representa ese tiempo una suerte de condición de posibilidad de la actividad provechosa. En la web informativa se anuncia la presente exposición como “una crítica a la hiperactividad contemporánea”, que “introduce la esperanza de una redistribución de recursos y de tiempo capaz de repensar lo común”. Precisamente por ello, parece de gran interés sumergirse en un recorrido que aúna obra gráfica, instalaciones y audiovisuales, mostrando actitudes en las que eventualmente podemos vernos reflejados. Un espejo, el del arte, deliberadamente distorsionado -incluso cuando se muestra “realista”, sin artificio aparente- que en este caso invita a retomar las riendas del tiempo que somos, con mayor conciencia. Un tiempo falsamente enajenado. Pues, aun en las condiciones más precarias, nunca ha dejado de pertenecernos.

FINA MIRALLES

Macba, hasta el 5 de abril

La carrera de la artista Fina Miralles se inició en una época en que la represión estaba aún presente de manera fáctica y en las mentalidades de los ciudadanos. Su obra se enfrenta al entorno “hostil, limitador y castrador” -según explican

los organizadores de la muestra-, un entorno en que “la censura controlaba cualquier forma de expresión, bajo imperativos morales”. En el Macba hasta el 5 de abril, la original propuesta de Fina Miralles sortea muchas de aquellas limitaciones, cuestionando asimismo el tipo de arte académico que se enseñaba entonces en las escuelas de arte. El título de la muestra comisariada por Teresa Grandas, “Sóc totes les que he sigut”, evidencia no sólo la pluralidad de posibilidades que todo ser humano -en este caso, una artista- atesora, sino que da a entender la cantidad de posibilidades de representación de la realidad propia, aquí plasmadas en soporte fotográfico o en instalaciones. Se trata, en ambos casos, de intervenciones artificiosas, desplegadas a plena conciencia, con el fin de despertar la perplejidad en la percepción de lo real y desafiar la noción de una identidad cerrada y definitiva.

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