AEInnova prevé duplicar este 2025 su plantilla, actualmente formada por 22 trabajadores.

AEInnova abre una ronda de 10 millones para comercializar de su tecnología

La compañía de Terrassa prevé cerrar 2025 con una facturación de un millón de euros

Las máquinas y aparatos industriales generan una gran cantidad de calor y energía que generalmente se malgasta. AEInnova (Alternative Energy Innovations) nació con el objetivo de aprovechar este calor que generan las máquinas y conseguir transformarla en energía. “En una chimenea, la mayor parte del calor de la leña no lo aprovechamos, porque se escapa por la chimenea. ¿Por qué no colocamos un dispositivo en la chimenea y recuperamos esta calor para convertirla en electricidad?”, reflexiona David Comellas, consejero delegado de la empresa. Después de una década de investigación y pruebas, la compañía se prepara ahora para la comercialización de estos sensores “únicos y sostenible que permiten prescindir de cables y baterías contaminantes”.

La energía termoeléctrica (generada a partir del calor), de hecho, no era una desconocida y en el espacio se utiliza desde finales de los años 70 para alimentar vehículos y sondas. “En la Tierra habíamos sido incapaces de aplicarla de manera real y práctica”. Un grupo de cuatro investigadores del Departamento de Microelectrónica de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), liderados por el investigador Raúl Aragonès, apostó en 2014 por hacer viable un mecanismo que reaprovechara esta energía para ser aplicada a grandes procesos industriales. “Los procesos industriales son muy intensivos en calor, pero este calor se acaba perdiendo y, en consecuencia, hay muchas emisiones de dióxido de carbono que no tienen ninguna utilidad”, expone el consejero delegado.

AEInnova ofrece con con estos sensores una alternativa a las baterías de litio, un material cada vez más escaso y altamente contaminante. “Desde AEInnova estamos compitiendo con las grandes marcas, como Siemens o Emerson, pero estas empresas tienen un problema, y es que utilizan las baterías de litio como fuente de alimentación; nosotros somos los únicos que hemos sido capaces de eliminar completamente la batería de la ecuación”, asegura Comellas.

Esta apuesta por la sostenibilidad ha hecho que la startup haya sido reconocida por instituciones como las Naciones Unidas o la Comisión Europea, que ha invertido en la empresa y la ha incluido en su lista de las 30 principales compañías europeas de deep tech. Actualmente, la empresa de Terrassa acumula más de treinta premios y reconocimientos, el último de los cuales el de mejor Start-up Deep Tech 2024, dentro del salón Smart City Expo. “En el actual contexto es imposible disgregar la inversión de la responsabilidad social; la inversión económica tiene que ser, por fuerza, socialmente responsable”, opina Comellas, quién empezó a invertir en la compañía prácticamente desde el inicio después de quedar “cautivado” por una conferencia de Raúl Aragonès. La implicación de Comellas empezó a ser paulatinamente cada vez mayor, y pasó de ser un inversor a ser nombrado consejero delegado en 2017.

Con el tiempo, la tecnología de AEInnova fue un paso más allá y se adaptó a la digitalización de los procesos industriales. “Teníamos una tecnología muy potente, que nos estaba dando premios y reconocimientos, pero no teníamos negocio, porque la industria no estaba dispuesta a invertir”, expresa Comellas. Así, reenfocaron su producto y no solo crearon unos sensores autoalimentados —denominados Waste Heat Recovery Unit— con una vida útil ilimitada gracias a la transformación del calor en energía, sino que también fueran capaces de recoger datos y crear predicciones, a través de algoritmos de inteligencia artificial. “Hemos conseguido no solo crear los sensores físicos, sino también incorporar software que permita recoger datos y analizarlos para predecir, por ejemplo, cuando se estropeará una máquina, y avanzarnos”.

Coincidiendo con su décimo aniversario , y después de una inversión total de ocho millones de euros, certificaciones y pruebas de patentes en una treintena de empresas, la compañía encara un “año decisivo” para la comercialización internacional de sus sensores. Con este objetivo, desde AEInnova han abierto una ronda de financiación de 10 millones, la más ambiciosa hasta la fecha, ya que la startup se había financiado hasta el momento con pequeños inversiors privados (el 70% de la inversión) y con subvenciones para el desarrollo tecnológico. “2025 será el año de conseguir las primeras ventas y poner en marcha la maquinaria que nos permita pasar de una empresa que se había dedicado puramente a la investigación y la certificación, a una compañía comercial que consiga vender los sensores en Europa, pero también en países como Japón, Singapur o Estados Unidos”, defiende Comellas.

David Comellas es consejero delegado de AEInnova desde 2017.

El objetivo de levantar esta ronda de financiación pasa por duplicar la plantilla, actualmente formada por 22 trabajadores, principalmente ingenieros, y aumentar la facturación. AEInnova cerró 2024 con 300.000 euros de facturación, con la llegada de los primeros clientes de estos sensores, y prevé que este año aumente hasta los 500.000 euros o un millón de euros, a pesar de que apuntan hacia el 2026 como el año de crecimiento económico.

A pesar de que desde la compañía reconocen haber estado en contacto con inversos norteamericanos que les han ofrecido hasta 20 millones de euros, aseguran que su objetivo es quedarse en Catalunya y contar con inversores principalmente catalanes. “Somos una empresa catalana y queremos seguir siéndolo”, afirma Comellas. “Hemos hecho un gran esfuerzo para hacerlo todo desde Catalunya; nosotros no fabricamos en China, que sería lo más fácil, porque allí les envías un plano y te lo hacen todo, sino que lo hacemos todo aquí: hemos buscado los proveedores, los fabricantes, el talento local… Aunque sabemos que los inversos catalanes son todavía conservadores y les da miedo invertir en este tipo de tecnología, ahora nos gustaría poder cerrar este círculo y comercializarlo también con capital catalán”.