Las cenas espectáculo son una propuesta imprescindible en cualquier ciudad turística del mundo, pero es un formato que nunca ha acabado de cuajar en Barcelona, a pesar de los múltiples intentos que ha habido. En la capital catalana es posible actualmente disfrutar de este concepto en establecimientos como el restaurante Salvaje de la calle Enric Granados o el Velissima de Marina Vela, pero este verano hay una propuesta que no se debe pasar por alto y que no deberíamos dejar que disfrutaran únicamente los turistas: The Bonfire, en el Hotel W Barcelona.
Todos los jueves por la noche, hasta el 25 de agosto, el icónico hotel que ha transformado el skyline de Barcelona saca al exterior su restaurante principal, Fire, que sirve la cena en la espectacular terraza frente al mar que acoge su piscina. En lugar de tumbonas, en el perímetro de la piscina del hotel se colocan mesas que permiten disfrutar de una agradable cena al aire libre, mientras se contempla como anochece en un balcón privilegiado sobre la playa de Sant Sebastiá.
Fire, el restaurante principal del W Barcelona, está especializado en platos cocinados a la brasa y, en consecuencia, la cena espectáculo The Bonfire tiene como protagonista al fuego. Actuaciones musicales y de baile, acrobacias e impresionantes números de faquir se suceden a lo largo de la cena, con la peculiaridad de que el espectáculo no se realiza desde un escenario, sino que los artistas se desenvuelven por toda la terraza, mezclándose e interactuando con los comensales, que se sienten también parte de la actuación. Una pasarela sobre la piscina permite dar aún más juego al espectáculo de fuego, que incorpora números de alto nivel.
Es imprescindible reservar con antelación para poder disfrutar de la experiencia The Bonfire, ya que las plazas son limitadas y el atractivo de la propuesta seduce no solo a los huéspedes del hotel, sino a los turistas que buscan ubicaciones únicas para vivir la ciudad, especialmente de noche. El precio por persona es de 70 euros, importe que no incluye las bebidas, pero sí un pequeño cóctel de bienvenida. Se trata de un precio cerrado porque The Bonfire no es una cena a la carta, sino que se basa en un menú que permite elegir entre seis entrantes, ocho platos principales y tres postres.
Según W Barcelona, la propuesta gastronómica de Fire “nace de la unión de las brasas y la tierra” y se combina con la aplicación de otras técnicas que no pasan por el fuego. Así, para empezar puede elegirse entre un tartar de ternera de Girona; un gazpacho de cereza negra, tomate cherry confitado y brotes de albahaca; o una berenjena asada laqueada al comino con salsa de yogur. Añadiendo un suplemente de diez euros, la elección de los entrantes se completa con jamón ibérico de bellota, con un delicado plato de cabra de mar con sandía osmotizada y aguacate; y con un calamar a la parrilla que también se fríe y se sirve con all i oli y pimientos del padrón.
Como es habitual, a la hora de elegir los platos principales hay que decantarse por la carne o el pescado. Si se es de carne, merece la pena elegir el solomillo de ternera de Girona con patatas al romero y espárragos o un lomo alto de 500 gramos con salsa chimichurri y patata fritas. Sin embargo, el plato estrella —añadiendo 100 euros— es el denominado Tomahawk, un lomo alto de vaca vieja con su hueso de dos kilos de peso y acompañado también por patatas, ensalada y chimichurri.
En pescados, hay tres propuestas: corvina con puré de patatas ahumado; pez espada o una lubina para compartir de un quilo y medio de peso (+80 euros) que ha sido cocinada al horno recubierta de sal gorda y que se flambea en el momento de servirse en la mesa. Se acompaña de una emulsión de mantequilla de limón y alcaparras, y de verduras a la brasa, patatas al romero y una salsa de azafrán y cava.
Crème brulée de vainilla, también flambeada, tarta de queso o tatin de mango con helado, son las tres sugerencias de postres para terminar el menú, que puede completarse con algún cóctel mientras se contempla el mar y se escuchan los temas que va encadenando el DJ que pincha a pie de piscina.