No hay quien no se haya fijado en las dos torres racionalistas de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial (ETSEIB) a su salida de Barcelona por la Diagonal. Ese perfil urbano de la avenida cambiará en los próximos años con la construcción de un nuevo edificio para el centro de la Universidad Politécnica de Catalunya (UPC), donde conviven unos 4.000 estudiantes, profesores y personal de soporte. No es que la escuela busque ganar espacio para dar respuesta a una mayor demanda, sino que necesita rehabilitarse y, para hacerlo sin parar las clases, tiene que trasladar las aulas a un nuevo inmueble.
Un planteamiento complejo que lleva décadas encima de la mesa de la universidad pero que la crisis económica ha frenado durante demasiados cursos, como ha pasado con los proyectos de tantos otros centros públicos de la ciudad. Las torres de la ETSEIB se construyeron en la década de los sesenta y los años pesan, con problemas en los acabados del edificio y filtraciones de agua. Es tan integral la rehabilitación que requiere, incluso se valora la reconstrucción, que no se puede ejecutar manteniendo la docencia. La propuesta de construir un nuevo edificio se empezó a trabajar en los 2000 y de ahí que ya esté construida la base, con un par de plantas hechas en aquel momento y encima de las cuales se alzará el futuro inmueble.
“Es un proyecto muy esperado por la universidad”, explica el rector de la UPC, Daniel Crespo. Las obras se espera que empiecen a finales de este año, una vez acabado de pulir el proyecto ejecutivo en los próximos meses y obtenidos todos los permisos municipales. Los despachos de arquitectura que lo llevarán a cabo son todos catalanes y fueron escogidos entre una veintena de propuestas que se presentaron al concurso. Serán Eduard Gascón y Elies Rull (TAC Arquitectes), Luis Alegre y Lluís Lloveres (A&LL) y TYPSA, con la colaboración de BBG y Ecopenta. Precisamente, uno de ellos, Luis Alegre, es hijo del ingeniero Vicente Alegre, quien construyó las torres actuales junto con el arquitecto Robert Terradas.
El nuevo edificio, en forma de cubo, se ha concebido para dar continuidad a la estructura actual y no restar protagonismo a las torres, además de para mejorar la permeabilidad del campus y la interacción con el entorno, con la previsión de pacificar la vía que queda detrás, la calle Pau Gargallo. Tendrá nueve plantas y sumará 16.000 metros cuadrados. Se incluirán placas fotovoltaicas en la fachada y la cubierta para que el inmueble genere el 40% de la energía que consumirá.
Las plantas bajas se destinarán a aulas mientras que el resto estará dedicado a laboratorios, con el objetivo de adaptarse a una disciplina que cada vez tiene más formación práctica. Se contempla tener acabado el nuevo edificio entre finales de 2027 y principios de 2028, con la previsión de ir llenando su interior de actividad de manera progresiva y que esté completamente operativo en el curso 2028/2029. Una vez pase esto, quedará afrontar la reforma de las instalaciones actuales. Estos trabajos servirán para solucionar las patologías existentes y adaptarse a nuevas normativas en cuestiones como el aislamiento, pero, para esto, no hay ni calendario previsto ni recursos comprometidos.
El presupuesto del nuevo edificio se sitúa en los 54 millones de euros, repartidos entre 42 millones para la construcción y 12 millones para equipar el interior. Actualmente, la universidad ya dispone de 11 millones de euros para ponerlo todo en marcha, con un millón aportado por la Generalitat. La UPC está trabajando con el Departament de Recerca y el de Economia para que financie parte del desembolso total.

Una cartera de casi un centenar de edificios
Los diferentes campus de la UPC suman casi un centenar de inmuebles, con algunos de ellos habiendo superando los 100 años. Muchos de ellos piden una actualización como las torres de ETSEIB, con facturas energéticas muy altas por un aislamiento que ha quedado anticuado o mal adaptados para los nuevos requisitos de accesibilidad. Después de estudiar durante dos años el estado de cada edificio, la universidad destinará un primer paquete de 27 millones de euros de aquí a 2026 a empezar con las mejoras, pero ninguna requerirá una gran construcción como la escuela de Ingeniería Industrial. Con este contexto, la UPC pide aumentar el plan de inversiones universitarias de la Generalitat, reducido a mínimos con la crisis económica y recuperada la mitad de su cuantía hace unos pocos años. Antes de la crisis, la partida era de 100 millones de euros.