[dropcap letter=”T”]
ras una temporada en el hospital, acompañando a un familiar cercano, Virginia Castelló decidió que tenía que hacer algo para humanizar y alegrar un poco ese entorno tan necesario como normalmente gélido e inhóspito.
Dicho y hecho. Virginia, apasionada del flamenco, decidió hace seis años montar una asociación sin ánimo de lucro para llevar música y poner una nota de color en los hospitales: Música en vena. Primero involucró a su familia, a Juan Alberto García de Cubas y a sus hijos, Juan e Ignacio, que son los principales motores del proyecto. Y poco a poco han ido ampliando el equipo, con profesionales de la comunicación y asesores, tanto músicos como científicos.
Algo que empezó como una pequeña iniciativa solidaria, involucrando a músicos y amigos para que tocaran dos o tres temas en una unidad pediátrica, coronaria o el salón de actos de un hospital público, con el tiempo se ha convertido en un proyecto reconocido y premiado, que ha llegado a miles de pacientes en Madrid y Cataluña.
Música en vena ha firmado diversos convenios con instituciones sanitarias, científicas, universitarias y musicales. También ha conseguido atraer a marcas y ha tenido un fuerte impacto en medios de comunicación. Recientemente, ha empezado una colaboración con la productora Newtral –creada por la periodista Ana Pastor- con una serie de piezas audiovisuales que inauguró Jorge Drexler cantando una nana a un bebé prematuro en el Hospital Severo Ochoa de Leganés.
Música en vena ha conseguido constatar algo que ya intuíamos: que la música cura. Y de paso, se ha convertido en un buen modelo de acción social.