Cada vez, extraña menos lo de acompañar la comida con un buen cóctel. Y Barcelona es una buena ciudad para comprobarlo.
Si entendemos el maridaje como la unión y mezcla entre alimentos y bebidas con el fin de lograr una unión perfecta de los aromas y sabores que se combinan, ¿por qué dejarlo únicamente al terreno del vino y de la cerveza? De hecho, desde hace unos años atrás existe la tendencia de maridar las cenas o comidas con cócteles, poco a poco, va aumentado el número de restaurantes que se suman a sorprender a sus clientes con esta combinación.
Aquí van tres propuestas para disfrutar de un ágape completo, tanto culinariamente como mixológicamente hablando.
Shiko by Yamato
El restaurante de BBQ japonesa, ubicado en la calle Balmes número 73, propone maridar sus mejores especialidades con un combinado —con o sin alcohol—. Maridar, pero también abrir boca o acabar la cena o la comida. Para ello, acaba de estrenar una nueva carta de refrescantes y sugerentes cócteles para todos los gustos.
La nueva carta de cócteles de Shîko by Yamato cuenta con 12 propuestas, dos de ellas, sin alcohol, el Summer Sunset, con zumo de sandía y té de jazmín, y el Early Summer, elaborado con zumo de pomelo y de uva.
Tragos largos como el First Crush, a base de ron, campari y zumo de limón; el Cubata, con zumo de fruta y sake; el Orange Blossom, con vodka, té de jazmín y zumo de naranja; o el Tipsy Night, un cocktail elaborado con whisky, licor de ciruela, Cointreau y zumo de limón. Y para los cafeteros, el Lover Charming, un combinado a base de whisky, Baileys y café solo.
Cócteles que se pueden maridar con sus especialidades culinarias, especialmente las estrellas de la casa, el Sukiyaki y el Shabu Shabu, pero también el resto de platos y platillos con acento japonés más o menos pronunciado, desde la fusión de los rollos ibéricos con queso y edamame a los donburi que pueden ser de pollo yakitori con jengibre, de ternera shikô, de albóndigas y curry, de panceta y kimchi, o de ternera volcánica.
C/ Balmes, 73
Muy buenas
Ubicado en uno de los establecimientos más emblemáticos del Raval, el Bar Muy Buenas —inaugurado en 1896 como una bacaladería—, es uno de esos locales perfectos para combinar platillos y buenos tragos.
Su cuidada decoración modernista sirve de escenario para una cocina sencilla pero sincera. Cocina catalana de la buena, de las de “cuchillo y tenedor (o cuchara)”: albóndigas con sepia, bacalao con chanfaina, fricandó, el cap i pota con garbanzos, trinxat con rosta.
Y aquí, los típicos vinos rivalizan con una buena carta de cócteles elaborados con licores catalanes, que se pueden disfrutar también en una coctelería en el piso de arriba.
Cócteles que hacen un guiño a personajes de la cultura y la sociedad catalana y barcelonesa, desde el Pere Gimferrer (gin, aroma de Montserrat, licor de grosella, licor de cereza negra, mandarina y limón), hasta el Pepe Rubianes (aguardiente de setas, cerveza casera de jengibre, mermelada de higos y limón), o desde una Mary Santpere (brandy Torres 15, flores del remedio y bitter de la casa) a un Juanola (absenta de Girona, licor de café de Girona, ratafia, jarabe de miel y limón).
C/ Carme, 63
The Alchemix
Para los que buscan originalidad y creatividad, The Alchemix. Este “gastro-cóctel-bar”nos traslada a los “clandestinos speakeasy”, aquellos bares ocultos y exclusivos con buena música y luz cálida. En esta ocasión, sus fundadores el cocinero y jefe de sala Sergi Palacín e Ignacio Ussía (que se conocieron en el mítico Gaggan de Bangkok), proponen fantásticos cócteles y una oferta gastronómica a la altura.
Una carta de propuestas culinarias no exenta de creatividad y originalidad, tanto en sus recetas como en sus presentaciones, gracias también por unas vajillas más que sorprendentes. Puesta en escena que quiere fascinar y sorprender pero también combinar con los tragos largos. Una propuesta merecedora de no pocos premios, como el Top Cocktail Bars 2024.
Lo más sorprendente es que el local “ha creado su propia tabla periódica”. Porque en The Alchimix se valora la investigación. Así que, para los más curiosos, se recomienda preguntar por la ley seca y su cocktail: pura magia.
C/ València, 212