Tori Sparks
La cantante y compositora estadounidense Tori Sparks, afincada en Barcelona. ©Shankar Bathla
El Bar del Post

Tori Sparks: A veces, el hogar es la música

Es de noche y Tori Sparks aparece por el Bar, deslumbrante y con su guitarra a lomos. Viene, cómo no, de tocar en algún sitio, y ahora sólo pide tomarse “una copa de vino tinto” y que, en la radio, suene algo de “David Bowie, Tom Waits o Flamenco”.

Cantante y compositora, empresaria musical y activista Do It Yourself (hágalo Ud. mismo/a), esta estadounidense residente en Barcelona suma ya veinte años de andadura como artista musical, y trece al frente de su propio sello discográfico, Glass Mountain. Todo ello, sin perder esa expresiva sonrisa con la que explica y se explica.

 

“Siempre he seguido mi propio camino, pensando primero en la música y, después, en cómo venderla. Con esta filosofía no me he hecho rica, pero estoy orgullosa de la autenticidad de mi obra y, especialmente, de la banda con la que toco ahora: hemos creado algo nuevo y nuestro”. Insiste en el respeto por el trabajo de sus compañeros de profesión. “Procuro tratar lo mejor que puedo a mi equipo, a los profesionales que invierten su tiempo en mi proyecto. Es muy importante para mí y lo será siempre. El concierto para la grabación de mi último álbum, Wait No More es lo que mejor resume el valor que tiene la gente a mi alrededor”.

–¿Y ahora, con lo del Covid, ha habido parón?

Todo lo contrario. “Con la pandemia se han cancelado giras previstas, aquí y en varios países, así que tuve que encontrar otras cosas que hacer”. Entre marzo y mayo ha impulsado la iniciativa #BalconyConcerts, una serie semanal de conciertos gratuitos durante la cuarentena. “También sacamos con Glass Mountain un disco recopilatorio Amor en Los Tiempos de Cuarentena, un proyecto solidario para recaudar dinero para artistas afectados por la pandemia. Otro proyecto solidario ha sido la grabación de una versión del The Man Who Sold the World de Bowie, durante la cuarentena, cada músico desde su casa. Se hizo un videoclip y, durante el evento de lanzamiento online, recaudamos fondos para el Banco de Alimentos”.

–¿Y para 2021 qué planes tienes?

–Al menos, limpiar mi casa e intentar escribir unas canciones. ¡Ah, y se incluirá un tema mío en la banda sonora de una serie de Netflix!

Chicago-Nashville-Barcelona, con escala en Granada

A los 12 años, Tori pidió apuntarse a clases de guitarra. Tal vez, aquel fue el desencadenante, uno de esos momentos que definen todo o casi todo lo que serás mañana. Mudarse desde su Chicago natal a Nashville con 21 años fue otro punto de inflexión, “aunque parecía poco lógico porque yo no hacía Country y esa es el capital de Country, pero una discográfica local me propuso trabajar con ellos y su sede estaba allí”. La colaboración duró poco, porque al cabo de un año la artista inauguraba su propio sello y empezaba “a organizar giras non stop”, eso sí, siempre desde Nashville.

–¿Y desde ahí viniste a Barcelona?

Tenía 26 años y sí, vine a Barcelona y no a Nueva York ni a París, que eran mis dos otras opciones. No conocía a nadie y no hablaba el idioma.

Al año de estar aquí, Tori visitó Granada y todo volvió a cambiar: “fue mi introducción al Flamenco”, un sonido que ha impregnado su arte hasta convertirlo en un lenguaje suyo e intransferible, donde raíces americanas y el “Blues del Mediterráneo” (como definía el legendario BB King al Flamenco) se amalgaman.

Y aquí está ahora, con varios discos bajo el brazo, una conspicua cantidad de conciertos a sus espaldas, saboreando un tinto mientras reflexiona sobre el hecho de “seguir adelante con la música, día tras día tras día, aunque siempre es una lucha”.

Sparks tiene su propio sello discográfico, Glass Mountain. ©Shankar Bathla

Una ciudad que se complica sola

“Mi relación con Barcelona es de amor-odio, lo admito, pero bastante más amor. Es una ciudad que complica su propia vida y, por extensión, las vidas de quienes vivimos en ella, pero, a la vez, es única, está llena de riqueza y diversidad, y siempre brinda detalles nuevos para descubrir. Jamás es aburrida. Aquí las cosas siempre van espectacularmente bien u horriblemente mal, nunca hay término medio”.

–¿Y ser músico, aquí?

Me siento súper afortunada con la comunidad de músicos de la que formo parte, de la red de amigos que tengo y del apoyo que he recibido por parte del público y de la prensa local.

No escapa a su radar “la ineptitud del gobierno local, regional, y nacional, combinada con la cantidad de burocracia” y le indigna que, en Ciutat Vella “prefieran poner una tienda de Mango en lugar de proteger una librería que lleva, literalmente, 99 años”.

Aun así, Tori prefiere recordar su primera visita a Barcelona: “Era Carnaval y yo estaba delante de Santa María del Mar. De repente aparecieron los gegants, bailando, con gente con lucecitas y tocando música. Aquí, los gegants son la cosa más normal del mundo, pero impresionan si no sabías que existían”.

Y sí, quedó impresionada.

–Hay muchos detalles de esta ciudad que damos por sentados por vivir aquí, pero por algo, por muchos algos, Barcelona atrae a tanta gente.

La artista admite tener la sensación de haber encontrado su hogar en nuestra ciudad, “¡y es una sorpresa que esté aquí, tan lejos de donde nací!”. Aunque posiblemente su hogar verdadero, su castillo, complejo, rico, inexpugnable, sea la música que habita y cobra vida en ella.