escriptora Susana Hernández
Susana HErnández, escritora: "¡Soy más barcelonesa que la Sagrada Familia!”.
EL BAR DEL POST

Susana Hernández: Y de repente, hace quince años, todo cambió

“Mi vida cambió de forma radical en 2005. Todo pasó a la vez: publiqué mi primera novela y me enamoré de una mujer. De hecho, todo empezó la noche en que me dieron un premio por aquella primera novela. Como en una comedia romántica. Fue muy bonito y también duro. Cambiar de vida nunca es fácil”. Susana Hernández explica esto saboreando un té chai del que se confiesa adicta “junto a todo lo que sea especiado”.

Ha llegado a última hora de la mañana. No demasiado pronto, en vista de su odio a madrugar, y se ha instalado en el Bar pidiendo que, sonara lo que sonara de fondo, lo hiciera “a volumen bajito, que así podemos conversar tranquilamente”.

Escritora y profesora de escritura, asegura haber hecho bastantes cosas en su vida. “Algo normal, los años van pasando”. La variedad de sus intereses la ha llevado a estudiar materias muy diferentes, “y todas ellas me han aportado algo”. “Trabajé muchos años en la radio y sigo echándolo de menos, pero en general llevo la vida que siempre he querido llevar, así que no puedo quejarme. Siempre quise dedicarme a escribir. Mi sueño era publicar una novela y van diez”, explica a propósito de títulos como La casa roja, Mai més, La reina del punk, Los miércoles salvajes o su reciente Males decisions que se acaba de traducir al castellano y al italiano: “Para mí es un sueño cumplido el haber estado en un festival en Italia nominada a la mejor novela negra traducida. Es una experiencia impagable”.

— No has parado, ¿eh?

— Me doy con un canto en los dientes, la verdad.

Ahora mismo asegura andar metida en inminentes proyectos de publicación de varias antologías “muy diferentes”, además de la edición en castellano de Males decisions y de los que llama sus pinitos en el teatro. “Tengo otros proyectos en marcha —puntualiza—, pero están verdes todavía”.

Imposible imaginar otra vida

“La publicación de mi segundo libro, La puta que leía a Jack Kerouac, supuso un punto de inflexión importante, pues me dio un empujón de autoestima. Pero, seguramente, el mayor momento de cambio profesional llegó cuando decidí que quería intentar vivir de la escritura y actividades afines como talleres, cursos o informes de lectura. Eso ocurrió en 2011”, argumenta la escritora según sorbe su té.

— ¿Costó mucho?

— No es fácil para nada, desde luego, pero estoy contenta. Ahora no me imagino otra vida.

Susana asegura que Males decisions también ha sido, de alguna manera, un revulsivo en su trayectoria: “Necesitaba un cambio después de tres novelas con las mismas protagonistas y me sentó muy bien publicar en catalán, que era una deuda que tenía, y hacerlo con una novela radicalmente distinta y escrita a cuatro voces, lo que suponía todo un reto para mí. Me di cuenta de que podía hacer muchas más cosas”.

Pero este cambio no merma su evidente orgullo por la repercusión que ha tenido su personaje, Rebeca Santana. “Que se estudie en universidades de Inglaterra o Estados Unidos, que haya ponencias, tesis sobre ella… ¡Me parece algo bárbaro!”.

escriptora Susana Hernández
Portada de la última novela de Susana Hernández, Males decisions.

Un amor que no es ciego

Ante la pregunta de cuál es su relación con Barcelona, la parroquiana replica, categórica y con una sonrisa de oreja a oreja: “¡Soy más barcelonesa que la Sagrada Familia!”.

“Hay muchas cosas mejorables, el amor en mi caso no es ciego. Me duele que se haya perdido parte de la esencia de Barcelona, sobre todo en algunos barrios, y que la globalización y el turismo masivo hayan despersonalizado la ciudad. Pasa en todas partes, claro, pero a mí me duele verlo en mi ciudad”, explica.

No obstante, recuerda con especial cariño el día muy concreto en que, en cierto modo, se podría situar el origen del posterior proceso de gentrificación de la urbe. “Tengo grabado el día en que anunciaron que Barcelona acogería los Juegos Olímpicos del 92. Fue en 1986. Yo estaría en tercero de BUP o en COU, y recuerdo que no fuimos a clase y nos marchamos en masa a la Plaça Catalunya. Había una pantalla gigante y no cabía un alfiler. Cuando Samaranch dijo “Barcelona” aquello fue una locura —declama liquidando las últimas gotas de su té—. Era el comienzo de algo nuevo, diferente. Los Juegos nos hicieron recuperar el orgullo de ser barceloneses y situaron a la ciudad en un nuevo plano internacional”.

— Lo que es para estar orgullosos y merecería un plano internacional son nuestras raciones y menú. ¿Querrás comer algo?

Tras un repaso atento y silencioso a la oferta gastronómica del Bar, la mirada de Susana Hernández se ilumina. Sonríe. La decisión está tomada.

— Con una ración de pulpo a la gallega me quedo de maravilla, —afirma.

escriptora Susana Hernández
La casa roja, Mai més, La reina del punk y Los miércoles salvajes son algunas de las obras de Susana Hernández.