Acabar con los envases de plástico mediante la reutilización y la economía circular es la esencia del supermercado online Re-Pot. El proyecto, que nació en 2021 en Barcelona como una alternativa para todos aquellos consumidores cansados del exceso de embalaje que se encuentran en los supermercados tradicionales, quiere llegar a Madrid a finales de 2022.
Para ello será necesario encontrar los proveedores adecuados, tanto de los productos como para la logística, ya que Re-Pot llega a los hogares mediante el reparto en vehículos eléctricos. “También deberemos abrir un hub de distribución”, explica Alejandro Roset, cofundador de Re-Pot. Roset concreta que el crecimiento se abordará con una nueva ronda de financiación de una cifra cercana a los 300.000 euros, prevista para el cuarto trimestre de 2022.
Mientras, con los 120.000 euros obtenidos en una primera ronda el pasado noviembre, la startup crecerá más allá de los límites iniciales de Barcelona y L’Hospitalet de Llobregat hacia otros municipios del área metropolitana como Sant Just Desvern, Badalona o Sant Adrià de Besòs. Por el momento, ya ha incorporado el área de Sant Cugat, donde sirve los pedidos con el servicio de reparto de Koiki, una empresa sostenible que emplea a colectivos en riesgo de exclusión social. Para Barcelona y L’Hospitalet de Llobregat, Re-Pot trabaja con Revoolt, una startup especializada en el reparto sostenible en la última milla.
Ya ha incorporado el área de Sant Cugat, donde sirve los pedidos con el servicio de reparto de Koiki, mientras que, para Barcelona y L’Hospitalet, Re-Pot trabaja con Revoolt
La ronda de financiación levantada en noviembre también ha servido para ampliar el catálogo de productos hasta las poco más de 300 referencias actuales, abriendo nuevas categorías como los productos elaborados, para animales de compañía y, a partir de febrero, “serviremos frutas y verduras” de kilómetro cero y de temporada, explica Alejandro Roset. Estas líneas de producto se han sumado a las ya comercializadas inicialmente con artículos de alimentación, bebidas, limpieza e higiene personal.
El principal reto que tiene Re-Pot es contar “con los proveedores que tengan la sostenibilidad y la economía circular entre sus prioridades”. “Esto implica también suministrar el producto de manera diferente —insiste Roset— e incorporar la reutilización del envase”. Una opción más compleja aún cuando se trata de alimentos elaborados porque el proveedor debe añadir a sus líneas de producción una fase de lavado de envases con la tecnología que permita su reutilización. Éste es “un cambio de chip” que, por ejemplo, acaba de hacer Conca Orgànics para suministrar a Re-Pot alimentos ecológicos, veganos y sin plástico, como infusiones, patés de verduras, salsas, chocolates o sales de manantial.
Son proveedores de Re-Pot —además de Conca Orgànics— IOIO, Palombella y RRR Biocosmetics, para cosmética; Veggie Maai, que elaboran pasteles sin productos de origen animal; Ismax, para productos de papel eco-reciclado; La Retornable, que elabora bebidas vegetales ecológicas en envases de vidrio retornables, y CleanUp BIO, para la limpieza del hogar y la higiene personal.
Con la labor de todos ellos, junto a los clientes, Re-Pot ha contribuido desde su lanzamiento el pasado abril a que se ahorren más de 12.900 botellas de plástico y casi 850 kg de residuos. Además, gracias a que el reparto se realiza con los vehículos eléctricos, la huella de carbono desaparece y se han ahorrado más de 350 kg de CO2.
Re-Pot nació durante un viaje a Vietnam, cuando Alejandro Roset y los también fundadores de la compañía Javier Maella y Tirsà Sánchez comprobaron que no se podían bañar en una de las playas del país asiático por la enorme cantidad de plásticos que había flotando en aquellas aguas. La solución fue crear un supermercado 100% sostenible que permite a los clientes cumplir con el medio ambiente sin tener que salir de casa y sin renunciar a los productos de la compra habitual, ya que todos los envases se devuelven una vez consumido el producto, para facilitar su reutilización para próximos pedidos.
La startup nació durante un viaje a Vietnam, cuando sus fundadores comprobaron que no se podían bañar en una de las playas del país asiático por la enorme cantidad de plásticos que había flotando
Por eso, Re-Pot cuenta con unas instalaciones cercanas a la Plaza Molina, en Barcelona, donde hay instalada avanzada maquinaria para el lavado de envases a más de 80 grados. “Unas instalaciones que, si las expectativas de crecimiento se cumplen, habrá que trasladarlas a un espacio mayor para ampliar la zona de lavado” y, también, la de envasado, ya que Re-Pot compra algunos productos al por mayor y los envasa con su propia marca Re-Pot. La plantilla actual es de seis personas.
A medida que se amplíe el número de productos “porque el cliente debe poder comprar en Re-Pot cualquier artículo como hace en el resto de supermercados”, y de poblaciones a abastecer, “podremos hacer más economía de escala y ajustar los precios de venta, aunque, por ahora, nuestros productos son sólo un 10% más caros”, manifiesta Roset. El cofundador de esta startup defiende que “cada vez hay más consumidores dispuestos a pagar un poco más si se trata de productos sostenibles y de economía circular”. Con las ventas realizadas en 2021, Re-Pot ha facturado unos 35.000 euros, una cifra que prevé multiplicar por diez en dos años.
