Startup Catalonia

En los últimos años el interés de los fondos de capital de riesgo o de venture capital por el sector emprendedor catalán se ha disparado, y no solo entre los fondos nacionales. Los despachos de Londres, de Nueva York o de la influyente Silicon Valley ya han situado en su mapa mental Cataluña y especialmente su capital. Y los datos así lo demuestran

La empresa Badi nació en Barcelona en el año 2015 de la mano del emprendedor Carlos Pierre. La idea de negocio era tan sencilla como innovadora. A través de la plataforma, disponible tanto en la web como en aplicación para dispositivos móviles, Badi ofrece a los usuarios un sistema para encontrar al compañero de piso perfecto para sus necesidades y preferencias. Una especie de Tinder al servicio de los inquilinos que buscan compartir gastos en un mercado inmobiliario cada vez más prohibitivo en precios. La idea cuajó, y ha situado a Badi como una de las firmas más prometedoras en el llamado sector de las Proptech, es decir, que combinan las nuevas soluciones tecnológicas en un sector maduro como es el inmobiliario. En poco más de dos años en el mercado la compañía puede presumir de haber levantado más de 8 millones de euros de financiación privada, la mayor parte en una ronda cerrada este mismo año y que ha supuesto la entrada de varios fondos extranjeros. Liderando la operación ha estado el fondo norteamericano Spark Capital, con una cartera de inversiones que incluye compañías como Twitter o Tumblr. La ronda también dio entrada al fondo con base en Luxemburgo Mangrove Capital Partners, que al mismo tiempo tiene entre sus participadas otras startups surgidas en Cataluña como Letgo o Wallapop.

Cataluña protagonizó el 75% de las operaciones cerradas por fondos internacionales, con un total de 30 operaciones sobre las 40 del conjunto nacional. Este peso ha sido similar en años anteriores, e incluso mayor si se miran los datos de evolución

No son casos aislados. En los últimos años el interés de los fondos de capital de riesgo o de venture capital por el sector emprendedor catalán se ha disparado, y no solo entre los fondos nacionales. Los despachos de Londres, de Nueva York o de la influyente Silicon Valley ya han situado en su mapa mental Cataluña y especialmente su capital. Y los datos así lo demuestran. Si se miran las estadísticas que publica la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (ASCRI), el peso de Cataluña, con Barcelona al frente, es de evidente liderazgo dentro del conjunto del Estado. Según el último estudio publicado por ASCRI, hecho en colaboración con CaixaBank, sobre inversión en startups por parte de fondos de venture capital (con datos correspondientes a 2016), Cataluña protagonizó el 75% de las operaciones cerradas por fondos internacionales, con un total de 30 operaciones sobre las 40 del conjunto nacional. Este peso ha sido similar en años anteriores, e incluso mayor si se miran los datos de evolución de la propia ASCRI. Por volumen de inversión Cataluña cede protagonismo a Madrid en 2016, ya que fue allí donde se cerraron algunas de las operaciones mayores, si bien en 2015 fue justo lo contrario.

Según este estudio la inversión total de este venture capital en el Estado en 2016 fue de 579 millones de euros. De estos, cerca de 180 fluyeron a través de organismos públicos como el CDTI o ENISA, así como de aceleradoras y de redes de Business Angels. El resto vino de fondos nacionales e internacionales. En el caso concreto de Cataluña, sus startups captaron 73,9 millones de euros, es decir, el 32% del total, de fondos internacionales, y 50,9 millones de euros (el 33% del total) de fondos de carácter nacional. De hecho Cataluña, junto con Madrid, son los dos territorios que reúnen la mayor parte de esta actividad, que resulta prácticamente residual en el resto de España. Por sectores, lo que muestra el estudio es que los negocios digitales y relacionados con el consumo son los preferidos por los fondos, con más de la mitad de las inversiones realizadas.

EL HUB EMPRENDEDOR DEL SUR DE EUROPA

Como ya explicó el The New Barcelona Post en el artículo Barcelona, campus de emprenedores, la capital catalana se ha convertido en un pulso de atracción de la inversión en startups porque antes se ha posicionado como uno de los hubs emprendedores más relevantes en el sur de Europa y uno de los que crecen con mayor velocidad. Una muestra de ello es el antiguo edificio del Palau de Mar, donde hoy se ubican más de 100 empresas tecnológicas, muchas de ellas fundadas por emprendedores extranjeros que escogieron la capital catalana para montar sus negocios. Bajo el paraguas y el impulso de la asociación Barcelona Tech City, el Pier01 -nombre con el que se ha bautizado este espacio- es el mejor escaparate de este ecosistema. Nombres como Drivy, Housfy, Tiendeo, Cornerjob u Holaluz figuran entre las firmas vecinas de este espacio que hoy también acoge empresas consolidadas como Samsung, Visa, CaixaBank o Seat, que tienen allí pequeños equipos de alta innovación destinados a la búsqueda de nuevos servicios y aplicaciones.

Este hub de emprendeduría es ya un sitio de paso obligado para los inversores internacionales. Como también lo es el 4YFN, el espacio destinado a las startups dentro del Mobile World Congress que se celebra en Barcelona. En esta última edición han participado más de 600 empresas y ha reunido a más de 700 inversores interesados en conocer los proyectos, muchos de ellos vinculados o surgidos en Cataluña. Uno de estos inversores, norteamericano, explicaba que si bien hace unos años casi nadie en EE.UU. se planteaba invertir en negocios surgidos aquí, eso había cambiado. Hay muchos aspectos que han contribuido a ello. Por una parte, el éxito de empresas surgidas en Barcelona o su área de influencia con modelos de negocio globales y referentes (como Privalia, Social Point o Wuaki, por poner solo algunos ejemplos) empezó a atraer el interés del capital foráneo. Por otra parte, la emergencia de multiemprendedores convertidos también en inversores, como Dídac Lee, Carlos Blanco o Miguel Vicente, ha servido de ejemplo y de aval para el sector. También ha sido importante el hecho de que Barcelona ha sabido importar talento de todo el mundo atraído por la calidad de vida de la ciudad. Además la capital catalana ofrece un entorno perfecto para iniciar proyectos globales, porque tiene universidades y escuelas de negocio de alto nivel y por lo tanto oferta de mano de obra cualificada, porque es posible encontrar gente de prácticamente todas las nacionalidades, y porque los costes son sensiblemente inferiores a los de ciudades como París o Londres. La suma de todos estos elementos explica por qué en los últimos años no solo ha crecido el ecosistema de startups sino también su capacidad para atraer capital.

Eso no quiere decir que esté todo hecho. El sector alerta, por ejemplo, de que la escasez de incentivos fiscales todavía frena la aparición de más capital privado para los emprendedores y que por eso aquí las cifras de inversión todavía son bajas en relación al PIB. Pero lo que es seguro es que Barcelona y Cataluña son hoy una de las principales puertas de entrada para el venture capital en el sur de Europa, y que historias como las de Badi ya no son solo una anécdota.