Innovar en las fases iniciales de creación de un medicamento, cubriendo también su fabricación y adaptación a la normativa para ser validado. Esta es la propuesta de Sincromed, una farmacéutica que acaba de ser impulsada por cinco científicas que acumulan años de experiencia. Diana Gasset es la encargada de liderar el proyecto, que lo completan una ingeniera química, dos farmacéuticas, una bióloga y una bioquímica. “El sector farmacéutico es claramente femenino, pero la gente se sorprende que todas seamos mujeres”, señala Gasset.
Sincromed es una spin-off de Sincrofarm, una empresa donde Gasset era socia. Es de aquí de donde proviene buena parte del conocimiento que aporta Sincromed. Fundada en 1990, Sincrofarm se ha dedicado a fabricar medicamentos y complementos alimenticios para otras empresas.
Con los años, la compañía ha ido ganando experiencia, atendiendo nuevas peticiones de los clientes, que ya no querían que solo fabricasen los productos sino que también se encargaran de su desarrollo galénico, es decir, de la fórmula que los define, buscando nuevas maneras de hacerlo.
Viendo que cada vez más empresas les pedían innovar en el diseño de la fórmula, la selección de los ingredientes o la elaboración de los estudios iniciales, Gasset decidió crear Sincromed, con una inversión inicial de 130.000 euros y ubicándose en las mismas oficinas de Sincrofarm, en Cornellà de Llobregat. Desde su nacimiento, la spin-off está registrando unos resultados muy superiores a los objetivos que se había marcado para los primeros meses, trabajando en más de diez proyectos. “Mis previsiones eran conservadoras y se han visto claramente superadas”, remarca Gasset, sin concretar las cifras. De momento, ya están ampliando el equipo para responder a la demanda detectada.
Para la consejera delegada, la profesionalidad del equipo y el conocimiento que tienen del sector explica el recibimiento que han tenido. “Un mal asesoramiento te puede causar muchos problemas y complicar la salida al mercado”, razona.