En el restaurante Imprevisto mentían cuando se estrenaron afirmando que casi todo lo que iba a pasar era una sorpresa, desde la forma fortuita en que se asoció su talentoso equipo, hasta la alineación de platos con los que cada día y sin guion sorprenden al comensal. Aunque la realidad es que estaba cantado (para cualquiera de sus comensales) que el establecimiento de la Dreta de l’Eixample de Barcelona iba a dar la campanada a corto plazo. Este 2024 ya se ha colocado merecidamente en la selección del año de la guía Michelin. Así que el primer mensaje para los que no lo han probado es que se den prisa, porque la super cocina de los italianos Luca Pinna y Raffaele D’Avico es aún un placer asequible llamado a revalorizarse a toda velocidad.
El dúo de chefs e Isabella Vivarelli (jefa de sala) y el sumiller ecuatoriano Alberto Jaime León tienen como denominadores comunes el don necesario para brillar en la hostelería, el ser treintañeros con ímpetu y ganas, un currículo solvente, y haber coincidido unos años cual constelación en el restaurante Caelis (de Romain Fornell, con una estrella Michelin).
Alianza de éxito
Se hicieron amigos y empezaron a compartir sueños, que tal vez hubieran tardado años en fraguar de no ser por la pandemia, que pese a paralizar la restauración, abrió el paréntesis necesario para la reflexión, la inspiración y las oportunidades que ofrecieron tantos locales cerrados y de pronto a precios asequibles en la capital catalana, al alcance de los valientes.
Dieron con un modesto pero agradable espacio en el número 104 de la calle Bailén, que se adaptaba a su filosofía, aforo para 28 comensales, capacidad para grupos y todo un lienzo en blanco, más bien minimalista para que luciesen su apetecible comida y su impecable presentación, que la maître italiana remata con una detallada explicación de los platos y sus secretos: de los ingredientes a las emociones.
La apoya Alberto en el servicio, aunque su misión esencial es encandilar al cliente con una selección de vinosdonde se imponen los catalanes, y asoman muchos pequeños productores y descubrimientos entre el repertorio eco y biodinámico. En este punto, se puede elegir botellas o copas, o bien optar por un maridaje afinado para los menús degustación marca de la casa.
Mientras la sala destila calma, la pequeña cocina vista es toda ebullición. Allí los dos cocineros se enfrentan al reto diario de la creación, de sorprender al comensal curioso que acude con tanto apetito como ganas de jugar.
Dejarse llevar
Porque a no ser que se trate del turno de comida, cuando hay una pequeña carta, la razón de ser del restaurante Imprevisto es degustar en mayúsculas, sea su menú corto de 7 pasos o el largo de 10, que el equipo renueva con regularidad pero que diariamente también incluye cambios y sorpresas en función de lo mejor que ofrece el mercado a diario.
La proximidad y la temporada marcan la base de su cocina mediterránea y de mercado, llamada a ensalzar el productopero a vestirlo y aderezarlo con amor y clase. Sus creaciones desfilan en pequeñas dosis de cata, suficientes para saciar cada flechazo y poder seguir pensando en el siguiente bocado.
Cuentan que su apuesta es por “buen producto, bien elaborado”, donde cada ingredientes sea respetado. Y con un emplatado “sofisticado y apetecible”. Gracias a la buena conexión con el público que les ha seguido estos dos años y con los que descubren Imprevisto y lo dan a conocer por boca a oreja, pueden presumir de llenar habitualmente y de haber establecido una relación de confianza con los comensales que se dejan llevar —con la comodidad de no tomar decisiones— , tras ser interrogados solo sobre posibles intolerancias o aversiones. Hay fórmulas también para vegetarianos, sin que la chispa decaiga, siempre con producto de primera.
Menús que dejan huella
El menú de 7 pasos del restaurante Imprevisto que probamos supone una experiencia redonda, sin altibajos. Se abre la veda con su pani puri con hummus y caballa marinada, un bocado explosivo en sabor pero también una combinación bestial de texturas, de la untuosidad al crujiente.
Les sigue la ostra en suquet de pescado de roca con picada catalana y huevas de truchas, una delicatessen imprescindible en el repertorio. Pero la gran sorpresa fue el tartar de solomillo de vaca con jugo reducido infusionado con hierbas aromáticas, moras, piñones tostados, semillas de mostaza encurtidas y mayonesa de raifort, uno de los mejores que podrán comer en Barcelona.
Cualquier vegetariano u omnívoro alucinará con la berenjena thai con jugo de zanahoria en escabeche, vino Porto, cebolla, guanciale y avellanas, perfectamente equilibrada. A continuación llegó el pescado, que esta temporada suele ser rodaballo o corvina —según mercado— a baja temperatura con su pil pil y apio mantecado con crema de acelgas y Parmigiano Reggiano, una receta que no resta sabor al pescado sino que lo encumbra.
También platillos en el restaurante Imprevisto
El último plato fue el magret de pato Aylesbury de bellota con mole, puré de boniato y naranja a la llama, una buena combinación, aunque no sea lo más destacado del desfile.
El postre va variando, en el de 7 pasos puede aparecer el Cremoso de gianduja con gel de fruta de la pasión, bizcocho de chocolate y crujiente de almendra. En el de 10 hay también un prepostre.
El menú largo incorpora otro entrante y, en la actualidad, también el ravioli al vapor de patata ahumada con tartar de gambas, espuma de su esencia y kumquat fermentado. Pero como la propuesta de los chefs es cambiante, este guion es solo una muestra de su amplio universo creativo, que aquí mostramos con algunas fotos más. Algunos platos pueden coincidir porque son hits, y otros tener más rotación.
La propuesta de los chefs es cambiante, este guion es solo una muestra de su amplio universo creativo
El sumiller elevó la experiencia con una selección afinada que se abre con las burbujas de un cava Mitic 1938 (Gran Reserva 2019 Oriol Rossel) y transcurre por un Pago de Villavendimia 2022 (Vidal Soblechero, La Seca), el adictivo Xisto ilimitado 2021 (Luis Seabra, DOC Douro), un Tres Feixes 2020 (L’Enclòs de Peralba, El Pla de Manlleu) y un fabuloso Els Pics 2021 (Mas alta, Priorat).
En la carta, en el mediodía, algunos de ellos aparecen como platillos de libre elección. El menú degustación 7 pasos cuesta 47 euros, mientras que el de 10 pasos, 65 euros, ambos sin bebidas incluidas. Maridajes de vino, 30 y 40 euros respectivamente. Precio medio de la carta de mediodía: 40 euros.
Abierto de martes a sábados, mediodía y noches (cocina de 13.30-15.00h y de 20.00-22.00h).