“Y hablando con ella, pronunció estas aladas palabras”, nos dice el primer canto de la Ilíada. Más de veintisiete siglos después, la transmisión no se hará a través de mensajeras divinas, como la diosa Iris, sino de mujeres que comunicarán sus conocimientos gracias a uno de los grandes inventos: la radio. Es indiscutible que este fenómeno revolucionó la convulsa primera mitad del siglo xx.
Hacia la década de 1930 se convirtió en un medio popular, presente en gran parte de los hogares, que acercaba todo tipo de mensajes —publicitarios, ideológicos, de entretenimiento…— a una población mayoritariamente analfabeta. Posteriormente, se la apodaría el narcótico de las masas. Lo que tal vez resulte más desconocido es la diversidad de papeles que las mujeres han desarrollado en ella, en Catalunya. En este aspecto, hay que pasar el cepillo a contrapelo, como diría Walter Benjamin.
Los visitantes que se acerquen a la exposición Dones a les ones, en el Museu d’Història de Catalunya hasta el 21 de febrero de 2021, gozarán de una experiencia cuyo punto focal es el oído, guiado por las locuciones que suenan en las distintas salas y por el material audiovisual disponible a través de códigos QR. Pensada como un recorrido histórico y temático, la exhibición hace hincapié en la lucha femenina para abrirse paso en las diferentes profesiones asociadas a la radio (locutoras, editoras, colaboradoras externas, productoras, técnicas de sonido, periodistas, directoras de radios municipales, guionistas…) representadas por algunas de sus pioneras, pero también en la mujer como consumidora y en el condicionamiento de su comportamiento dentro de los roles de género vigentes en cada periodo histórico.
La exhibición hace hincapié en la lucha femenina para abrirse paso en las diferentes profesiones asociadas a la radio
Así, des de la creación de EAJ-1 Radio Barcelona en 1924, durante la dictadura de Primo de Rivera, la radio ha sido, entre otros, un espacio hecho por y destinado a mujeres. Programas como Radiotelefonía femenina de modas y ciencia doméstica (1927) con la locución de la señorita Salus, pseudónimo de Maria Cinta Balagué o los famosos consultorios sentimentales buscaban la audiencia de las mujeres con temas sobre salud, cosmética, moda, belleza, crianza y menajes del hogar, en una sociedad donde quedaban relegadas a la esfera privada (excepto en el breve periodo de la República, donde las mujeres gozaron de un papel importante en la difusión cultural).
Durante el franquismo, la función de la radio se centraría en la propaganda y el entretenimiento debido a la fuerte censura informativa y a la depuración de personal por cuestiones ideológicas. De ahí que la programación incorporara concursos, retransmisiones deportivas, representaciones teatrales adaptadas, programas musicales y radiofórmulas. Es a partir de las décadas de los setenta y los ochenta que la radio pasa a tener una función más informativa, que aparecen los primeros programas feministas y que se recupera el catalán en las emisiones.
La fructífera relación entre la mujer y la radio, constrictora pero también liberadora, será la piedra angular para adentrarse en temas tan variados como el teatro, la música y la interpretación, las disputas políticas y sociales, la historia del país, la ideología asociada a los modos y contenidos de los programas, la innovación tecnológica, la censura y la libertad de expresión, la lengua, el consumo cultural y la propaganda, los espacios de ficción y entretenimiento o la popularidad de los medios de comunicación y su transformación.
Una propuesta especialmente interesante que acompaña la exposición es el banco de voces: un proyecto interactivo que recoge cortes de más de 200 periodistas, locutoras, actrices y editoras. Dirigido por la comisaria Elvira Altés, profesora de periodismo en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) e investigadora en comunicación y género, está destinado tanto a la consulta ciudadana como a la investigación. En este maravilloso e inacabado archivo escuchamos, por ejemplo como Maria Aurèlia Capmany habla sobre el arte de narrar en Radio 4: “Narrar, que sirve perfectamente para contar una historia. Yo lo usaría para eso. Con principio y final, o dejándola cortada. Eso me recuerda que me gustan mucho las narraciones”. Otros ejemplos son la entretenida “Trifulques d’una catalana a Londres”, del programa A correcuita de Ràdio Girona (1976) de Paulina Pi de la Serra o fragmentos del Consultorio Elena Francis, de Roser Cavallé.
Una propuesta especialmente interesante que acompaña la exposición es el banco de voces: un proyecto interactivo que recoge cortes de más de 200 periodistas
En definitiva, esta reconstrucción histórica de la radio con perspectiva de género, desde principios del siglo xx hasta hoy en día, es un recorrido sonoro que convoca una pluralidad de escenarios de la vida humana. A partir de la recuperación y divulgación de las figuras femeninas del país que han dedicado sus carreras profesionales y sus esfuerzos en hacerse un lugar en una sociedad patriarcal se nos muestra el reflejo de las fluctuaciones culturales y eticopolíticas del último siglo en nuestra tierra. Hemos echado de menos, quizá, cierta interseccionalidad (más pluralidad en los referentes); una falta que señala, no la selección de Altés, sino la realidad de la profesión. Por este motivo, y por el valor intrínseco del proyecto, deseamos que éste siga creciendo y acogiendo nuevas voces. Y es que, por encima de todo, se trata de una fantástica exposición que, por la multiplicidad de temas que aborda y por su transversalidad, resultará interesante para todos los públicos.