Creadores premio vila viniteca
Fernando Gurucharri, Jordi Segura, Quim Vila y Juan Muñoz.

Premio Vila Viniteca de cata por parejas: 240 catadores, 40.000 euros y 2.700 copas

La Casa Llotja de Mar de Barcelona acoge este domingo, 13 de marzo, una nueva edición del renombrado concurso de cata de vinos, que este año cuenta con un cartel diseñado por América Sánchez

El Premio Vila Viniteca de Cata por Parejas, creado en 2007 por Quim Vila y Siscu Martí, se ha convertido en un evento único en el mundo del vino que ha alcanzado fama internacional. Es el mejor dotado económicamente, ya que reparte 40.000 euros entre las tres parejas que más puntuación obtienen en la cata a ciegas. La puesta en escena del concurso en el emblemático salón gótico de la Casa Llotja de Mar de Barcelona es espectacular y más si se tiene en cuenta la complejidad logística que requiere, con más de cien personas involucradas en la organización, más de 260 botellas y 2.700 copas Riedel utilizadas para que las 120 parejas participantes puedan catar todos los vinos.

Solo el hecho de que se logre mantener absolutamente en secreto el tipo o marca de vino que contiene cada botella ya es una gesta inconmensurable. Los camareros que llenan las copas de los concursantes no saben qué están sirviendo y sólo disponen de esa información un grupo muy reducido de empleados de Vila Viniteca a quien se hace firmar un estricto contrato de confidencialidad so pena de poder perder su empleo.  Para evitar filtraciones, además, muchos de los vinos elegidos para el concurso no se deciden hasta el último momento, según explica Vila.

La expectación que despierta este premio entre los aficionados a las catas es tanto que, año tras año, se agotan en menos de cinco minutos las inscripciones para hacerse con una de las 120 plazas dobles. Cada pareja paga 200 euros para poder participar. Se calcula que el 60% son repetidores, ya que este concurso “engancha, te atrapa”, según explican los propios participantes. Un grupo muy reducido de catadores ha participado en prácticamente todas las ediciones. Entre los concursantes figuran reconocidos sumilleres, restauradores, viticultores, bodegueros y aficionados al mundo del vino en general, la mayoría españoles, pero también suele haber una decena de parejas de extranjeros.

La competición es extremadamente reñida y el grado de dificultad máximo, ya que muchos de los vinos seleccionados pueden provocar confusión. Enfrentarse a una cata a ciegas de siete vinos es un reto mayúsculo que exige haber catado previamente centenares de vinos para poder tener registrado en el cerebro esos elementos que le permitirán adivinar el vino que está catando. Durante la competición no pueden tener el móvil a mano y tampoco consultar apuntes. Así, los participantes se preparan durante todo el año a conciencia y se gastan mucho dinero en vino para llegar al premio lo más preparados posible y poder llevarse alguno de los premios. Catar en pareja tiene la ventaja de que cuando uno va perdido, cuenta con la ayuda del compañero, pero, a la vez, es un componente que añade complejidad, ya que a menudo los dos participantes no se ponen de acuerdo a la hora de anotar cuál es el vino que están catando.

El Premio Vila Viniteca otorga un punto a los catadores que logran acertar el país de origen del vino. Si además reconocen la zona productora, obtienen otro punto. Adivinar la denominación de origen son dos puntos más, las variedades de uva, tres puntos; la añada, otros tres puntos; la bodega productora, también tres puntos; y la marca, dos puntos. Si hay empate, el jurado tiene en cuenta la calidad del comentario de cata.

En la fase inicial de clasificación, las 120 parejas deben probar siete vinos (espumosos, blancos, tintos o dulces de cualquier país del mundo), todos servidos en el mismo tipo de copa para no dar pistas. Las diez parejas que obtienen una mayor puntuación o que más han acertado pasan a la gran final, donde catan siete vinos más. Todo está supervisado por un notario y por un jurado profesional integrado por la bodeguera Xandra Falcó, Fernando Gurucharri (presidente de la Unión Española de Catadores), el crítico José Peñín, Juan Muñoz (presidente de la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres) y Jordi Segura, de la empresa Euroselecció, importadora de Riedel.

La pareja ganadora obtiene un premio de 30.000 euros; los segundos mejor clasificados ganan 7.000 euros y los terceros reciben un premio de 3.000 euros, además de un lote de copas y decantadores Riedel. A los diez primeros clasificados se les obsequia también con un lote de vinos.

El Premio Vila Viniteca se celebra en años alternos en Barcelona y Madrid. Esta 14.ª edición cuenta con un cartel diseñado por América Sánchez y supone recuperar el certámen después del parón de 2021, año en que la pandemia impidió su celebración. En paralelo a la competición, el premio acoge un espacio de exposición en el que participan 40 bodegas y marcas y cuenta con un bufet de quesos para las personas que asisten como público y que pueden adquirir la entrada en la web de la organización por 30 euros.

Algunos de los vinos que han tenido que descubrir los catadores en las últimas ediciones del premio.