Roscón de Reyes
En Catalunya, la tradición de comer roscón es bastante reciente y no se implementó hasta el siglo XX.

Los pasteleros catalanes venderán más de un millón de roscones de Reyes

El clásico tortel de mazapán y fruta volverá a ser el preferido por los clientes, pero estará muy seguido por el relleno de nata

Pequeños y mayores esperan con ilusión la llegada de los Reyes Magos. Escribir la carta, ir a la Cabalgata y levantarse con los regalos bajo el árbol… Y en la mesa no puede faltar el roscón de Reyes. En Catalunya, el Gremio de Pastelería de Barcelona prevé que las ventas de roscones de Reyes artesanos supere el millón de unidades, igualando las cifras del último año.

Estos días las pastelería trabajan a contrarreloj para preparar estos dulces, que implican entre seis y ocho horas de trabajo. El roscón, además, no se puede hornear hasta unas horas antes de comerlo. “Empezamos a cocerlos el día 5 a las diez de la noche, para poderlos entregar recién horneados” asegura Carles Boix, pastelero de La Palma de Sabadell. Un año más, el roscón de mazapán y fruta será el preferido de los catalanes, pero muy seguido estará el relleno de nata. El precio de los roscones oscilará entre los 20 y 50 euros.

El Gremio de Pastelería de Barcelona reivindica el valor del producto artesano de calidad: masa madre, harina, huevos frescos, mantequilla y fruta confitada. Por ejemplo, la fruta es uno de los elementos diferenciales entre los dulces artesanales y los industriales, “si es de calidad y elaborada artesanalmente, la fruta se integra en el roscón, queda tierna y con su zumo; en los pasteles industriales, en cambio, a menudo no se utiliza fruta sino calabaza, porque es más barata”, aseguran desde el gremio.

El origen del roscón de Reyes se remonta a la época romana, ya que durante las fiestas de invierno se servían unas cocas con higos, dátiles y miel. En el siglo III, se introdujo el haba, que en esta época se entendía como símbolo de prosperidad y fertilidad. Pero no fue hasta la Francia del siglo XVII que se inició la tradición de esconder el haba o el rey, cuando un cocinero de la corte de Luis XV le quiso sorprender añadiendo una moneda de oro a este dulce tradicional. Con el paso del tiempo, la moneda de oro se convertiría en la tradicional figura del rey.

Sin embargo, en Catalunya, la tradición de comer roscón es bastante reciente y no se implementó hasta el siglo XX y, poco a poco, ha ido aumentando su popularidad hasta convertirse en un elemento imprescindible del día de Reyes.