El mercado de las bicicletas eléctricas urbanas cuenta desde este mes de septiembre con una nueva marca: Panot. Se trata de un proyecto empresarial de raíces barcelonesas liderado por los emprendedores Didac Sabaté y Álvaro Ovejero, que quieren dar respuesta a las necesidades de un entorno cada vez más consciente y comprometido con el urbanismo sostenible. Para ello, han elegido Barcelona, ”una ciudad puntera en movilidad y que está en transformación para posicionarse como una de las capitales europeas más activas en materia de sostenibilidad”, explica Didac Sabaté.
Así, han diseñado y desarrollado el modelo Panot con un equipo multidisciplinar de diseño e ingeniería establecido en el Poblenou; han cerrado un acuerdo de suministro de componentes con Shimano, fabricante multinacional japonés de componentes para ciclismo con sede en Sakai, y han elegido a un fabricante de bicicletas de Oporto (Portugal) para producir y ensamblar los componentes. “Si hubiéramos optado por fabricar en China, como muchas otras marcas, nuestro producto ya hubiera salido al mercado encorsetado y lo que buscamos es desarrollar un proyecto de marca a largo plazo, por eso hemos elegido el mejor proveedor japonés y producimos en Europa porque reafirma nuestra apuesta por la sostenibilidad “, añade Sabaté.
Para empezar, de aquí a finales de año saldrán al mercado unas 300 unidades y el objetivo de fabricación para el 2022 es llegar a las 1.000 unidades vendidas. El modelo Panot —que se puede ver y testear en el showroom que la compañía tiene en el centro de Barcelona— se comercializará a un precio de 2.400 euros y se puede adquirir en régimen de leasing los primeros 6 años para luego tener la propiedad o mediante otras formas de financiación que ofrece la empresa.
“Hemos diseñado y desarrollado el producto que creemos más adecuado para moverse por una ciudad como Barcelona”, manifiesta Sabaté, y destaca “la fiabilidad y funcionalidad” y también el diseño que han logrado, que hacen de “Panot un vehículo ideal para la micromovilidad urbana, para trayectos inferiores a 10 kilómetros“, ya que ofrece una autonomía de 185 kilómetros (unas 72 horas) si se hace un uso estándar del vehículo. El modelo que ha salido al mercado no es plegable al cien por cien, pero incorpora una batería extraíble para facilitar la recarga y un motor eléctrico Shimano Steps E5000, ruedas de 20 pulgadas y un sistema de transmisiones y frenado adecuado para los traslados por ciudad.
La elección de este vehículo también tiene que ver con el mensaje de sostenibilidad de la marca, según Álvaro Ovejero. “El 85% de los trayectos en bicicleta en la ciudad son de menos de 10 kilómetros porque no hay una red de accesos interurbanos que permita moverse con facilidad por la metrópoli”, indica el cofundador de Panot. Con los datos de que disponen los responsables de la firma, la velocidad media en el centro de las ciudades es tan sólo de 10 kilómetros por hora y si a esto se suma que el 68% de la población vivirá en ciudades a partir de 2050, la bici se reafirma como el modo de transporte más ágil para distancias urbanas de entre 10 y 15 kilómetros.
Didac Sabaté, con experiencia en márketing en una de las principales empresas del sector del ciclismo, y Álvaro Ovejero, profesional vinculado al sector industrial y financiero, pusieron en marcha el proyecto Panot hace un año. La inversión inicial, financiada al 50% con recursos propios, ha sido de 800.000 euros y actualmente están perfilando el plan de negocio para acceder a los fondos europeos Next Generation EU. El propósito es expandir la marca en ciudades como Madrid y Valencia, para luego abordar los mercados europeos donde el uso de la bicicleta urbana está más consolidado.
La compañía prevé comercializar unas mil unidades en 2022 y abrir mercado en Madrid y Valencia
El nombre de la marca que reproduce la loseta de flor, el azulejo icono de Barcelona, será también un reclamo internacional. La baldosa, diseñada a principios del siglo XX, resolvió un problema urbanístico que sufría la ciudad: cuando llovía las calles se transformaban en un barrizal consecuencia de una mala pavimentación y las losetas permitieron crear mosaicos y texturas acabando así con la fragmentación de las calles. De ahí la marca Panot, una representación de la innovación, transformación, compromiso y diseño que Sabaté y Ovejero quieren abordar desde la empresa. En su caso no para luchar contra la lluvia, sino para reducir la densidad de vehículos motorizados que circulan por la ciudad y que son la principal fuente de contaminación.