La centenaria empresa de adhesivos y colas Paniker está determinada a seguir creciendo. Después de un 2023 en el que facturó 23 millones de euros con 9.700 toneladas de adhesivo fabricadas a través de 6.800 pedidos, la compañía con sede en Sant Boi de Llobregat prevé cerrar este año con una facturación de 24 millones de euros. “2024 está siendo muy positivo, y la clave es la diversificación de Paniker y la entrada en nuevos mercados”, defiende su director general, Toni Pérez.
En pro de esta diversificación, la empresa invierte de forma regular en la mejora de su planta productiva, que cuenta con 12.000 metros cuadrados y con una capacidad de 44.000 toneladas al año en siete secciones y 27 líneas de producción. Durante el último año, la empresa ha invertido 1,2 millones de euros en la planta para promover diversas mejoras tanto en lo referente a la producción como a la sostenibilidad.
En este sentido, ha contado con la financiación de 481.000 euros del Institut Català de Finances (ICF) a través de su línea de préstamos ICF EcoVerda, que se destinarán a sustituir la cubierta de la planta y eliminar elementos de amianto, así como a instalar placas solares, en una medida que permitirá a la empresa ahorrar un 20% de su consumo energético. Y es que la banca pública de promoción de la Generalitat ofrece estos préstamos ICF EcoVerda con el objetivo de favorecer la transición energética del tejido productivo y empresarial catalán, como en esta operación con Paniker. A través de estos préstamos, el ICF financia a personas autónomas, empresas o entidades públicas y privadas para la realización de inversiones sostenibles y respetuosas con el medio ambiente o necesidades de circulante que impulsen proyectos de economía verde, economía circular o eficiencia energética.
Paniker es una de las 80 empresas industriales a nivel estatal que ha superado los 100 años de actividad
La historia de la empresa se remonta a hace más de 100 años, cuando el empresario de origen indio y formado en Inglaterra Ramon Paniker fundó la compañía junto a dos socios más en 1922. Entonces especializada en productos químicos para la industria del cuero, las riendas de la compañía pasaron en 1954 a la hija del fundador, Mercè Paniker, empresaria pionera en la defensa de los derechos de las mujeres. La empresaria, hermana de los filósofos Raimon y Salvador Paniker, “trabajó por la independencia económica de la mujer, y su papel representa un hecho significativo dentro de nuestra historia”, recalca el ahora director general.
Desde su fundación, Paniker ha estado en manos de diversos propietarios, hasta que en 2022 adquirió la totalidad de su accionariado Francisco Pérez, que acumulaba 40 años trabajando en la compañía. El padre del director general fue uno de los socios propietarios anteriores de la compañía, y optó por hacerse cargo de la empresa como único propietario coincidiendo con su centenario. “Pese a las crisis de todo tipo que se han producido durante estos 102 años, Paniker no sólo ha sobrevivido, sino que se ha hecho más fuerte después de cada crisis”, recalca el director general. De hecho, en España existen sólo 80 empresas industriales de más de 100 años, entre las que figura Paniker.
“A lo largo de estos más de 100 años, una de las claves de éxito ha sido la diversificación. Empezamos en el cuero, y poco a poco nos fuimos introduciendo en la fabricación de adhesivos”, recalca Pérez. Ahora, Paniker está especializada en la producción de adhesivos industriales “que son esenciales para el día a día, aunque sean invisibles”. Y es que son cruciales en mercados y productos de todo tipo, desde los móviles hasta el calzado, pasando por muebles y material de oficina: “Aunque no lo veamos, todo lleva adhesivo”.
Para seguir diversificándose y fortaleciéndose en los mercados en los que está presente, los adhesivos de Paniker “llevan una importante carga de conocimiento y know how”. Para ello, la empresa cuenta con un equipo de ocho personas en su área de laboratorio e I+D: “La innovación es uno de nuestros caballos de batalla”. Estos trabajadores se incluyen en una plantilla de un total de 49 empleados. “Somos capaces de fabricar cerca de 10.000 toneladas anuales con pocos empleados, lo que evidencia que la optimización es otra de las claves de la compañía”, que cuenta con procesos automatizados en su planta de Sant Boi.
Esta apuesta por la innovación y la optimización se suma a la determinación de Paniker de avanzar hacia la sostenibilidad tanto de la propia compañía como de sus productos, y a la voluntad de la empresa de ofrecer una atención al cliente personalizada e integral. “Competimos con grandes corporaciones a nivel mundial, y este es un factor diferencial”, y es que la empresa trabaja para adaptarse a las necesidades del cliente, tanto en lo referente al producto como a su entrega: “Somos más un partner que un proveedor de adhesivo”.
A través de su diversificación y servicio al cliente, Paniker está presente en 19 sectores, que van desde la madera hasta las espumas, pasando por el papel y el cartón, ámbito que representa el mercado con más peso para Paniker. Desde su planta en Sant Boi, la empresa catalana provee tanto a clientes locales como a grandes corporaciones multinacionales. Entre los más de 1.300 clientes de la compañía, más de 100 son de escala internacional, tanto del resto de Europa como de otros países, incluyendo mercados como el de Marruecos, Australia y Costa de Marfil. Para prestar servicio a sus clientes, la compañía cuenta con 14 distribuidores a nivel mundial. “Somos una empresa familiar nacional, pero con una amplia presencia internacional”.