Pablo Jiménez
El músico y compositor Pablo Jiménez.
EL BAR DEL POST

Pablo Jiménez: Y ya van treinta y tres

“Desde los 17 años he estado en grupos de música, es lo que más me apasiona y, desde entonces, he militado en 33 formaciones distintas. Y, más que tocar en directo, lo que realmente me gusta es tocar con colegas, hacer música con mis amigos”, explica el músico y compositor Pablo Jiménez.

Lo dice mientras se atiza un Bitter Kas a pie de barra y disfruta del Odessey and oracle, de sus adorados The Zombies, sonando de fondo y llenando el espacio del Bar al atardecer.

Para él todo empezó una mañana de su infancia en los almacenes Sears de la calle Buenos Aires, en 1971, “fue el día en que me atraparon los Beatles”. Fue el primer regadío de la semilla de una obsesión que le iba a acompañar toda la vida, el pop y sus derivadas, que no han dejado de estar presentes. “Opté por tocar el bajo porque Paul era mi beatle favorito, y mi primera banda fueron The Beatdreams, muy influenciados por los Fab Four, que monté con colegas del instituto Ausiàs March”. Era 1979 y, junto a los amores musicales de los años 60, iban apareciendo otros nuevos, una nueva ola que iba a cuadrar el círculo sonoro de Pablo: “Squeeze, The Jam, Elvis Costello y, ya, luego, Nacha Pop”.

“Opté por tocar el bajo porque Paul era mi beatle favorito, y mi primera banda fueron The Beatdreams, muy influenciados por los Fab Four”

Irredenta ave nocturna, y un habitual de las calles de la ciudad a lomos de su impecable Lambretta 175 TV, un gran momento de inflexión para la trayectoria del músico fue conocer a los Brighton 64, “lo que me permitió introducirme en un entorno cultural que me gustaba mucho, el mod, en el que me fui gradualmente metiendo y al que le tengo mucho cariño”.

Pablo acabaría formando parte de la banda de los hermanos Gil, tanto como Brighton 64 como cuando cambiaron el nombre a Brigatones, y es considerado un prime mover del entorno modernista barcelonés.

Un rastro de cariño

Cuesta encontrar bandas y proyectos musicales de pop clásico o añejo de Barcelona por los que no haya pasado, en un momento u otro, Pablo Jiménez. Desde los grandes clásicos como los citados Brighton 64 o Los Negativos, hasta Los Soberanos, mítico conjunto dedicado a la repesca de la cultura ye-yé; Les Très Bien Ensemble, dedicados al pop francés sesentero; El Instante, con Daniel Cros e injustamente relegados al olvido, y un sinfín más: Piggies, Canary Sect, Manzanas, Pulpops, Jorba y Preciados, Los Cavernas. Suma y sigue de grupos que seguro que, alguna vez, queriendo o por pura casualidad, viste en algún garito de la ciudad.

Incluso pudo haber sido bajista en Los Flechazos, con los que llegó a probar en 1991: “Yo les encajaba, pero para tocar con ellos me hubiese tenido que mudar a León y en el momento no lo vi claro. A veces me arrepiento de no haberlo hecho, pues nadie como Los Flechazos reflejaba tan perfectamente lo que, a nivel musical y estético, a mí me gustaba”.

Cuesta encontrar bandas y proyectos musicales de pop clásico o añejo de Barcelona por los que no haya pasado, en un momento u otro, Pablo

Actualmente, Pablo Jiménez milita en Los Baches: “Nunca me había hecho tanta ilusión estar en un grupo como en este. Estamos grabando nuestro primer álbum con temas propios y armonías vocales muy trabajadas”. En paralelo, lidera una banda de versiones de Los Brincos llamada Brincosis y, junto con su mujer y eterna cómplice, Ana, tienen un pequeño sello discográfico, Discos Sélak. Su última referencia es el álbum de Los Popov, otro de los innumerables proyectos de Pablo y que, a la vez, supone la grabación última y póstuma de la cantante Inés Bayo, prematuramente fallecida en agosto de 2019.

Pero, más allá de la inquietud musical del parroquiano y su apetito por seguir “haciendo música entre amigos”, toda esta actividad también refleja un carácter afable, una capacidad que este oriundo de Les Corts, “profundamente religioso y, a la vez, con unos valores muy sociales”, ha tenido de cosechar amigos y compañeros de viaje musical, siempre dispuestos a contar con él, si de lo que se trata es de hacer buen pop atemporal. Este rastro de cariño es el que suele notarse y brillar cuando terceras personas del entramado musical barcelonés hablan de él, siempre con gran afecto.

Pablo Jiménez
Actualmente, Pablo Jiménez milita en Los Baches y tiene un pequeño sello discográfico, Discos Sélak.

Ciudad amable

“En general siempre me ha gustado la educación de la gente en los ambientes en los que me he movido en Barcelona”, explica Pablo. Y el hecho de haber militado en más de treinta bandas en las últimas cuatro décadas da una idea de la variedad y diversidad de entornos por los que se ha podido mover. “Mi relación con esta ciudad es de amor absoluto, aunque no me gustan los carriles bici, la suciedad actual y que haya tanto guiri”, matiza.

“Mi relación con esta ciudad es de amor absoluto, aunque no me gustan los carriles bici, la suciedad actual y que haya tanto guiri

Sorbe su refresco y recuerda cuándo y cómo descubrió el que ha sido su bar de referencia, el lugar donde tantas noches ha pasado juntando bandas, tocando, pinchando discos, cosechando amistades, reafirmando su eterno amor por el pop, el soul, el R&B, el punk rock. “Descubrí el Barbara Ann de casualidad, paseando con una ex por la calle Taquígraf Garriga. Desde fuera pude oír Nacha Pop. Entramos. Acababan de abrirlo tres días antes”. Era 1988 y todavía es fácil encontrarle en la barra del decano garito musical de Les Corts.

Pablo Jiménez
El Barbara Anna ha sido el bar de referencia de Pablo Jiménez.

— Esto no es el Barbara Ann, pero en cambio tenemos una buena oferta culinaria, por si te quieres quedar a cenar. Tenemos de todo: tapas, pinchos, menú, platos combinados, carta, bocatas...

De fondo, los últimos compases de Friends of mine de los Zombies dan lugar al Time of the season y Pablo Jiménez se dispone a salir para fumarse un Ducado, marca a la que permanece fiel desde hace 45 años. Un rápido vistazo a las viandas le permite tomar una decisión certera:

— Odio los platos combinados y Ana y yo somos más de tapeo

Y justo en el momento de citarla, como si de un hechizo se tratara, llega al Bar Ana, su mujer, que saluda, pide su consumición y premia a la concurrencia con su amplia sonrisa adictiva.

Pablo Jiménez
Pablo Jiménez se mantiene fiel a fumar Ducados.