El próximo mes de septiembre hará cien años del nacimiento de la escritora Carmen Laforet, la primera ganadora del premio Nadal, en 1944. Nada es una novela donde parece que no pasa nada, pero donde la suciedad, el hambre y la miseria describen la realidad de la posguerra en Barcelona, discrepando de los discursos oficiales. Najat el Hachmi ha recordado la denuncia de Laforet después de recoger su Nadal, defendiendo que la literatura es una de las maneras de articular aquellas historias alternativas que muchas veces quedan relegadas e invisibilizadas.
De la Andrea que vivía en la calle Aribau y llegaba a Barcelona con una maleta llena de libros a dos chicas que viven “en la periferia de la periferia” de Barcelona y buscan conquistar su libertad “teniéndolo casi todo en contra”, condicionadas por su género, origen y posición socioeconómica, como también lo hacía la protagonista de Nada. El Hachmi ha dedicado el premio a todas las mujeres que todavía hoy creen que la libertad se encuentra demasiado lejos y les ha asegurado que sí que hay posibilidades para salir adelante y tener una vida mínimamente digna: “A las valientes que se salieron del camino recto para poder ser libres”.
El Hachmi ha ganado el premio Nadal con El lunes nos querrán, su primera novela en castellano, a pesar de que también la ha escrito y presentado en catalán, en un proceso de escritura complicado en que un idioma iba alimentando el otro —solo la ha enviado al premio Nadal pensando en Laforet—. Basándose en el principio de que no salieran dos novelas diferentes, El Hachmi ha sido escritora y traductora a la vez, disfrutando de su pasión por la lengua, teniendo en la lingüística su profesión frustrada.
El Hachmi ha ganado el premio Nadal con El lunes nos querrán, su primera novela en castellano, a pesar de que también la ha escrito y presentado en catalán
De libertad también habla la novela de Maria Barbal, Tàndem, que se ha hecho con el 53 Premi Josep Pla de narrativa. A través de “una historia de felicidad”, Barbal ha querido hablar de aquellas personas que cuando llegan a una determinada edad se estabilizan y dejan de vivir, olvidándose de disfrutar con plenitud. Una mujer y un hombre se conocen en Tàndem y se dan cuenta de todo lo que se están perdiendo y optan por empezar de nuevo.
Barbal se ha presentado al Pla después de muchos años sin participar en premios. Llegó un momento en que le apeteció mucho, después de negárselo durante mucho de tiempo, y se permitió hacerlo. “Me hace muy feliz”, ha reconocido, sintiéndose libre como sus protagonistas.
El Nadal y el Pla con mascarillas y distancias
La entrega de los premios de este año ha estado marcada por la pandemia: las mascarillas y las distancias se han convertido en los nuevos invitados al Hotel Palace, donde no ha habido ni la tradicional cena ni las copas de cava del día de Reyes. La entrega se ha transformado en un acto breve donde los dos jurados han anunciado a las ganadoras, que han tenido que recoger su premio sin que nadie se los diera.
Tanto se tenían que mantener las distancias que, incluso, cuando a El Hachmi se le ha caído una de las partes de su galardón después de recogerlo nadie la podía ayudar técnicamente. Así se ha encargado de recordarlo la presentadora, la periodista Lidia Heredia, que en todo momento ha ido diciendo que los premios solo los podían tocar las ganadoras y nadie se los podía entregar. El Hachmi, que necesitaba ayuda porque no recordaba cuál era la posición inicial de la pieza que se ha precipitado, por suerte, ha encontrado apoyo en Lorenzo Silva, uno de los miembros del jurado.
Edición récord del Premio Nadal
La convocatoria del Premio Nadal de Novela 2021 ha conseguido una participación muy alta, con la cifra récord de 1.044 manuscritos presentados. El jurado formado por Alicia Giménez Bartlett, Care Santos, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello y Emili Rosales, ha escogido por unanimidad a la historia de El Hachmi, presentada con el título de Intrusas y bajo el pseudónimo de Cristina López.
El Premio Nadal nació en 1944 cuando el escritor Ignacio Agustí quiso descubrir los autores que todavía no se habían dado a conocer durante la posguerra. El manuscrito de Laforet llegó a la redacción de Destino el último día del plazo de admisión y Agustí quedó impactado por la manera de narrar de la joven escritora barcelonesa, que se acabaría proclamando como la primera ganadora.
El Premi Josep Pla de narrativa se creó años más tarde, en 1968, con Terenci Moix como primer ganador con Onades sobre una roca deserta. Este 2021 ha llegado a su 53a edición, con Laia Aguilar, Antoni Pladevall, Marc Artigau, Montse Barderi y Glòria Gasch como jurado y la recepción de 60 manuscritos, entre ellos el de Barbal, presentado bajo el pseudónimo Lluís Coves y con una trama alejada de Tremp y el Pallars, tanto que el jurado no sospechaba que detrás se escondía la escritora de Pedra de tartera, la historia que sus mayores le dejaron en herencia y le abrió camino en el mundo de la literatura.