Es uno de los pioneros del diseño barcelonés y también de los que han tenido mayor repercusión internacional. Jaume Tresserra (Barcelona, 1943) creció en una familia de actores y modistos en la que desarrolló un gran sensibilidad estética así como una auténtica pasión por el cine. Los vestuarios y escenarios de las películas clásicas del Hollywood de los años 30, 40 y 50 han sido su gran fuente de inspiración.
Por su casa pasó buena parte de esa Barcelona gauchediviniana y exquisita, desde la diseñadora de joyas de Tiffany Elsa Peretti al siempre impecable arquitecto Federico Correa y, cómo no, el genial e incomparable diseñador Miguel Milá, del que se considera buen amigo y ferviente admirador. Una Barcelona que, a partir de los años 80, empezó a hacer bandera del diseño y el interiorismo y ayudó a impulsar carreras como la de Tresserra que, tras pasar por la Escola Massana, empezó a trabajar en publicidad y al poco tiempo en interiorismo. A finales de los 80 ya había diseñado sus primeros muebles exclusivos y comenzaba a destacar en ferias internacionales.
Su gusto por los materiales nobles, los procesos artesanales y acabados impecables y un diseño emocional y sofisticado, le han convertido en un clásico. Ha huido siempre de la moda y lo pasajero. Sus muebles son piezas únicas que duran toda una vida y pasan a siguientes generaciones. Algunos de sus trabajos han aparecido en películas como Batman (Tim Burton, 1989), Bésame antes de morir (James Dearden, 1992), Herida (Louis Malle, 1993) o La piel que habito (Pedro Almodóvar, 2011). Diversas celebrities han posado con sus muebles y tiene una nutrida agenda de clientes en Qatar, Japón o Senegal. En noviembre de 2014 abrió tienda en el Upper East Side de Nueva York.
Desde el secreter Carpett hasta la butaca Lola sus obras, además de estar presentes en diversos museos de artes decorativas, componen un imaginario que te transporta a un universo cinematográfico y de sofisticación intemporal.