El emprendimiento se ha erigido como rasgo diferencial de Catalunya, y ha generado un ecosistema emprendedor conformado por 375.956 personas. Esta cifra implica que un 7,6% de la población adulta manifiesta ser empresario de una compañía en fase inicial, lo que se sitúa 0,76 puntos por encima del año anterior.
Así lo constata un informe promovido por el Govern y la Diputación de Barcelona, que señala que el 50% de esta actividad se corresponde con personas involucradas con el lanzamiento de un negocio e inmersas en sus tres primeros meses, mientras que el resto son personas emprendedoras con su propio negocio de entre cuatro y 42 meses.
Además, el informe, elaborado por el Institut d’Estudis Regionals i Metropolitans de Barcelona y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), pone en valor que la intención de emprender de la población catalana continúa creciendo.
En este sentido, el 13,3% de los catalanes tiene la voluntad de emprender en los próximos tres años, lo que se sitúa 3,4 puntos por encima que el estudio anterior. En Barcelona, los ciudadanos con voluntad emprendedora se sitúan por encima de la media catalana, en el 13,8%. Ambas cifras se acercan a la media europea, con un 14%.
¿Y cómo es este emprendedor catalán? Su perfil responde a personas de 37 años de media, y el 60% de emprendedores en fase inicial cuenta con estudios de grado o postgrado. Por género, las mujeres vinculadas a la emprendeduría se sitúan por debajo que los hombres, con un 6,9% y un 8,4%, respectivamente.
Sin embargo, esta diferencia se produce en un contexto en el que las mujeres y los hombres que aspiran a emprender se sitúan en cifras similares, por lo que la intención y voluntad existe de forma similar en ambos casos, pero se produce un desequilibrio a la hora de emprender dentro de este ecosistema catalán.