El binomio cultura y empresa no acaba de cuajar en Catalunya porque son dos mundos que a menudo van en paralelo, aunque cuando interseccionan generan activos excepcionales. Ésta vendría a ser una de las razones por las que la colaboración público-privada es tan recomendable en el ámbito cultural, tal y como defienden la directora de la Fundació Catalunya Cultura, Maite Esteve, y el presidente del Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), Joan Oliveras, en la cuarta edición del ciclo The new Barcelona-Moments Estel·lars, organizado por The New Barcelona Post, en colaboración con Must Media Group, CASA SEAT y Barcelona Global, y presentado por el periodista y profesor de la UPF-BSM Toni Aira.
Ambos protagonistas de una interesante conversación sobre La colaboración público-privada en el ámbito cultural en Barcelona han coincidido en que la cultura ha perdido protagonismo en el campo del mecenazgo. Y lo ha hecho en beneficio del patrocinio, “que está basado en el intercambio de intereses”, un término que no se debe confundir, ha explicitado Joan Oliveras.
Oliveras y Maite Esteve consideran que actualmente Catalunya carece de una clase empresarial que lidere el mecenazgo cultural, entendido como “una actitud ante la vida que nace del compromiso con el entorno, con el país“, ha insistido el presidente del MNAC. “Me cuesta ver futuro en nuevas vocaciones de mecenazgo; entramos en la era del patrocinio”, ha considerado.
Una de las razones de esta pérdida de protagonismo es, según Oliveras, que el mecenazgo cultural “da poco retorno” y es poco mediático en comparación con las donaciones que pueden realizarse, por ejemplo, desde una empresa a la investigación médica o a entidades sociales. En opinión de Maite Esteve, es cierto que hay “poco retorno inmediato” y que no se entiende la idea de arriesgar por “unos intangibles que tienen un retorno a largo plazo”, pero ha enfatizado que el empresario es claramente “un aliado” para el sector y más ahora, que se pide que las empresas, además de ganancias económicas, generen un impacto positivo en la sociedad.
Durante cerca de una hora con una interesante disertación, los responsables de ambas entidades culturales han asegurado que hay que poner en valor la cultura para impedir que sólo mande “la era del patrocinio” y que es primordial que España cuente con una nueva ley de mecenazgo que no sólo fije unos incentivos fiscales —y que si lo hace estén en línea con los de los países más avanzados—, sino que siente las bases para potenciar el sector cultural que, para ser exitoso, necesita de un sector público y de un sector privado que funcionen.
Rodeados de un público interesado en el porvenir cultural de Barcelona, y que ha aprovechado el turno de preguntas para saber por qué la ciudad ha dicho no a una franquicia del museo del Hermitage o porque no hay un proyecto claro para la montaña de Montjuïc, Maite Esteve y Joan Oliveras han puesto ejemplos de cómo el mecenazgo, cuando ha existido, también ha sido provechoso para los mecenas y para el patrimonio de la ciudad y de Catalunya.
En este sentido, la directora de la Fundación Catalunya Cultura ha recordado el legado de la burguesía catalana del siglo XIX —“que todavía hoy es una atracción turística”, ha dicho— porque entendían la cultura “como un signo de identificación”, pero para los que parece ser “que no hay relevo”. “La plusvalía que aporta la cultura al mundo económico es indiscutible. Es un motor, una herramienta de desarrollo, de integración social, de equilibrio territorial… te hace abrir la mirada”, ha dicho. “Tenemos que poner en valor la cultura, porque es lo que hace que seas quien eres y cómo eres”, ha apuntado. En esta línea, el presidente del Museu Nacional ha considerado que en un mundo tan complejo como el actual, la cultura “puede acabar siendo un elemento de equilibrio” determinante.
Como gestores culturales, Esteve y Oliveras han reafirmado que en el contexto actual las nuevas generaciones ya no creen en las empresas que sólo buscan el beneficio, sino que les piden también que tengan un impacto social y éste puede ser un elemento importante para el fomento de la colaboración público-privada.
Sin embargo, Joan Oliveras ha concretado que las entidades culturales deben cambiar su manera de actuar porque “tendemos a pedir limosna”. “Debemos romper con esto y conseguir intervenir en el mundo empresarial con propuestas que mejoren directamente las cuentas de resultados de las compañías; debemos demostrar que la cultura tiene ese valor y obtener un beneficio mutuo”, ha añadido. “La cultura debe entender que el empresario es un aliado al que se debe hablar con su idioma para que entienda la creatividad”, ha manifestado Esteve.
Cómo ser también atractivos a los mecenas internacionales
La directora de la Fundación Catalunya Cultura ha sumado al debate que la cultura también necesita que se fomente desde la educación, que las escuelas deben acercar la cultura a las aulas, “porque siempre ha estado y sigue siendo la base de la civilización”, ha remachado Joan Oliveras. Además de mostrarse crítica con el sistema educativo, Esteve ha puesto deberes a la clase política y ha reclamado incrementar hasta el 2% el peso del Departament de Cultura en los presupuestos de la Generalitat. “La cultura no tiene color, debe ser una estrategia de todos los partidos; tenemos que ir todos a una”, ha considerado. En este punto, se ha puesto como ejemplo de buena estrategia de colaboración público-privada el esfuerzo realizado por la ciudad de Málaga por posicionarse como un referente cultural.
Esteve: “La cultura no tiene color, debe ser una estrategia de todos los partidos; tenemos que ir todos a una”
Oliveras se ha quejado también de la falta de recursos y del “desprecio de la cultura desde el punto de vista presupuestario”, lo que hace imprescindible profundizar en la colaboración público-privada. Según el presidente del MNAC, las instituciones culturales catalanas no deben centrarse únicamente en los mecenas locales, sino que deben poder ser también atractivas para los mecenas internacionales y, para ello, es necesaria una nueva ley de mecenazgo. “Tenemos museos y festivales de primera división que podrían entrar en el mercado global si tuviéramos una buena ley de mecenazgo”, ha subrayado. Tras tildar de “obsoleta” la actual normativa española, Esteve ha reclamado tener como referentes a países como Francia, donde las desgravaciones fiscales pueden llegar al 65%.
Oliveras: “Tenemos museos y festivales de primera división que podrían entrar en el mercado global si tuviéramos una buena ley de mecenazgo”
La directora de la Fundació Catalunya Cultura también pidió al sector cultural que no aspire a vivir sólo de subvenciones y consideró que los artistas deberían hacer sostenible su actividad y funcionar con una mentalidad de microempresas. “La cultura debe ser sostenible, no puede ser precaria, y hoy aceptamos esta precariedad como algo normal y no puede ser”, ha sentenciado. Según Esteve, “un artista debe ser sostenible, hacer que los números le salgan, y no querer vivir de las subvenciones, ya que éstas le instalan en la precariedad”.
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