De pequeña empresa familiar nacida en el barrio de Sant Andreu a grupo de alimentación global que facturó 158 millones en 2023, la cifra más elevada en sus 45 años de historia. Ante este crecimiento, Maheso ambiciona seguir creciendo, y aspira a que la facturación escale hasta los 300 millones en 2030. Para lograrlo, existe un factor imprescindible: aumentar en cerca de un tercio la capacidad productiva, destinada a sus tres líneas de negocio: retail, internacional y food service, mediante el que distribuyen a clientes sobre todo del canal horeca.
Con este objetivo, la compañía fundada en 1978 seguirá inyectando de cinco a seis millones anuales en su planta de Montcada i Reixac, donde el grupo tiene ubicada su sede central y su principal centro de producción, de 20.000 metros cuadrados. Esta inversión, que sumará en torno a 35 millones hasta 2030, permitirá ampliar la capacidad productiva de la planta de las actuales 19.000 toneladas a 23.000, por debajo de las 28.000 que la compañía calcula necesarias para alcanzar los 300 millones en 2030.
Para cumplir con este objetivo, Maheso se lanzó a la búsqueda de un nuevo emplazamiento en el que producir las 5.000 toneladas necesarias restantes. Este proceso para hallar la mejor ubicación para su nueva planta ha culminado en un municipio a diez kilómetros de Soria: Garray acogerá la futura planta, de 14.000 metros cuadrados y que dará empleo directo a 85 personas en 2030, empezando con 45 en 2026. La fábrica, que centrará su producción en snacks para horno y airfryer, empezará a construirse en otoño y requerirá una inversión de 38 millones de euros, que provendrá de fondos propios y de financiación bancaria.
Maheso sostiene que la compra de Audens por parte de la neerlandesa Goodlife Foods sitúa al grupo barcelonés como principal fabricante local
En esta búsqueda, la ubicación jugó un rol fundamental, ya que “aporta una mejora logística para el mercado nacional” y facilita la comunicación con el Reino Unido, uno de los principales mercados internacionales de Maheso, por su cercanía con el puerto de Bilbao, ha explicado el director general de Maheso, Manuel Rojo. Además, la planta se levantará en un polígono con instalaciones enfocadas al medio ambiente y a los ODS, como sistemas de tratamiento de aguas y de producción de energía a través de biomasa. Lo hará en un contexto en el que la empresa trabaja para avanzar en sostenibilidad, para lo que también ha reducido en dos años un 10% de su consumo de plástico, que el próximo año será reciclable en todos los casos.
Maheso prevé facturar 170 millones este año, y actualmente cuenta con una cartera de más de 11.000 clientes, un equipo de 700 personas y opera en 35 países de los cinco continentes. Con la voluntad de continuar agrandando estas cifras, la empresa inyectará hasta 2030 estos cerca de 75 millones en Montcada, la nueva planta de Soria y su área tecnológica, en una expansión traccionada por el canal internacional y el de food service.
En concreto, Maheso prevé que el canal internacional crezca de los 30 millones que ha representado este año a los 80 en 2030, y que el food service pase de los 98 millones actuales a 160, siempre con los 300 millones en el punto de mira y con la voluntad de seguir consolidándose como grupo de alimentación global.
“La continuidad de la apuesta por Montcada, que es indiscutible, y la nueva planta aportarán el incremento del 47% de la capacidad de producción que nos permitirá afrontar las 28.000 toneladas que queremos fabricar para 2030”, con el fin de alcanzar esos 300 millones de facturación, ha resumido Rojo en un encuentro con la prensa junto al consejero delegado de Maheso David Aldea Hernández y a su presidente, José Soler.
Soler fue quien, junto a su cuñado José Martínez, empezó en 1978 a preparar platos como croquetas y canelones y a venderlos, primero como refrigerados, y después como congelados, en un momento en el que este mercado empezaba a desarrollarse: “En aquel momento prácticamente no había congelados, y en esa aventura entramos nosotros”, ha explicado Aldea Hernández, que se unió después a Maheso. La marca agrupa precisamente los apellidos de los tres impulsores originales: Martínez, Hernández y Soler.
El capital de la empresa se distribuye entre las tres familias: la Martínez y la Soler disponen cada una del 36,6%, mientras que la Hernández cuenta con el 26,8%. El control íntegro de Maheso por parte de las familias fundadoras se recuperó en 2006, al recomprar la participación que había adquirido diez años antes la compañía luxemburguesa Ibersurgel. Ahora, las tres familias conservan el 100% del capital después de que en otoño desestimaran finalmente la entrada de un nuevo socio, posibilidad a la que se habían abierto a principios de 2023. En paralelo, Maheso abrió este año anunciando la compra de la distribuidora Iceberg33, que opera en el sur de Catalunya.
La compra de Audens “aviva” la competencia
El sector de la alimentación de productos congelados acaba de moverse precisamente por otra compra: la de Audens por parte de la neerlandesa Goodlife Foods, controlada por el fondo de inversión IK Partners. La operación se ha producido después de un periodo de búsqueda de inversores abierto en 2021 por la compañía con sede en Granollers, que suma 800 trabajadores y destina gran parte de su producción a Mercadona.
La compra de Audens por parte de Goodlife Foods tendrá afectaciones para el sector en el que juega también Maheso: “Que la competencia se avive te hace ser mejor”, ha proclamado Rojo. El director general ha sostenido que, con la compra de Audens por la firma neerlandesa, Maheso se posiciona como gran grupo local en este ámbito, cuando “para muchos clientes es importante la cercanía y que el fabricante sea local”.
Vender churros en Japón
La actividad de la empresa la ha conducido a disponer de la planta de Montcada, la futura de Soria, y oficinas y almacenes en Madrid, Sevilla y Tortosa. Desde la década de los 90, Maheso no sólo es fabricante, sino también distribuidora: actualmente, el 57% del producto que comercializa es de fabricación propia, mientras que el 43% se enmarca en el área de distribución, en un negocio siempre bajo cuatro pilares: “Calidad, innovación, servicio y sostenibilidad”, como ha defendido Aldea.
Precisamente la innovación desempeña un rol principal en Maheso: en sus 45 años de trayectoria, la empresa ha ideado métodos de cocinado de productos como croquetas, que le permitieron lanzar unas de tamaño mini conocidas como mahesitos; fue la primera en llevar los nuggets congelados a los supermercados, y la que ha creado el concepto de tapas congeladas.
Maheso prevé facturar 170 millones este año y actualmente cuenta con una cartera de más de 11.000 clientes y con un equipo de 700 personas
Su talante innovador la ha llevado a desembarcar en mercados internacionales con productos desconocidos en sus supermercados, como los churros que causan furor en Japón. En este sentido, Aldea defiende exportar productos diferenciados y con valor añadido, así como mantener una mirada atenta a las tendencias: “En el mundo de la alimentación también existen modas, como en el textil. Si sabes identificar las tendencias de lo que busca la gente y respondes con un producto con la calidad necesaria en el momento adecuado, esto se traduce en ventas y rentabilidad”.