Sólo en el área metropolitana de Barcelona se reparten más de 50.000 unidades de Donuts diariamente, un producto que es el tercero más consumido en los bares en la categoría de pan y bollería, por detrás del clásico bocadillo y del cruasán. Para reducir las emisiones de este esfuerzo logístico, Bimbo ha puesto en marcha un programa piloto de reparto en Barcelona dirigido a pequeños clientes del sector de la restauración, a los que quiere aprovisionar con bicicletas eléctricas.
La marca ha elegido un centenar de puntos de venta para testear la entrega de sus repartos diarios de Donuts y los productos de la gama Bimbo bares, con la colaboración de la startup barcelonesa Cargobici, que ya trabaja desde hace años en soluciones logísticas sostenibles para afrontar la última milla en las ciudades, y que ha destinado inicialmente a esta tarea a tres de sus repartidores. Con este sistema, los pedidos siguen entregándose en un plazo de 24 horas, e incluso de 3 horas si se tramitan con carácter de urgencia. La entrega en bicicleta cubre rutas a las que actualmente es difícil llegar mediante el reparto convencional.
El proyecto nace como una prueba piloto en la ciudad —donde Bimbo tiene su central para el mercado español— con la idea de analizar su evolución y escalarlo a finales de año, dentro de los planes de la compañía para reducir la huella de carbono de sus actividades.
Primero habrá que extender los repartos por la ciudad de Barcelona, lo que requerirá la puesta en marcha de más pequeños almacenes para cubrir nuevas rutas. Cargobici basa su modelo de negocio en el reparto de mercancías de pequeño tamaño desde micro hubs urbanos, donde se realiza el traspaso de los artículos desde furgonetas o camiones a bicicletas de carga eléctrica y de fabricación local.
La experiencia se extenderá a Madrid, Zaragoza y Valencia, en 2022
El objetivo a corto plazo sería empezar ampliando el área de Barcelona, abriendo un segundo micro almacén y empezar en 2022 —según evolucione la experiencia— a lanzar el proyecto en otras ciudades. Madrid, Zaragoza y Valencia son las primeras opciones, explica Alberto López Oliva, eGTM Manager de Bimbo.
Los cálculos de Bimbo apuntan a qué, si la fórmula puede extenderse a 45.000 pequeños bares, se generaría un ahorro de emisiones de CO2 a la atmósfera, que podría llegar a ser de 350 toneladas de CO2 al año. Bimbo apuesta por el crecimiento de este modelo de reparto para que en el futuro pueda ser utilizado por otros proveedores del canal Horeca.
“Bimbo apuesta por la innovación y por seguir creciendo de forma sostenible y respetuosa con el planeta”, a la vez que ofrece a sus clientes el servicio que más se adapta a sus necesidades, señala Alberto López, quien añade que cerrarán acuerdos con otras empresas como Cargobici para “ayudar a crecer y extender este tipo de servicio a muchas otras ciudades”.
