La pandemia ha hecho daño a muchos negocios, pero también ha permitido a muchos sectores y a muchos profesionales reinventarse y acelerar grandes tendencias como el comercio online. Los productos de alimentación, especialmente los frescos, siempre han estado a la cola de las ventas a través de Internet, pero la Covid-19 ha cambiado esta realidad y ha espoleado a los consumidores, especialmente a los más jóvenes, a perder el miedo a comprar a través de la red frutas, verduras, embutidos, carne, quesos e incluso pescado. Las aplicaciones móviles especializadas en hacer de puente entre los consumidores y los puestos de los mercados, por ejemplo, se han disparado durante esta crisis sanitaria, pero este contexto de dificultad también ha permitido que nazcan nuevas empresas nativas digitales que ya no tienen tienda física, sino que centran el 100% de su negocio en la venta online y en la distribución a domicilio.
Es el caso de La Pescadería de María, un e-commerce especializado en la venta de pescado y marisco que quiere transformar la experiencia de compra de un producto que a menudo no se consume suficiente por falta de tiempo, por motivos de precio o por no tener el hábito de ir a una pescadería de confianza. “Nuestra misión es borrar las barreras invisibles que hacen que mucha gente no compre ni cocine todo el pescado que les gustaría porque les da pereza, se sienten inseguros o piensan que les va a salir demasiado caro”, explica Robert Casanovas, uno de los cuatro socios fundadores de la empresa barcelonesa, que compra el pescado en las principales lonjas del Mediterráneo y el marisco en Galicia.
Nacida en plena pandemia, durante el mes de julio de 2020, La Pescadería de María ha servido 8.000 pedidos durante su primer año de funcionamiento, con un importe medio de 85 euros por compra y una ratio de repetición superior al 50%. Con un crecimiento mensual sostenido hasta ahora del 20%, la empresa ya emplea a diez personas, distribuye por toda España y se ha marcado el objetivo de duplicar el número de clientes en este segundo año y facturar en breve un millón de euros.
La startup, que entrega los pedidos en unas características cajas de cartón azules, ofrece un servicio totalmente personalizado, ya que los clientes además del tipo de pescado y las cantidades, pueden elegir también el tipo de corte, el peso de cada porción y adquirir packs para hacer una paella o una mariscada. En Catalunya, los pedidos se entregan en un plazo de 24 horas, tiempo que aumenta hasta las 36 horas en el resto de España, aunque la empresa ya trabaja para acortar estos plazos.
Entre los proyectos de crecimiento de La Pescadería de María destaca la creación de un servicio de suscripción que permitirá a las familias recibir en casa regularmente el pescado que necesitan. También quieren vender sus cajas de pescado fresco en tiendas gourmet de Barcelona, además de establecer acuerdos con gimnasios y empresas para estimular el consumo de estos alimentos entre sus clientes o empleados.
En el éxito alcanzado por esta tienda online fundada por Robert Casanovas, Susana Prades, Joan Soler y Montserrat Andreu ha jugado un rol clave el boca oreja y, especialmente, Instagram, donde la marca supera los 17.300 seguidores. Son populares las stories de clientes que abren la caja azul que acaban de recibir, un fenómeno conocido como unboxing y que multiplica los seguidores o fans de la marca.
Detrás de la eficaz estrategia de venta efectuada mediante esta red social está Susana Prades, la socia responsable del área de márketing, que ha encontrado también en La Pescadería de María una forma para reinventar su trayectoria profesional y emprender en un momento en el que acababa de tener su segundo hijo. Aficionada a la gastronomía, hasta el año pasado, Prades (Barcelona, 1985) era ejecutiva del grupo Abertis y ahora ha cambiado las autopistas por las lonjas de pescado y se ha convertido en la cara visible de la empresa, hasta el punto de que mucha gente cree que ella es María.
Diplomada en Ciencias Empresariales por la UPF, Prades, que había sido la responsable de márketing y publicidad de Abertis y la jefa de relaciones institucionales del grupo de infraestructuras, visualizó el potencial de la venta online de pescado durante el confinamiento a raíz de las dificultades para abastecerse de este producto. Fue así como apostó por crear un servicio de venta a domicilio que fuera atractivo para los consumidores, con pescado fresco de la máxima calidad a un precio ajustado, preparación personalizada, y envíos refrigerados en un embalaje que evitara la generación de líquidos y olores.
Para hacer realidad la iniciativa se unió a su amigo y vecino, Robert Casanovas, quien sumó también al proyecto a Montserrat Andreu y a Joan Soler. Este último socio es miembro de la familia Giró, que hace más de 100 años que se dedica al mundo del pescado en el Penedès, donde empezó a vender en los mercados de El Vendrell y Vilafranca, hasta convertirse en un referente a la hora de abastecer a restaurantes de toda Catalunya. “El nombre de María que le hemos puesto a nuestro e-commerce es en homenaje a la abuela de Joan”, explica Prades, que ve en esta apuesta por Internet “una evolución natural en la tradición pesquera de la familia Giró”, que ha podido reinventarse y hacer frente a la caída de las ventas por el cierre de la hostelería.
La Pescadería de María dispone de unas instalaciones en Vilafranca del Penedès desde donde filetea, desespina, corta, envasa al vacío y prepara los pedidos que envía a toda España, aunque el negocio se concentra fundamentalmente ahora en la provincia de Barcelona. El reto es cerrar 2021 con un incremento del 50% en los pedidos recibidos de fuera de Catalunya, especialmente de Madrid y Valencia.