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unque uno se puede sentir joven y estar a la última a cualquier edad, si tiene un espíritu de aprendizaje e innovación continuo, existe una nueva generación de personas, ya adultas, nacidas en plena era digital, que conviven perfectamente con esa filosofía. Para ellos es natural, porque han crecido al ritmo del auge acelerado de las nuevas tecnologías. Son la generación Z, nacida después de la eclosión digital de los 90, que se va incorporado con fuerza a todos los ámbitos de la sociedad, la economía y el mundo laboral.
Son profesionales con talento, grandes emprendedores, consumidores inteligentes y exigentes, que saben informarse manejando cantidades ingentes de datos y están empoderados para cambiar el mundo si es preciso. En este sentido, Núria Vilanova e Iñaki Ortega, en su libro Generación Z (Plataforma Actual) señalan que más de 2.000 millones de personas en el mundo pertenecen a esta generación (en España representan ya el 15% del total de la población), que dispone de “potentísimas herramientas a su disposición para cambiar su entorno o el destino al que están llamados”. Para estos autores, “es la primera generación que ha asumido desde que tiene uso de razón que el mundo se ha hecho pequeño, que la diversidad es consustancial a cualquier sociedad moderna y que el desarrollo democrático, unido al tecnológico, es imparable”.
LA GENERACIÓN Z MARCA LAS TENDENCIAS DE CONSUMO
Grandes marcas tecnológicas, como Honor, e-brand puntera de dispositivos móviles que opera bajo Huawei, se han creado específicamente para responder a las necesidades de los usuarios nativos digitales, con productos que inspiran a la acción, fomentan la creatividad y la experiencia de uso. El objetivo de estas marcas, sin embargo, no es centrarse en un nicho de mercado joven, sino focalizarse en él como vía para alcanzar a muchos más perfiles de usuarios. En el fondo, los jóvenes son sus embajadores de marca. Tal como explica el director general de Honor en España, Javier Palacios, “hoy en día, quien marca las tendencias es el público más joven, que es muy digital también en sus hábitos de compra. Con ellos se puede establecer un diálogo a través de canales online que permite que las propuestas al consumidor tengan una mejor aceptación”.
En la misma línea, la profesora de comunicación de la UOC, Mireia Montaña, analiza en COMeIN, aunque “la figura del influencer es básica a la hora de impactar en estos jóvenes, ellos afirman que prefieren recibir consejos de jóvenes influencers parecidos a ellos, en lugar de celebrities” y que, en definitiva, “necesitan sentir que se les habla de igual a igual”.