William Klein revolucionó la fotografía a finales de los años cincuenta.

La fotografía callejera de William Klein se queda hasta noviembre

La Fundació Catalunya La Pedrera ha decidido prorrogar hasta el 1 de noviembre la exposición sobre uno de los referentes más importantes de la fotografía contemporánea. En paralelo, aún se puede disfrutar hasta el 7 de octubre de la muestra dedicada al fotógrafo japonés Daido Moriyama en la Fundación Colectania.

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n tiempos de pandemia el arte se antoja tanto más necesario. No pensamos sólo en su efecto ocasionalmente balsámico, sino en la agitación que le acompaña desde finales del XIX, y que abre espacios para el librepensamiento. Para una visión en perspectiva, no dogmática, de la realidad. Igualmente relevante, por sintomática, es su función de “doble espejo”: mostrándonos a nosotros mismos en el acto de mirar, saca a flote la responsabilidad de cuanto proyectamos en el mundo, con o sin conciencia.

1. William Klein, el shock del instante

Ernst Jung advirtió que aquello que no hacemos consciente reaparece tarde o temprano bajo la forma de destino. Aunque no hay garantía de que el consumo de arte propicie un autoconocimiento efectivo y provechoso, tampoco hay duda de que permite confrontar certezas. Volver a perder la noción del tiempo en museos es comparable a abrazar un confinamiento de orden inverso, una suerte de reclusión que ayuda a derribar las paredes mentales, las creencias o prejuicios más enquistados. El mito que muy didácticamente concibió Platón en el Libro VII de la República refería ya ese giro de la mirada, al que sigue la “salida de caverna” que habilita una visión clara. Actualizando el mensaje, podemos comprenderla como una emancipación del modo estereotipado de percibir la realidad, que es característica del arte romántico y por supuesto de la fotografía, capacitada para eternizar el instante.

Gun 1. New York, de William Klein

Nacido en Nueva York en 1928, William Klein ha trascendido por su destreza para fijar la realidad “callejera”, la fluctuación física y emocional, falsamente controlable, que se da en una metrópolis. Hasta el 1 de noviembre puede visitarse en La Pedrera una muestra titulada Manifesto, con algunas de sus obras más representativas. Instantáneas de encuadre inspirado, que detienen el movimiento en el momento crítico, al yuxtaponer elementos irreconciliables. La falsa objetividad de la lente provoca una reacción no menos subjetiva. El espectador se descoloca frente Gun 1, New York, al percibir el choque entre pura agresividad y quietud-o incluso admiración- en las miradas de los niños que protagonizan su imagen más icónica. La presente exposición, que reúne más de 200 obras, evidencia otras facetas menos conocidas de Klein, que asimismo fue pintor y cineasta.

Esta exposición se programó inicialmente entre el 6 de marzo y el 30 de julio, pero como consecuencia de la pandemia estuvo cerrada buena parte de este tiempo. Ante el éxito de público que ha recibido, la Fundació Catalunya La Pedrera ha decidido ahora prorrogar la muestra hasta el 1 de noviembre.

 

2. Daido Moriyama o la cotidianidad espectral

Hasta el 7 de octubre puede visitarse en la Fundación Colectania la exposición A Diary del fotógrafo japonés Daido Moriyama, que en 2019 fue galardonado con el Premio Hasselblad, uno de los más prestigios de su disciplina artística. La muestra ofrece una selección de imágenes captadas a lo largo de casi 50 años, sin una ordenación estrictamente cronológica. La provocación de sus inicios como fotógrafo urbano le valió la fama de artista transgresor, que se infiltra en otros momentos de su carrera con una sensibilidad no exenta de crudeza. En conversación con Ivan Vartanian afirmó que “hacer fotos de acuerdo con el propósito expositivo del lenguaje no tiene sentido para mí, generalmente. Más bien, la fotografía provoca al lenguaje”.

Sus composiciones, muchas de ellas en blanco y negro, no reproducen la realidad, sino que suscitan nuevas maneras de concebirla. El contraste entre luz y sombra, fulgurante, despierta un halo de irrealidad, como de visión alucinante. Cuestiona el plano de realidad del objeto o sujeto reproducido, fantástico a pesar de su cotidianidad. Los encuadres, absolutamente deliberados, ayudan a la relación de historias que asombran por su carácter casual. La imagen de un joven en corbata, perdido en la pantalla de su teléfono mientras fuma, la espalda de una mujer cubierta por su cabellera desordenada o una retahíla de pulpos traslucidos secándose al sol son algunos de los temas que conforman el espectro de lo real.

©Daido Moriyama Photo Foundation
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