Scopely, una multinacional estadounidense del sector de los videojuegos para móviles que ya lleva años afincada en España, absorbe el estudio barcelonés de desarrollo de videojuegos Omnidrone, en el que invirtió por primera vez en 2018, y que cuenta con unos 120 trabajadores en las oficinas de la Vía Layetana de la capital catalana.
La californiana Scopely se refuerza con esta adquisición en el mercado español, donde cuenta ya con un equipo de 700 trabajadores ubicados en las múltiples oficinas del grupo en Barcelona y Sevilla, que suman más de 8.000 metros cuadrados. Su expansión ha sido básicamente inorgánica, incorporando empresas locales.
En Barcelona ya disponía del estudio Scopely Parallel, que crea y opera en vivo los juegos Yahtzee With Buddies y Scrabble GO, y un equipo de GSN Games —una división de Game Show Network subsidiaria de Sony Pictures Entertainment—, que trabaja en juegos y tecnología. Mientras, en Sevilla se ubica el estudio de Scopely Genjoy, que trabaja en varios proyectos de juegos casuales.
Omnidrone está especializado en experiencias de juego midcore altamente sociales. Su cofundador y director ejecutivo Gerard Fernández explica que “como socio de Scopely, Omnidrone ha quedado impresionado por el crecimiento y éxito de la empresa al lograr una escala global y al mismo tiempo establecer nuevos estándares en los géneros en los gamers”. “Scopely es un hogar colaborativo que alberga un gran talento en la creación de juegos”, añade.
En la nueva estructura de la compañía, Fernández seguirá supervisando el estudio Omnidrone dentro de la división de estrategia MMO de Scopely. Esta multinacional acoge múltiples especialidades como ingeniería, análisis analítico y de datos, servicios creativos y atención al cliente, entre otras. Con el anuncio de la compra de Omnidrone, también ha comunicado que tiene previsto contratar a un centenar de profesionales más en España, como artistas 3D y animadores, artistas técnicos, ingenieros de la plataforma Playgami o ingenieros de desarrollo.
Antes de Omnidrone, Gerard Fernández cofundó Microjocs, una de las primeras empresas de creación y distribución de juegos para móviles en España. Microjocs fue adquirida por Digital Chocolate y luego por Ubisoft.