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Jurassic Ciutadella Park

El museo de geología reabre como centro de exposiciones y desempolva las maquetas de los dinosaurios y otras especies extinguidas que debían acompañar al popular mamut del parque

El antiguo Museu Martorell de Geologia, hoy reconvertido en centro de exposiciones, reabrió sus puertas en la Ciutadella justo antes de Navidad después de años cerrado y en obras. Y lo ha hecho con parte del fondo del Museu de Ciències Naturals de Barcelona, en que se han integrado el de Geología y el de Zoología, que estuvo ubicado en el vecino Castell dels Tres Dragons, también en el recinto del parque, y del que proceden también algunas de las piezas ahora expuestas en el Martorell.

Entre los elementos que forman parte de la exposición, destaca el conjunto de una docena de maquetas en yeso de animales prehistóricos extinguidos que debían poblar el parque de la Ciutadella a tamaño natural y de los que finalmente solo prosperó el mamut de cemento armado, que es la escultura más popular del recinto. Lo normal es contemplar al mamut con algún niño subido a su enorme trompa.

A falta de esa especie de Jurassic Park barcelonés —técnicamente, el término jurásico no sería correcto, pero me permitirán la licencia cinematográfica—, ahora, y después de años acumulando polvo, se pueden contemplar los modelos y hacerse una idea de cómo habría quedado la Ciutadella de haber completado este ambicioso proyecto.

Una de las maquetas que debería haber poblado el Parque de la Ciutadella, incluidas en la muestra del Centre Martorell d’Exposicions. © theNBP

La idea partió en 1906 de los naturalistas Jaume Almera, Artur Bofill y, principalmente, Norbert Font. La iniciativa gustó al entonces alcalde, Domènec Sanllehy, de modo que se aprobó y se decidió empezar por el mamut, una especie de la que se habían encontrado restos fósiles en Sant Vicenç dels Horts, en el actual distrito de Les Corts y en las cercanías de Olot. Se optó construirlo con cemento armado sobre una estructura de malla metálica. Se descartó que la escultura incluyera los colores con que se pintaron las maquetas. El mamut de cemento fue inaugurado en diciembre de 1908, costó casi 9.000 pesetas de la época y se ubicó cerca de la cascada, en una zona que reproduce el hábitat boscoso de este gran mamífero del cuaternario.

La muerte de Norbert Font, principal impulsor del proyecto, hizo que el plan de poblar la Ciutadella con más especies extinguidas cayera en el olvido. Solo quedaron las maquetas, que se conservaron en el antiguo Museu de Geologia. Además del mamut, había previsto un animal muy similar, el dinotherium; un diplodocus; un pareiasaurio; un estegosaurio; un tiranosaurio; un brontosaurio; un clyptodón; un uintatherium; un triceratops, y el ave gigante aepyornes. Todos ellos vivieron en distintas épocas geológicas en Catalunya.

El Museu Martorell es uno de los edificios que forman parte del lado del parque orientado hacia el Paseo Picasso y que han pasado años en un preocupante estado de deterioro. Una vez acabadas las obras de reforma, el museo ahora reconvertido en sala de exposiciones ha reabierto sus puertas conjuntamente con el Hivernacle. Próximamente, está previsto finalizar las obras del Castell dels Tres Dragons, una obra de Lluís Domènech Montaner que fue el restaurante de la Exposición Universal de 1888 antes que museo de zoología. Ahora quedan pendientes en este lado del parque el Umbracle y el denominado Racó de la Ciència, en el que destacan dos elementos que fueron una gran atracción durante la Exposición Universal. Se trata de una columna meteorológica, que hoy sobrevive desnuda de los elementos con los que se pretendía divulgar la ciencia de la previsión del tiempo, y una mesa de distancias en la que los ciudadanos podían consultar los kilómetros que separaban Barcelona de las grandes ciudades del mundo. Hoy, esta mesa de mármol está rota y casi no se leen las distancias y las ciudades.

Cuando el parque sustituyó a la fortaleza militar borbónica de la Ciutadella, en la segunda mitad del siglo XIX, nació con una vocación de divulgación científica y del progreso. Además de los citados elementos concentrados en el ala del Paseo Picasso, había un acuario de especies autóctonas de los ríos catalanes en la parte superior de la cascada, así como la reproducción de una cueva hoy desaparecida con sus estalactitas y estalagmitas en cuyo diseño había colaborado un joven Antoni Gaudí a las órdenes del maestro de obras Josep Fontseré. Más tarde, llegarían el Zoo y el frustrado proyecto de los dinosaurios y otras especies extinguidas.

Al menos nos queda el mamut y, ahora, las espectaculares maquetas expuestas de nuevo en el renacido centro Martorell. No se lo pierdan.

El mamut del Parque de la Ciutadella. © theNBP
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Xavi Casinos

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