Joan Colomo
Joan Colomo actuará el 19 de junio en el Poble Espanyol. © Rubén Cruz

Joan Colomo: “Hay que aceptar que la tristeza no siempre es un sentimiento negativo”

El músico presenta su disco más pesimista, Disc trist (Bcore, 2021), escrito antes de la pandemia y que se ha vuelto premonitorio. "Cuando me he puesto a hacer letras para este disco, me han salido todas relacionadas con la negatividad", nos explica en esta entrevista.

Cuando uno se topa con Joan Colomo parece una persona incapaz de estar triste. Alegre por naturaleza y bromista constante, el músico de Sant Celoni presenta su disco más pesimista, Disc trist (Bcore, 2021), un ejercicio de nihilismo pop de altos vuelos: todo está mal y no parece haber salida alguna.

Y aunque pueda parecer todo lo contrario, es un trabajo escrito antes de la pandemia. Lo que no ha perdido Colomo es su capacidad innata para la melodía y las frases juguetonas. Como tras la tormenta siempre viene la calma, solo hay que esperar que el arco iris vuelva a brotar de las canciones de un músico imprescindible para entender la música catalana de la última década.

— Disc trist empieza hablando de la incapacidad de ser positivo. ¿Tan mal están las cosas? 

— En el caso concreto de Cançó animada, la incapacidad es de escribir canciones positivas. Cuando me he puesto a hacer letras para este disco, me han salido todas relacionadas con la negatividad. Quizás es por mi trayectoria, muy vinculada al punk y el hardcore, que llevo toda la vida sintiendo que todo está fatal. Lo veo como un defecto personal.

— Este No future del punk también esconde un discurso nihilista. 

— Sí, la tendencia te lleva a caer en ello. Intento evitarlo porque tengo esperanza y creo que se pueden cambiar las cosas. Si no mantienes esta brizna, acabas entrando en un pozo del que cuesta salir.

— En la canción En un món paral·lel hablas de un marcharse individualista…

— Es una contradicción: estoy en contra del individualismo que promueven ciertos estamentos del sistema, pero a veces tengo poca empatía con la humanidad. Soy consciente que la sensación de no pertenecer a nada es puro individualismo.

— A raíz de la pandemia se ha hablado mucho de la dicotomía entre individualismo y sentimiento de comunidad. ¿Tú cómo lo has vivido? 

— Desde el punto de vista emocional, hemos sufrido un hecho que ha afectado a todo el mundo. A pesar de que a algunos menos que otros, ya que en las rentas más altas ha habido un 45% menos de contagios. Esto quiere decir que hemos pringado todos, sí, pero no en la misma medida. La sensación de vivir un momento histórico en que todos íbamos a una tenía un punto bonito, pero la colectividad no se puede entender desde obedecer de una manera acrítica: cuando hay una orden imperativa que todo el mundo obedece ciegamente, ponte a temblar.

“Hemos sufrido un hecho que ha afectado a todo el mundo. A pesar de que a algunos menos que otros, ya que en las rentas más altas ha habido un 45% menos de contagios”

— Hemos obedecido sin cuestionarnos lo que se nos pedía.

— ¡Es que nos iba la vida! Todavía hoy tengo miedo de contagiarme de la covid, porque he visto gente que lo ha pasado muy mal: jóvenes, mayores, de todo. Haces lo que sea para salvarte. Es curioso porque sabemos perfectamente que no tenemos que beber dos cervezas y coger el coche, pero en ese caso no obedecemos con tanta vehemencia, aunque corra aún más riesgo nuestra salud.

— Eres de estas personas que ha tenido que pasar el confinamiento con niñas pequeñas en casa. ¿Cómo fue?

— Por la edad de mis hijas, que no han tenido la necesidad de salir y ver a las amigas, bien, ellas estaban encantadas de estar en casa con sus padres. A mí el hecho de no tener que nada que hacer durante unas semanas ya me estaba bien, pero con niños de otras edades debe de ser más complicado. Ha sido emocionante pensar que vivías el fin del mundo en directo y hacerlo sin obligaciones. También he pensado en que no me estaba perdiendo ningún evento, un sentimiento habitual cuando eres padre: no me he perdido ninguno estos meses.

— En Himne de la melangia te preguntas sobre el significado de la vida. ¿Piensas mucho en ello?

— Vivo muy intensamente la desazón existencial de saber que no somos nada, solo una milésima de segundo en la historia del sistema solar, que también es un trocito de universo. Que la vida sea efímera me quita el sueño.

— ¿Es la respuesta a Himno de la alegría

— Sí, era la broma. El título está pensado como un contrario al de la alegría. Es como una terapia: hay que aceptar que la tristeza no siempre es un sentimiento negativo.

— Tengo la sensación de que en tu disco anterior apuntabas al capital como culpable de todo. En Disc triste todo es más metafísico, por decirlo de alguna manera. ¿Te has quedado sin a quién culpar?

— Siempre sigo el mismo proceso cuando me pongo a escribir un disco: empiezo a hacer canciones y cuando tengo un puñado de temas que hablan de lo mismo, voy por ahí. En el disco anterior me pasó con el neoliberalismo, en cambio en este todo me conducía a la tristeza: primera la música y después la letra. No ha habido nada premeditado.

“Vivo muy intensamente la desazón existencial de saber que no somos nada, solo una milésima de segundo en la historia del sistema solar, que también es un trocito de universo”

— En Currículum hablas de las cosas que no haces bien y detallarlas es una constante de tus canciones. ¿Qué cosas crees que sí que haces bien?

— Intento ser una persona agradable, que todo el mundo se sienta a gusto cuando nos relacionamos. Creo que tengo cierto sentido del humor, las personas pasan un rato divertido conmigo.

Joan Colomo nació en Sant Celoni (Barcelona) en 1981.

— En la canción En Bernat i la Maria, además de ser una canción denuncia, haces lo más parecido hasta ahora a una canción narrativa. ¿Te gustaría profundizar más en ello?

— Es una de esas letras en que me obligo a hacer algo distinto a lo habitual. No tengo demasiadas herramientas en la hora de escribir, pero intento, de vez en cuando, ir por otros lados. Forzarse a hacer algo que se salga de mi norma. Siempre he pensado que me gustaría explicar historias en las canciones, lo hacen muchos grupos que me gustan, como los Hidrogenesse, pero me faltan herramientas narrativas.

— Muchos de los músicos pop de tu generación han optado por desnudar mucho sus canciones, pero tú no…

— Aquí entra el horror vacui: como considero que no toco demasiado bien la guitarra ni canto bonito, voy poniendo capas y capas para ir tapándome. Por otro lado me he dado cuenta, al ensayar las canciones, que este es un disco bastante rock. Mi arma principal es el eclecticismo, no tengo claro qué estilo quiero hacer y me pasan estas cosas.

— Hace poco celebraste los diez años de tu debut. ¿Lo has reescuchado?

— Sí, lo reeditamos en vinilo y me lo puse en casa. Todo el odio que me generaba entonces, que es algo que me pasa con cada nuevo disco, se había desvanecido. El tiempo me ha permitido verlo desde fuera y valorarlo bien.

— ¿Al Joan de hace diez años le gustaría Disc trist

— Probablemente no. Eres esclavo de las tendencias y entonces odiaba lo chorus —efecto de guitarra muy utilizado en los ochenta— o las guitarras Stratocaster —un modelo clásico de Fender— y ahora los utilizo mucho. Si me lo dicen hace una década no me lo hubiera creído. Los gustos van cambiando y, sin ir más lejos, cinco años antes de sacar el primer disco, lo llego a escuchar entonces y me habría parecido terrible.

“Siempre he pensado que me gustaría explicar historias en las canciones, lo hacen muchos grupos que me gustan, como los Hidrogenesse, pero me faltan herramientas narrativas”

— En Cançó de la por hablas de lo que te mantiene despierto y aparece la voz de tu hija. ¿Va por aquí la cosa? 

Todo me da miedo, pero después tienes casa, donde hay tu hija, tu pareja, la familia… algo que te protege.

Avui es decir que no podrán contra el amor y el color… 

— El disco sigue la idea de que somos conscientes que en el mundo pasan tragedias e injusticias, pero a la vez somos capaces de vivir sabiéndolo. Y a pesar de todo, quiero estar contento, alegre y pasarlo bien.

— ¿Este será un disco de ruptura por todo el que te ha pasado este año?

— Viene de antes de la pandemia y de que muriera mi padre, el pasado mes de febrero. Las reflexiones eran sobre la dinámica que llevábamos, sin ningún futuro esperanzador. Entonces ha venido un año que ha sido horrible y el disco se ha vuelto premonitorio. Yo era muy feliz y de golpe he vivido la tristeza como nunca antes la había vivido.