Barcelona ocupa un lugar privilegiado a nivel internacional en el ámbito de las escuelas de negocios y como hub de talento y, para maximizar este potencial, se necesitan recursos y una normativa más favorable. Así lo han constatado el director general de la UPF Barcelona School of Management, José Manuel Martínez-Sierra, y el director de programas para directivos nacionales e internacionales del IESE, Jordi Utgés, en una nueva sesión del ciclo Moments Estel·lars organizada por The New Barcelona Post, en la que ambos han apostado por cambios normativos que favorezcan la actividad de las escuelas de negocios de la ciudad: “Cuando estás compitiendo en primera división y quieres ganar la Champions, necesitas invertir”, ha resaltado Utgés.
“Barcelona es muy potente. Cuando preguntamos a nuestros estudiantes extranjeros por qué han escogido el IESE, responden en primer lugar que es porque se ubica en Barcelona; primero es Barcelona, y después el IESE”, ha relatado Utgés en la sesión, organizada con la colaboración de CASA SEAT, Barcelona Global, Must Media Group y Giny Barcelona. Y es que la ciudad reúne atractivos como su calidad de vida, su panorama cultural y su ecosistema empresarial: “Creo que tenemos muchas virtudes y mucho que ofrecer”, a partir de este conglomerado de factores que perfilan una ciudad atractiva para el talento internacional.
Captar este talento, sin embargo, es más fácil que captar a profesores para que se integren en el claustro. “Normalmente llegan con familia y con la intención de hacer carrera a nivel de investigación, y aquí hay una serie de elementos que se podrían mejorar”, pasando sobre todo por el ámbito normativo, ha destacado Utgés junto a Martínez-Sierra, en una sesión moderada por el periodista y profesor precisamente de la UPF-BSM, Toni Aira.
En la misma línea, el director general de la escuela de negocios de la UPF ha defendido que Barcelona es un hub de talento: “Sin duda, y tiene mucho recorrido. Es una cuestión de dinero y de normativa”. Y es que, para Martínez-Sierra, la normativa estatal en el sistema de conocimiento se ha tendido a igualar a la baja, algo que no conviene ni a las universidades ni a las escuelas de negocios, según él.
Pese a esta normativa que cree que hace perder fuelle al ecosistema formativo, Martínez-Sierra sostiene que la situación de universidades y escuelas de negocios es mejor en Barcelona. “Tiene mucho que ver con la idiosincrasia de la sociedad catalana”, que ve marcada por un talante emprendedor. “En Madrid, hacemos funcionarios, aquí, se hacen empresas”, ha resaltado el directivo de origen justamente madrileño.
Ambos han coincidido en destacar que pocas ciudades a nivel mundial cuentan con escuelas de negocios con el nivel de las de Barcelona. “Supone disponer de una concentración de talento y de conocimiento enorme a través de sus profesores, algo que repercute en la empresa”, ha puesto en valor Utgés. Para potenciar esta simbiosis entre estas instituciones y el ámbito empresarial, ha remarcado que es necesario impulsar cambios normativos que pasen por favorecer las donaciones con ventajas fiscales, y también por facilitar la atracción de profesores facilitando el aterrizaje de todos los miembros de la familia en la capital catalana.
Y Martínez-Sierra ha ido más allá: también se requieren medidas para agilizar la creación de nuevas titulaciones, para mantener la oferta actualizada en un mundo que cambia rápidamente. “Tenemos tanto papeleo que no nos deja competir con otros lugares del mundo”, ha advertido el director general de la escuela de negocios, con una dilatada experiencia en organismos e instituciones internacionales, sobre todo en Harvard.
Utgés, que acumula 24 años de trayectoria en el IESE, ha insistido: “Tenemos un gran ecosistema con mucha potencia, y podríamos hacer mucho más camino con un poco de ayuda. Tenemos las herramientas y el tejido para dar un salto; queremos competir a primer nivel, y necesitamos que la normativa nos apoye”.
Embajadores de Barcelona
Ambos referentes del ámbito de las escuelas de negocios han destacado la importancia de estas instituciones a la hora de “generar embajadores de Barcelona”, como ha citado Martínez-Sierra. Y es que cerca de la mitad de sus alumnos son estudiantes internacionales, lo que genera proyección de Barcelona y la posiciona entre potenciales líderes empresariales del futuro. “Que alguien venga a formarse a Barcelona es un recuerdo para toda la vida, y pesará a la hora de tomar decisiones, también desde posiciones importantes en una empresa que deba elegir ciudades en las que operar”, ha agregado Utgés.
Y no sólo salen potenciales empresarios de las escuelas de negocios: “Ojalá más gente que pasara por nuestras aulas se dedicara a la política”, ha señalado Utgés. Ha resaltado que políticos que han pasado por el IESE han optado luego por dejar la política, algo que cree que en parte se debe a que “los políticos están mal pagados”: el sueldo del presidente del Gobierno comparado con el del canciller alemán es de una relación de uno a seis, ha ejemplificado. “Hay poco incentivo para seguir en política, y debes tener un gran espíritu de servicio”, ha subrayado.
Los ingredientes para una buena escuela de negocios
Barcelona es sede de escuelas de negocios de reconocido prestigio internacional. De hecho, diversas de las que operan en la capital catalana se cuelan anualmente en los rankings en formación para directivos a nivel mundial. Pero, ¿qué elementos son necesarios para articular una buena escuela de negocios?
Utgés lo tiene claro: es imprescindible “tener un gran claustro que permita tener buenos alumnos y, a la vez, buenos antiguos alumnos que trabajen en buenas empresas y que apoyen a la escuela de negocios por tener un gran claustro; todo empieza y acaba en el claustro”. Por su lado, Martínez-Sierra ha puesto el acento en poner atención en la calidad en pro de la consolidación de Barcelona como referente internacional en este ámbito: “Todos debemos ser responsables y conscientes de que un valor que tiene la ciudad es cuidar de la calidad de sus espacios de conocimiento; eso hará crecer la ciudad”.