La huella egipcia en Barcelona

Desde niño, he sentido una gran fascinación por el Egipto de los faraones. Soy uno de los millones de personas que en todo el mundo se sienten cautivados por el esplendor de esta civilización nacida hace cerca de 6.000 años a orillas del Nilo. Howard Carter —descubridor, en 1922, de la primera tumba intacta de un faraón, la de Tutankamón— y Jean-François Champollion —el hombre que consiguió descifrar los jeroglíficos egipcios a través de la piedra Rosetta, en 1822— forman parte de una larga lista de arqueólogos e historiadores que, a lo largo de los siglos, han ido sacando a la luz impresionantes vestigios del fabuloso pasado de los egipcios. Todavía hoy Egipto es como una gran caja de sorpresas y, quizá por ello, no pasa nunca de moda.

La egiptomanía o pasión por todo lo que tiene que ver con el antiguo Egipto no se entendería como fenómeno de masas sin el papel jugado por los novelistas y, sobre todo, por los cineastas de Hollywood. Sin Sinuhé el egipcio de Mika Waltari, La maldición de Ra de Naguib Mahfuz, los bestsellers de Christian Jacq o, sin ir más lejos, las novelas de Terenci Moix, muchos lectores no habrían quedado atrapados por el encanto de Egipto. Y, claro, por mucho que estudios recientes nos digan que Cleopatra no era precisamente una belleza, la reina del Nilo tendrá, para siempre, los preciosos ojos color violeta de Elizabeth Taylor.

La ficción, a menudo, supera la realidad y si no que se lo digan a los liceístas, para quienes los paisajes desérticos de Egipto nunca serán tan impresionantes como los decorados que Mestres Cabanes pintó en 1945 para la Aida de Verdi y que se salvaron de puro milagro del incendio que calcinó el teatro operístico de la Rambla en 1994. Hay que reconocer también que la egiptomanía tiene una vertiente kitsch más cercana a la estética de las primeras películas de Almodóvar o, directamente, a la ecléctica decoración de la casa de Alaska y Mario que a los templos de Luxor o Karnak.

Por mucho que estudios recientes nos digan que Cleopatra no era precisamente una belleza, la reina del Nilo tendrá, para siempre, los preciosos ojos color violeta de Elizabeth Taylor

El Museu Etnològic i de Cultures del Món tiene en cartel hasta el 15 de junio la exposición Udjat. El exotismo del antiguo Egipto en Barcelona, una muestra que justamente se presenta como “una invitación a la reflexión sobre la pervivencia y la constante reinterpretación de una de las civilizaciones que ha ejercido una influencia más poderosa y duradera sobre la cultura occidental: el antiguo Egipto”. Aunque no se trate de una gran exposición ni cuente con impresionantes recursos expositivos, merece la pena.

El Museu Etnològic i de Cultures del Món tiene en cartel hasta el 15 de junio la exposición Udjat. El exotismo del antiguo Egipto en Barcelona. La visité hace unas semanas y descubrí un aspecto poco o nada conocido de Barcelona, ​​su huella egipcia.

La visité hace unas semanas y descubrí un aspecto poco o nada conocido de Barcelona, ​​su huella egipcia. Desde un vehículo Hispano Suiza customizado con motivos faraónicos por el arquitecto Josep Vilaseca a un Arca de la Alianza que, en lugar de pertenecer a la iglesia de los Santos Mártires Justo y Pastor de Barcelona, ​​parece salida de una película de Indiana Jones. También vi unas cuantas fotografías de fachadas barcelonesas que incorporan elementos de inspiración egipcia, tumbas en forma de pirámide y una imagen muy curiosa del carnaval de Barcelona de 1934, con una gran carroza que reproducía la esfinge de Giza desfilando por el Paseo de Gràcia.

El mejor ejemplo de la atracción por el antiguo Egipto de la sociedad barcelonesa actual lo encontramos en el número 284 de la calle Valencia, sede del Museu Egipci de Barcelona. Pertenece a la Fundació Arqueològica Clos y no sólo exhibe piezas de gran valor adquiridas a lo largo de los años o fruto de expediciones arqueológicas que regularmente patrocina en el valle del Nilo, sino que, como institución, es un auténtico faro para la egiptología en la ciudad.

Panteó de Maria del Pilar Soler
Panteón con detalles egipcios en el cementerio de Montjuïc.