La empresa Eodyne Systems, spin-off de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), utiliza la realidad virtual y la inteligencia artificial (IA) para acelerar la recuperación de pacientes en la UCI y reducir así los costes para el hospital. Lo hace mediante un software que les permite hacer ejercicios con los brazos desde la cama para reducir las secuelas cognitivas que pueden desarrollar a raíz de su hospitalización. Esta tecnología se ha probado por primera vez en 20 pacientes críticos del Hospital Universitario Parc Taulí de Sabadell, consiguiendo reducir la estancia en 1,3 días de media por paciente y hacerla más agradable.
A través de una cámara con visión por computación, se detectan los movimientos de los brazos del paciente, replicados en una pantalla donde se le proponen ejercicios personalizados que permiten trabajar aspectos como la movilidad, la memoria o la atención. La persona hospitalizada tiene que ir resolviendo problemas gamificados como señalar flores en el mismo orden que lo ha hecho una abeja o tocar los peces que tengan un color determinado. Todo esto, siempre ambientado en un entorno atractivo como la playa o el campo, con el objetivo de reducir el estrés que se sufre en la UCI.
La prueba piloto ha sido posible gracias a una ayuda de 70.000 euros de Acció. Eodyne Systems ha actualizado un prototipo de realidad virtual que había desarrollado previamente el Parc Taulí y se había testado en unos 70 pacientes críticos. Con el apoyo de Acció, la empresa lo ha convertido en un producto, con la previsión de poderlo implementar en más hospitales en un plazo de dos años.
Eodyne Systems empezó a desarrollar su sistema de realidad virtual y IA para pacientes que habían sufrido un ictus, también con el objetivo de acelerar la recuperación. Nacida en 2014, la empresa empezó a comercializar este producto en 2016 y, actualmente, está instalado en más de 100 hospitales, sobre todo españoles, pero también de países europeos —Portugal, Francia, Italia, Países Bajos, Bélgica, Alemania, Suecia y Rumanía—, Estados Unidos, Brasil, México, Argentina e India. La empresa tiene una plantilla de 16 trabajadores.
A medida que iban aplicando su dispositivo a más centros, fueron detectando nuevas necesidades, como la recuperación de los pacientes en la UCI o la de hacer posible que los pacientes pudieran utilizar su tecnología en casa, demanda acelerada con la covid. Actualmente, la adaptación a móviles y ordenadores personales se está probando con pacientes del Hospital de Bellvitge de la mano de Roche. Además, la compañía, con sede en el Poblenou, está trabajando para adaptar su sistema a pacientes con parálisis cerebral y traumatismo craneoencefálico, así como en desarrollar un dispositivo nuevo para pacientes con dolor crónico. También quiere trabajar en un futuro con pacientes con demencia y Alzheimer.